MONS. ZAZPE EN LA PRIMERA ETAPA DEL CONCILIO VATICANO II
Con motivo de celebrarse los veinte años de la partida a la casa del Padre de Mons. Vicente Faustino Zazpa, Mons. Arancedo recordaba que “... fue un hombre del Concillio Vaticano II. Su figura ocupa un lugar importante antes, durante y después de este magno acontecimiento eclesial”.
Sin dudas, la mayoría de sus antiguos diocesanos de Rafaela y nosotros los santafesinos, conocemos su empeño por llevar a la práctica el espíritu y las disposiciones conciliares, pero lo que no nos es tan conocida es su actuación durante la realización del mismo.
Un trabajo que viene a llenar en parte ese vacío es Il “Mal di Concilio” della Chiesa Argentina. Radiografía di un Episcopato al Vaticano II. Prima sessione e intersessione (octobre 1962 – setembre 1963) cuya autoría pertenece al reconocido investigador de la Universidad de Bologna y una de las máximas autoridades en este campo, Loris Zanatta, quien ha tenido la gentileza de hacernoslo llegar.
Dicho trabajo que se extiende a lo largo de 75 páginas, escrito en italiano integra la obra editada en 1999 por M. T. Fattori y A. Melloni en Leuven, bajo el título EXPERIENCE, ORGANIZATIONS AND BODIES AT VATICAN II. Proceedings of the Bologna Conference, December 1996 nos permite conocer mas de cerca – y casi en la intimidad- la participación del entonces joven Obispo de Rafaela, a quien se refier en numerosas oportunidades, ya como protagonista, ya como testigo.
Antes de continuar nos permitimos una pequeña digresión par señalar que en 1993 Loris Zanatta visitó el Archivo del Arzobispado de Santa Fe buscando materiales para sus trabajos DEL ESTADO LIBERAL A LA NACIÓN CATOLICA Y PERON Y EL MITO DE LA NACIÓN CATOLICA, ocasión en que nos comentó que un de los proyectos de investigación en los que estaba implicado era el de la Universidad de Bologna sobre el Concilio Vaticano II y el testimonio de sus protagonista, colocando entones a su disposición – ya que él lo ignoraba- las libretas de anotaciones de Mons. Zaspe las cuales fotocopió de inmediato y le sirvieron junto con los apuntes de Mons. Devoto y otras fuentes menores para reconstruir buena parte de lo entonces acontecido, al punto que sobre 215 citas, 44 pertenecen al “Diario...” del extinto Obispo.
Posicionamiento de Mons. Zaspe dentro del Episcopado
Para Zanatta el Episcopado argentino que participará en el Concilio Vaticano II era en líneas generales “un gigante silencionso” lo cual se corrobora en el hecho de que las grandes figuras latinoamericanas que descollaron en las sesiones (Larraín, Silva Enriquez, Proaño, Mendez Arceo, Cámara y Mc Grath) no pertenecían a éste. Mas aún, se le consideraba conservador – se recuerda en este sentido las palabras de Mons. Caggiano: “ reforma de la iglesia, no. Eventual reforma de la Iglesia, si”- y las autoridades del mismo eran en su mayoría mayores de 65 años.
Junto a ellos una pequeña minoría activa y entusiasta que rondaba entre los 40 y 50 años y entre los que se destacaba –sin llegar a ser el leadership, función que el autor atribuye a Mons. Devoto- Mons. Vicente Faustino Zazpe, quien contaba por entonces 42 años y apenas uno como Obispo, aunque venía precedido por una amplia trayectoria pastoral especialmente en la atención del laicado y la juventud.
Frente a la inactividad que manifestaba el Episcopado y a reuniones mas bien pobres que desilusionaban y exasperaban, según se lee en las anotaciones del 12 de octubre de 1962, un grupo de Obispos decide la creación del Equipo de Trabajo o Coetus argentino participando del mismo –aunquje no todos con la misma intendsidad y perseverancia- Devoto, Iriarte, Marengo, Primatesta, Blanchoud, Aguirre, Rossi, Rau, Quarracino, Ponce de León, Kemerer y el propio Zaspe, como así también algunos peritos (Catena, Giaquinta, Mejía, Nolasco y Trusso) con el objeto de activar una mayor presencia en la vida conciliar y hacer pesar los propios puntos de vista.
Este grupo, también denominado Grupo de Pilar o simplemente Grupo de Devoto como anota Zaspe será un ámbito de encuentro, diálogo, debate y discusión, para lo cual sus miembros invitaban o asistían a las exposiciones de teólogos como H. Küng, cuyo libro sobre la Unidad – según “Diario ...” había sido leído por muchos Obispos de nuestro continente; Mejía que disertó sobre la Sagrada
Escritura en el esquema teológico y los estudios actuales sobre el Antiguo Testamento; Y. Congar sobre la Tradición, a quien Zazpe califica de “magnífico, maduro, espiritual y equilibrado”; K. Rhaner quien le impresionó fuertemente; el jesuita Weiggel conocido por su influencia en la renovación de la Iglesia chilena; R. Schutz, prior de Taizé; el belga Houtart, experto en sociología y problemas de América Latina –quien también le impresionó favorablemente- y el padre M-D Chenú sobre Iglesia y mundo contemporáneo, por citar algunos.
Loris Zanatta transcribe pasajes del “Diario...” que nos muestran a un Zazpe inquieto, preocupado por conocer las corrientes de pensamiento que animan a la Iglesia, que hace uso de juicio crítico y preocupado por las situaciones de tensión que se viven entre los miembros del cuerpo episcopal argentino, algunos de los cuales – al parecer – pretendían silenciar a los integrantes del Coetus.
Participación en el Concilio
Una primera ocasión la constituyó el debate sobre el schema litúrgico, ya que mientras el Episcopado no se reunía – lo cual causó bastante malestar-, el grupo que integraba Zazpe se sumergió con entusiasmo en el estudio y discusión a partir de un artículo del P. Vagaggini y una ponencia de Mons. Rau. De allí, según se lee en el “Diario...” salieron propuestas interesantes y algunas bastante audaces.
El 18 de octubre de 1962 Zazpe participa con Marengo de una reunión del activísimo Episcopado chileno y al día siguiente de una Conferencia del abate Martimort, cuyos apuntes se encuentran en el “Diario...”.
El 27 de octubre exponía Mons. Devoto en el aula conciliar, atacando la ostentación y mundanidad de la Iglesia, ocasión que acompañó de una animadversio firmada entre otros por quien aquí recordamos. El 31 del mismo mes, volvió a exponer Mons. Devoto sobre la necesidad de abolir los emolumentos respecto a la Misa, contando para esto con el mismo apoyo anterior.
También encontramos a Mons. Zazpe acompañando la moción de Mons. Kemerer sobre la comunión bajo las dos especies y la del paraguayo Maricevich acerca de la Liturgia de la Palabra y la simplificación de la Misa para facilitar la comprensión y el diálogo.
Estas posiciones compartidas con Marengo, Ponce de León Quarracino, Mhün, Aguirre y un novel Angelelli no eran del todo aceptas por una buena parte de la Jerarquía, al punto que el 31 de octubre Mons. Esorto informa a Zazpe sobre el malestar que reina en el Episcopado.
El 9 de noviembre, Zazpe acompaña la moción de Mons. Aguirre en la Congregación General sobre el Breviario, en coincidencia con Méndez Arceo en el sentido de dar a los sacerdotes la libertad de orar en la propia lengua.
Un segundo momento lo constituirá el debate sobre De fontibus revelationis, donde se notará sobre el grupo de Devoto la influencia de Mejía, critico del esquema presentado a debate como también la del padre Congar, que como señalamos más arriba, impactó positivamente en el Obispo de Rafaela.
En esta temática se notará la distancia que había entre este sector de Obispos mayoritariamente noveles y el encabezado por el Cardenal Caggiano, quien intervino en el Aula conciliar el 16 de noviembre defendiendo precisamente el esquema oficial.
La exposición del primado argentino será contestada por un ascendente Silva Enriquez, a la que adherirá el sector al cual pertenecía Zazpe.
Junto con obispos argentinos, paraguayos y uruguayos, Zazpe adhiere a la animadversio presentada por Devoto, fuertemente critica del schema, para lo cual se basan en las palabras de Juan XXIII con motivo de la apertura del Concilio y señalan que es escolástico y repetitivo, falto de inspiración pastoral, apologético e impermeable a la temática ecuménica, totalmente ajeno a la problemática del mundo moderno, carente de dimensión cristológica y escatológica, obsoleto en la forma de expresarse y doctrinalmente impreciso.
Finalmente el 21 de noviembre el Santo Padre toma la decisión de crear un a Comisión mixta para la revisión del schema, lo cual es acogido con júbilo por Mons. Zazpe quien en su “Diario ...” anota: “es una decisión importante, que revela que el Papa está atento y decidido a escuchar”.
El 24 de noviembre, Mons. Zazpe interviene en la Congregación General en la cual comienza con un caluroso saludo a los observadores (que pertenecían a las diversas confesiones cristianas, y entre quienes se encontraba el Pastor Miguez Bonino, con quien mantenía una excelente relación) y apeló a que el schema tuviese una mayor pastoralidad y una visión más positiva del mundo. Asimismo señaló la importancia de los Medios de Comunicación Social.
A su entender, la Iglesia estaba llamada a encarnarse en las diversas realidades (política, economía, arte, cultura) y a presentarse no solo como Maestra sino también como Madre, especialmente para aquella gran parte de la humanidad formada por no católicos.
En ésta oportunidad afronta también el tema del laicado, una cuestión que reaparecería en casi todos los debates sucesivos.
A posteriori intervino Mons. Marengo, quien en su animadversio sostuvo muchas de aquellas argumentaciones.
Loris Zanatta anota que casi a finales de las sesiones, el coetus se había abocado a la reflexión sobre Iglesia y pobreza a partir de un artículo de H. Fesquet (“Vatican II apportera-t-ill la preuve que l`Eglise se preocupe des pauvres et des afamés?) y otros aportes de Congar y Gauthier.
Tocante a ésta temática, el autor considera que Devoto encarnaba una postura radicalmente profética, voluntarista, casi “jacobina” en tanto Mons. Zazpe era más bien pragmático y reformista, atento a no caer en rupturas insalvables en el tejido de la Iglesia.
Pbro. Edgar Gabriel Stoffel
estoffel@ ucsf.edu.ar
jueves, 14 de junio de 2007
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