Lucas Lanusse
Universidad de San Andrés, Argentina
Durante la década del sesenta, una serie de circunstancias en el mundo y el país se combinaban de forma tal que traerían explosivas consecuencias. En el plano internacional, el marco de la guerra fría y las luchas anticoloniales; en Latinoamérica, el poderoso influjo de la Revolución Cubana; en la Argentina, una crónica inestabilidad política que últimamente tenía como dato central la proscripción del peronismo. Simultáneamente, la Iglesia Católica vivía un acelerado proceso de renovación que pronto derivaría en una explícita opción política radicalizada por parte de una importante corriente interna en el país. En este contexto, algunos jóvenes realizarían un acelerado recorrido que tendría como punto de partida el cristianismo renovador en su versión más comprometida con los pobres, y como punto de llegada la decisión de empuñar las armas para realizar una revolución socialista. Como eslabones intermedios, el pasaje desde la militancia social ala militancia política y - en muchos casos- una plena identificación con el peronismo. La universidad sería un ámbito principal en este pasaje.
El presente trabajo se refiere a sectores pocos estudiados, y tiene como objetivo tomarlos más visibles. Se trata de sectores que abarcan un ámbito relativamente extendido que tiene que ver con el origen de Montoneros, y permiten mostrar la vinculación entre la aparición de esta organización armada y un movimiento social y político más amplio. De la misma manera, el trabajo pretende abordar desde un ángulo determinado - el de algunas organizaciones estudiantiles católicas- la fuerte relación entre Universidad y política tras el golpe de junio de 1966, que sería una de las principales causas de los ciclos de protesta de fines de la misma década y comienzos de la siguiente. En paralelo, el texto aborda una de las grandes vertientes del proceso de "peronización" de sectores medios en aquella época.
El integralismo y el AES 1)
Entre los últimos años de la década de 1950 y los primeros de la década de 1960, el Seminario Mayor de Córdoba fue testigo de algunos incidentes cuyo desarrollo marcaba a las claras el comienzo de un enfrentamiento entre los sectores conservadores de la Iglesia y aquellos que dentro de la misma institución bregaban por una urgente renovación 2) . En Córdoba, entre quienes encabezaban la postura de apertura se encontraban tres jóvenes curas que enseñaban en el seminario: Erio Vaudagna, José Gaido y Nelson Dellaferrera.
Las movilizaciones obreras y ocupaciones de fábricas de 1964 generarían en el seno de la Iglesia cordobesa nuevos incidentes. En abril de ese año, en el marco del Plan de Lucha lanzado por la CGT, el diario Córdoba publicó tres reportajes a los sacerdotes Gaido, Dellaferrera y Vaudagna acerca de la posición de la Iglesia frente a la cuestión social, la educación y los cambios teológicos que se venían marcando en el Concilio Vaticano II. El contenido de las notas generó una importante ola de críticas de parte de los sectores católicos conservadores, derivando en una intensa polémica 3) . Treinta sacerdotes del clero cordobés adhirieron a los curas rebeldes mediante una solicitada. Finalmente, el conflicto concluyó el 25 de mayo, cuando tras la visita del Nuncio a Córdoba y como consecuencia de las presiones ejercidas, la totalidad del clero cordobés manifestó su adhesión a Monseñor Castellanos. Había triunfado la "verticalidad".
En 1964, Gaido y Dellaferrera tuvieron como destino la Parroquia Cristo Obrero -ubicada en la ciudad de Córdoba-, con la misión de transformarla en una "parroquia universitaria", fomentando la participación de los numerosos estudiantes de la ciudad. Desde entonces se conformó, alrededor de estos y otros curas rebeldes, un grupo integrado principalmente por estudiantes universitarios que comulgaban con las ideas de apertura de la Iglesia y de opción por los pobres.
El 18 de agosto de 1966, los estudiantes del Movimiento Integralista cordobés decidieron tomar la Parroquia Universitaria y realizar una huelga de hambre en protesta por la intervención universitaria 4) . El integralismo era una agrupación de estudiantes católicos de la Universidad Nacional, nacida después del derrocamiento de Perón. Desde sus posiciones conservadoras originales, venía haciendo un giro hacia ideas más cercanas aun nacionalismo de izquierda identificado con el peronismo. Para le realización de la huelga de hambre contaron con la colaboración de los párrocos y del grupo de estudiantes conformado a su alrededor. En un comunicado, el integralismo exigía la renuncia del Ministro del Interior Enrique Martínez Paz y del rector de la Universidad de Córdoba. Pedían además que los cargos de rector y decanos fueran cubiertos por profesores "con autenticidad moral y autoridad intelectual", la participación efectiva de los estudiantes en los organismos de gobierno universitario, y la inmediata puesta en marcha de un plan de transformación integral de la Universidad, tendiente a lograr "una universidad identificada con las aspiraciones del pueblo y al servicio de los intereses nacionales".
A comienzos de septiembre, la huelga se levantó sin conseguir ninguno de sus propósitos. Los estudiantes que habían participado más activamente de la experiencia de la parroquia fundaron el Movimiento Universitario Cristo Obrero (MUCO). Hacia fines de 1966, los estudiantes del MUCO comenzaron apercibir que una militancia ligada predominantemente al ámbito universitario resultaba insuficiente. Ya no les interesaba una actividad sectorial, que limitara el compromiso político que muchos de ellos querían asumir. Con motivo de estas inquietudes, se organizó un congreso en el que se enfrentaron dos posiciones sobre los métodos de acción a seguir. El grueso de los integrantes del MUCO privilegió decididamente el trabajo de base, ahora no sólo en las universidades sino también en fábricas y barrios, y todos pusieron manos a la obra.
La opción de la mayoría derivó en la creación de la Agrupación Peronista Lealtad y Lucha a comienzos de 1967. El nombre no era casual: a esa altura, quienes no provenían de familias peronistas - y eran muchos -, ya habían optado por esa identidad, ante la evidencia de que la clase trabajadora, "sujeto histórico" de la revolución que todos deseaban llevar acabo, se identificaba masivamente con ese movimiento.
En el curso del año 1967 una nueva inquietud invadió a algunos de los integrantes de Lealtad y Lucha. En agosto, en un congreso realizado en Río Cevallos, unos setenta militantes decidieron incorporar la faz militar a la lucha política, y en consecuencia conformaron una organización político-militar. Por lo menos hasta fines de 1969 el desarrollo alcanzado por este aparato militar fue bien escaso.
Dentro de la actividad en la universidad, la experiencia de mayor relevancia que se vinculó a Lealtad y Lucha fue la Agrupación de Estudios Sociales de Córdoba (AES), nombre eufemístico que ocultaba una activa organización estudiantil conformada en la Universidad Católica de Córdoba. Los curas rebeldes eran profesores de esa institución, ya través suyo varios estudiantes decidieron asumir un compromiso más protagónico con la realidad que los circundaba. Los sacerdotes insistían en que todos eran responsables de los padecimientos ajenos, que nadie podía "hacerse el distraído". A muchos alumnos, por ejemplo, les impactó la negativa de Gaido a dar clases con motivo de la muerte de Santiago Pampillón en septiembre de 1966. De alguna manera, este fue el punto de partida de lo que en breve se transformó en el AES.
A una primera camada no demasiado revoltosa, la sucedió en 1967 otra de posiciones mucho más radicales, compuesta por numerosos estudiantes, muchos de los cuales o bien ya pertenecían a Lealtad y Lucha, o irían ingresando a la agrupación a lo largo de los meses siguientes. Entre ellos se encontraban Alberto Molina, Héctor " Bruno, María Eleonor Papaterra, Carlos Alberto Soratti Martínez, Miguel Angel Bustos, Jorge Raúl Mendé y Teresa Graffigna y Mariano Pujadas . El AES promovía cursos y campamentos de trabajo, ya través de la agrupación numerosos estudiantes continuaron incorporándose a Lealtad y Lucha en los años siguientes.
En 1968 la agrupación organizó uno de sus habituales campamentos, en este caso en Tucumán, con la idea de trabajar junto a los cañeros y estudiar la realidad del lugar. A raíz de este viaje, se elaboró un documento publicado en la revista Cristianismo
Y Revolución 5) . El objetivo del AES, proclamaban, era luchar "por una nueva sociedad, donde el hombre pueda realizarse plenamente". El documento sostenía que Argentina, como el resto de Latinoamérica se encontraba oprimida por el sistema liberal-capitalista que impide toda realización plena y humana", y que como paso imprescindible para realizar un "cambio radical de las estructuras" era necesario el estudio de la realidad concreta "en un contacto vivo CQP el hombre real, verdadero y único, artífice de la historia". Al final del documento, definían a la violencia de diversas maneras, en lo que constituyó un eslabón muy importante para justificar la "violencia de abajo". Concluía el documento: "Violencia es la muerte prematura; Violencia es el hambre y el raquitismo de los niños; Violencia es humillarse para poder alimentar a los hijos; Violencia es que la madre embarazada no desee el nacimiento del hijo que quiere, para no sentirse culpable de la miseria que lo espera; Violencia es la inseguridad del trabajo; Violencia es aniquilar a los hombres por la bestialidad del trabajo sin que puedan aprovechar los derechos de la educación y la cultura".
El AES llegó a ser hegemónico dentro de la Federación de Asociaciones Estudiantiles de la Universidad Católica de Córdoba (F AEUCC). En 1969 pertenecían al AES el presidente de FAEUCC, Claudio Ehrenfeld , y los delegados de casi todas las facultades: María Leonor Papaterra en Filosofia y Letras, Jorge Raúl Mendé en Medicina, Mariano Pujadas en Agronomía, Gerardo Conte Grand en Derecho y el propio Ehrenfeld en Ciencias Económicas 6) . Con motivo de los incidentes de Corrientes y Rosario en mayo de ese año, que derivaron en la muerte de tres estudiantes, FAEUCC decidió un paro activo en la Universidad. Los estudiantes tomaron las facultades por varios días y convocaron varias asambleas, a las que asistían alrededor de mil personas 7) . La actividad estudiantil del grupo de Lealtad y Lucha no se limitaba, de todas formas, a la Universidad Católica. En la Universidad Nacional de Córdoba, la relación más fluida continuaba siendo con el integralismo, al cual también pertenecían varios integrantes de la agrupación, como Osvaldo Suárez y Jorge Juan Escribano . El AES y el integralismo protagonizaron, junto con otras agrupaciones estudiantiles, importantes marchas y actos callejeros en la vorágine previa al Cordobazo 8) .
La Agrupación Lealtad y Lucha - luego rebautizada como Peronismo de Base- mantenía contactos con algunos sectores del peronismo de izquierda. En agosto de 1968, de hecho, Elvio Alberione y Héctor Bruno participaron del primer congreso del Peronismo Revolucionario en el Sindicato de Farmacia de Buenos Aires. Militantes del PB también concurrieron al Plenario Nacional del Peronismo realizado en Pajas Blancas, Córdoba, en enero de 1969.
El Ateneo Santa Fe 9)
Tras el derrocamiento de Perón en 1955, la Iglesia Católica fundó en diferentes ciudades del país numerosas casas para alojar a estudiantes universitarios. Eran conocidas como "Colegios Mayores", y su espacio físico se aprovechaba para dictar, por fuera de las carreras de grado, conferencias y cursos sobre temas políticos, económicos y sociales. Esta convivencia de estudiantes de todo el país, sumada a los diferentes cursos, favorecía la creación de una atmósfera de debate de ideas, que muchas veces era canalizada hacia la actividad política. Por otra parte, desde finales de los años cincuenta, algunos Colegios Mayores no fueron inmunes a los sectores renovadores dentro de la misma Iglesia. Finalmente, el quiebre hacia el interior del mundo católico debido al virulento enfrentamiento con el gobierno de Perón, sumado a la falta de resolución del "tema peronista", agregaron un condimento extra el proceso de politización de muchos estudiantes católicos.
En la Universidad Nacional del Litoral el nacimiento de los Colegios Mayores trajo como consecuencia la creación de una importante agrupación estudiantil, denominada Ateneo. El Ateneo - al igual que el integralismo cordobés- experimentó un gradual pasaje hacia un nacionalismo revolucionario identificado con el peronismo, y en parte esa fue la causa de su importante crecimiento durante los años sesenta. Como en la mayoría de los sectores cristianos que realizaron ese pasaje, la "peronización" se produjo a partir de la idea de compromiso con los pobres, y la evidencia de que en la Argentina estos sectores eran mayoritariamente peronista.
Como consecuencia de este recorrido, el Ateneo Santa Fe se transformó en una importante pieza en los múltiples debates que se daban dentro del catolicismo en aquella época. En los primeros días de mayo de 1964, por ejemplo, la agrupación convocó a una reunión general de movimientos cristianos, a la que concurrieron humanistas, integralistas, ateneístas y social cristianos, entre otras corrientes. Las discusiones que se llevaron a cabo fueron apasionantes. Todos levantaron la bandera de la necesidad de un "cambio de estructuras", pero surgieron diferencias en cuanto a considerar compañeros de lucha a sectores no cristianos. En ese mismo año, el Ateneo Santa Fe, al igual que el integralismo cordobés, decidió la ocupación de las facultades en adhesión al Plan de Lucha de la CGT 10 ).
Dentro del Ateneo Santa Fe, el proceso de giro hacia un peronismo de izquierda fue liderado por el Colegio Mayor vinculado a la Facultad de Ingeniería. Hacia mediados de la década del sesenta, entre los estudiantes de la carrera de ingeniería química se destacaba Mario Freddy Ernst. Para esa época, Emst presidía la agrupación y ejercía una importante influencia sobre el resto de los universitarios. Numerosos estudiantes de ingeniería química lo acompañaban en su militancia, entre ellos Ricardo René Haidar, Roberto Rufino Pirles, Osvaldo Agustín Cambiasso, Raúl Clemente Yagger, Raúl Braco, Juan Carlos Menesses, Marcelo Nívoli y Carlos Legaz. Luego se sumarían otros, entre ellos Fernando Vaca Narvaja.
De su origen como simple agrupación estudiantil, el Ateneo fue ampliando sus actividades. Si bien ya había conformado una rama de profesionales, el golpe de junio de 1966 fue determinante al momento de decidir militar en otros ámbitos. Se organizó primero la militancia en barrios y sindicatos, y poco después un aparato clandestino para la realización de actividades armadas. Dentro del ámbito sindical, estrecharon vínculos con los gremios que formaban parte de la CGT de los Argentinos en Santa Fe. El trabajo en este campo era facilitado por el fluido contacto que gente del Ateneo mantenía con integrantes de Acción Sindical Argentina (ASA), como los hermanos René y Dante Oberlín. La actividad en la Universidad Nacional, por su parte, se llevaba acabo a través de la estructura del Ateneo Santa Fe.
Como en Lealtad y Lucha de Córdoba, los integrantes del aparato clandestino componían un núcleo menor dentro del círculo -mucho mayor- de actividades que realizaba la gente vinculada al Ateneo. Tal cual la costumbre, quienes componían ese grupo cerrado comenzaron organizando campamentos para ejercitarse físicamente y realizar prácticas de tiro. Una segunda fase implicó aprender a armar explosivos y detonarlos, y hacia comienzos de 1969 comenzaron con el robo de armas a policías en la calle. Finalmente algunas operaciones se fueron tomando más sofisticadas 11) .
El núcleo de militantes liderado por Ernst estableció a partir del año 1968 un vínculo orgánico con al Agrupación Lealtad y Lucha de Córdoba, que los llevó a participar del primer congreso del Peronismo Revolucionario ya integrarse ala Tendencia Revolucionaria del Peronismo.
Movimiento de Estudiantes de la Universidad Católica (MEUC) 12)
Al igual que en Córdoba, en la Universidad Católica de Santa Fe se conformaron grupos cristianos que, a partir de una militancia social, adoptaron posturas políticas radicales y asumieron como identidad política el peronismo. En Santa Fe, esta circunstancia tuvo importantes consecuencias en el curso del año 1968. El sideral aumento de los aranceles afines de abril fue el disparador de un conflicto entre los alumnos y las autoridades de la universidad, que se prolongaría por tres meses y que sin dudas expresaba diferencias que iban más allá del alza de la cuota universitaria. El conflicto incluyó una huelga de hambre y logró sus cometidos a mediados de julio 13).
El Movimiento de Estudiantes de la Universidad Católica (MEUC), liderado entre otros por la abogada María Graciela de los Milagros Doldán y la estudiante Dora María del Carmen Riestra , fue la agrupación que encabezó la lucha. Entre los cientos de activistas del MEUC, se encontraban además Antonio Riestra , hermano de Dora, y Francisco "Pancho" Molina , hermano del militante del PB cordobés Alberto Molina.
A esa altura, la mayoría de los militantes del MEUC estaban convencidos de que las propias reivindicaciones no tenían ningún sentido si no iban atadas a las reivindicaciones de los más necesitados, y que estas últimas nunca serían satisfechas en una sociedad capitalista. De lo que se trataba, entonces, era de luchar por el socialismo. Entre un grupo que creía que al socialismo no se llegaría por vías pacíficas, comenzó el armado de un aparato clandestino para la lucha armada. Hacia comienzos de 1969, la idea ya estaba madura. Ese verano organizaron un campamento en Tabalango, Córdoba, y dieron nacimiento "formal" al grupo clandestino. Concurrieron ocho jóvenes, entre ellos los hermanos Antonio y Dora Riestra, María Graciela de los Milagros Doldán, Francisco Molina, María Ester Merteleur, casada poco después con Antonio Riestra, el "negro" González y la "flaca" Manso . Entre sus primeras actividades, colocaron un explosivo en un cine en el instante en que se estaba proyectando la película Boinas verdes. Ese mismo año, este núcleo proveniente de la Universidad Católica comenzó con el desarme de policías en la calle, y todos fueron abandonando las actividades que generaban más exposición pública.
Poco después, René Oberlín fue enviado por Emst a conversar con Antonio Riestra para proponerle encuadrarse en la estructura clandestina del Ateneo. Riestra le informó de la existencia de su propio grupo armado, y ese fue el comienzo de un proceso para integrar ambas células. Por esa época, muchos militantes se volcaron más decididamente a la lucha armada, por lo que llevaron a cabo el procedimiento conocido como desinforme: aparentaban que se desligaban completamente de la actividad política para dedicarse al trabajo, la familia, o ambas cosas. Desde ese momento, no hacían más militancia política de superficie.
Montoneros
Los aparatos clandestinos surgidos en Córdoba y Santa Fe del proceso descripto anterionnente tomaron contacto a comienzos de 1970 con otro de similares características liderado por Fernando Abal Medina, de Buenos Aires, y Emilio Maza, de Córdoba. Los tres grupos coincidieron en la idea de confonnar una organización político-militar de carácter nacional. El 29 de mayo el grupo de Abal Medina y Maza secuestraba y posterionnente ejecutaba al Teniente Generar retirado Pedro Eugenio Aramburu. Se trató del lanzamiento de la nueva organización, bautizada Montoneros y destinada a convertirse en pocos años -junto con varias organizaciones de superficie identificadas con ella- en un actor fundamental dentro del Movimiento Peronista y de los acontecimientos políticos nacionales de la década de 1970.
Citas
1 Además de citas particulares, el texto se basa en entrevistas del autor a Elvio Alberione, Luis Rodeiro, Juan Carlos Herrera e Ignacio Vélez.
2 El desencadenante original fue un áspero debate acerca del uso de la sotana: con posterioridad al golpe encabezado por el general Lonardi, y debido al enfrentamiento entre Perón y la Iglesia, los curas y seminaristas debieron dejar de usar el hábito por temor a agresiones en las calles. Un par de años después se intentó restituir esa tradición y hubo algunos seminarios, incluyendo el de Córdoba, que se rebelaron. El tema de la sotana pasó a ser el símbolo de una posición que se perfilaba en aquel momento dentro de la institución: la de la identificación de los pastores de la Iglesia con el resto de la sociedad, yen particular con los pobres. Este proceso derivó, hacia comienzos de la década de 1960, en una nueva y más profunda crisis en los seminarios, que epilogó en numerosos cambios de rectores y en transformaciones de los planes educativos.
3 Sobre las notas y la polémica ver Morello, Gutavo: Cristianismo y Revolución. Los orígenes intelectuales de la guerrilla argentina, EDUCC, Córdoba, 2003, p. 105-106, Mayol, Alejandro / Habegger, Norberto / Armada, Arturo: Los católicos posconciliares en la Argentina, Editorial Galerna, Buenos Aires, 1970, p. 146-147 y 229.
4 Diario Clarín, 19-08-66, p. 10; 21-08-66, p. 32 y41; 06-09-66, p. 16 y 16-09-66, p. 13.
5 Revista Cristianismo y Revolución, N° lO, octubre 1968, p. 8 a 12.
6 Entrevista del autor a Juan Carlos Herrera.
7 Diario La Voz del Interior, 24-05-69, p. 13 y 25-05-69, p. 35.
8 Diario La Voz del Interior, 21-05-69, p.19.
9 Además de las fuentes citadas, el texto se basa en entrevistas del autor a Fernando Vaca Narvaja.
10 Mayol / Habegger, Armada: cit. p. 144-145.
11 Tal fue el caso del asalto al Tiro Federal y la comisaría de San Carlos Sur realizadas el 21 de septiembre de 1969, firmado como "Comando Eva Perón". Entrevista a Antonio Riestra; Diario Clarín, 22-09-69. p. 29 y 23-09-69, p. 44.
12 Además de las fuentes citadas, el texto se basa en una entrevista del autor a Antonio Riestra.
13 El movimiento estudiantil logró la renuncia de la rectora Edelweis Serra, el nombramiento de un interventor en Filosofia y Letras y la formación de una Comisión de estudio con participación estudiantil para analizar la reforma de la Universidad. Entrevista del autor a Antonio Riestra; Diario Clarín, 18-05- 68, p. 22; Diario Clarín, 25-06-68, p. 39; Diario Clarín, 27-06-68, p. 25; Diario Clarín, 11-07-68, p. 32; Diario Clarín, 13-07-68, p. 26; Diario Clarín, 14-07-68, p. 28; Diario Clarín, 17-07-68, p. 32.
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