viernes, 31 de agosto de 2007

BREVE RESEÑA SOBRE TEMPLOS Y CAPILLAS SANTAFESINAS

Templo San Francisco Javier - San Javier
La historia de esta actual parroquia está estrechamente ligada a la labor llevada a cabo por los franciscanos, quienes se hicieron cargo de la reducción de indios mocovíes en 1812. En el seno de esta Misión, erigida en 1743 por los Padres Jesuitas, hasta la llegada de los franciscanos, la necesidad de construcción de una iglesia era primordial, como parte de la afirmación de la tarea evangelizadora entre los aborígenes, desde la capilla erigida bajo la dirección de Florián Paucke hasta la construcción actual.

Los antecedentes del actual edificio se remontan a 1870, cuando San Javier estaba a cargo de los franciscanos Antonio Rossi y Hermete Constanzi. El asentamiento había crecido lo suficiente como para que la antigua y pequeña capilla de tapia no alcanzara a cubrir las necesidades de los fieles. En 1874, los sacerdotes, obtienen autorización para la construcción del nuevo templo, además de la licencia para pedir limosna en todo el ámbito diocesano durante dos meses y un subsidio del Gobierno Provincial para iniciar la obra al año siguiente. Para esta labor contaban ya con artesanos carpinteros, albañiles y los peones necesarios, así como también los materiales necesarios. Sin embargo, la construcción del templo fue trabajosa y lenta, en tanto que los recursos necesarios se obtenían gracias al aporte de fieles y del gobierno provincial. Las obras finalizan e 1878.

El Campanario se finaliza en 1883, el mismo año en que se colocan las campanas. En 1886 se remodela su fachada, construyéndose pilares y rejas de hierro.

En el año 1898, el 3 de diciembre, fecha de la festividad de San Francisco Javier, santo patrono, el Obispo de la reción creada Diócesis de Santa Fe, Monseñor Juan Agustín Boneo, erige en Parroquia el templo misionero.

En 1903, estando a cargo Fray Ambrosio Pighín, se blanquea la fachada y se coloca el escudo franciscano. En 1912, gracias a los aportes de una feligresa se adquiere un reloj para la torre.




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Iglesia Nuestra Señora del Carmen – San José del Rincón

La actual iglesia Nuestra Señora del Carmen – como se sabe- fue obra del fraile franciscano Francisco de Paula Castañeda, el prócer de Mayo y ex guardián de la Recoleta, quien desterrado de Buenos Aires por desacuerdos con Bernardino Rivadavia (dedicado por entonces a una reforma del clero), recibe la protección del gobernador Estanislao López y demás autoridades locales.

Guillermo Furlong sostiene que si bien no se conoce en particular en qué términos se establece la relación entre ambos, lo cierto es que el recién llegado no quiso residir en nuestra ciudad; prefiere en cambio viajar para abocarse inmediatamente a “la fundación de iglesia, pueblo y escuela en un desierto cual es el Rincón de Antón Martín, que ahora se llama el Rincón de San José” .

Hacia fines del año 1823 tanto la escuela como el templo estaban en condiciones de ser habilitados, puesto que el 19 de diciembre de ese año Castañeda se dirige al Cabildo manifestando que “ la solemne apertura de la escuela del Rincón de San José será el próximo domingo y el jueves siguiente se dirá la primera misa en la nueva capilla” . Conforme al contenido de esta nota, Andrés Roverano sostiene que la primera misa en la nueva capilla debió celebrarse el 25 de diciembre de 1823 aunque las obras no estuvieren terminadas, puesto que documentos posteriores (1827) dan cuenta de la continuidad de los trabajos. Según afirma este autor, “la construcción definitiva debió finalizar en los últimos días de 1827 o en los primeros del siguiente, pues del 9 de enero de 1828 se abona al botero Félix Gálvez ocho reales por haber transportado los músicos para la función de la colocación de la capilla del Rincón

Esta sucinta descripción permite afirmar que Castañeda no solo fue el autor de la obra, sino que se constituyó en el principal actor en la gestión de obtener los fondos necesarios tanto para construir la escuela como la capilla. Una acción bastante frecuente tanto en este período histórico republicano como en el anterior período colonial; en los que por fuera de los profesionales y técnicos de la arquitectura, actuaban idóneos, operarios de gremios afines o “inteligentes”, como curas, obispos, gobernadores, etc., encargados muchas veces de llevar adelante la construcción de los edificios necesarios para la vida civil o religiosa.

De esta manera se explica que la Iglesia original, construida entre 1823-1827, quede definida por una fuerte estructuración empírica, basada en la repetición de un modelo de nave única y “arco cobijo” que se lograba por una simple extensión de la cubierta.
(Pensemos en San Francisco de Santa Fe y en las innumerables capillas que en nuestro país y en toda América adoptaron este tipo arquitectónico).

Como todo espacio obtenido por imperio de la experiencia y los usos, la capilla de Castañeda se presenta como una construcción de volumetría simple, realizado en mampostería de ladrillos revocados y encalados; y una techumbre a dos aguas sostenida por cerchas de madera dura recubierta por tejas españolas. Un único gesto parece imponer cierto aire simbólico al despojado conjunto, se trata de una espadaña que colocada como hastial de la cubierta corona el edificio dándole altura y mayor prestancia. Se trata de un imafronte simétrico - también construido en mampostería – realizado a partir de dos pináculos esquineros y un muro perforado que remata en un pequeño tímpano dentado. Hacia los laterales, sendas galerías acompañan la edificación; la que da al este, interrumpe tres tramos de arquería para alojar la sacristía.

Recién en el año 1895 y teniéndose en cuenta el importante deterioro que había sufrido la iglesia, es intervenida por el Ing. Arturo Lomello; profesional que para entonces recién llegado a las funciones de “ingeniero municipal”, desarrollaría desde su cargo en Obras Públicas del municipio santafesino una importante labor. Y es justamente este profesional quien realiza el 1° de junio de 1895 el plano “Proyecto de Refacción de la Iglesia de San José del Rincón”, material que permite hoy saber a ciencia cierta cómo había sido la capilla construida por Castañeda y al mismo tiempo, conocer cuáles eran las patologías más importantes detectadas en el edificio y en qué consistió la propuesta de reforma efectuada por Lomello. Así, el citado documento encontrado en el archivo de Catastro Municipal asume un destacado valor histórico, puesto que deja definitivamente establecida la forma y las dimensiones de la capilla primigenia y, particularmente, el nombre del autor que había sido el responsable de las importantes modificaciones operadas en el edificio hacia fines del siglo XIX..

Comparándose los planos y las fotografías, pudo establecerse que la intervención de Lomello persiguió una actualización del edificio, haciéndose evidente que se buscó homologar las proporciones de la espadaña y el arco cobijo de Castañeda con los nuevos lenguajes asimilados de la tradición académica. Para lograrlo, su autor decide sustituir la techumbre de tejas por otra de zinc, colocar un cielorraso horizontal de pinotea que oculte la estructura del techo (retirado luego en la intervención de 1995), instalar una escalera caracol de chapa para acceder al coro, entre otras sustituciones consideradas de menor envergadura. Como síntesis, vemos que la imagen obtenida revela y coincide con las transformaciones operadas en la arquitectura en conexión con el cosmopolitismo imperante. Nueva cubierta, frontis mixtilíneo, óculos y el tratamiento de toda la fachada con estrías, almohadillados, etc., componen los estilemas encargados de desplazar u ocultar las austeras formas empíricas y los materiales tradicionales heredados de la obra de Castañeda. Un reemplazo de modelos que queda justificado como parte de un proceso de modernización y de aculturación que se manifiesta tanto en la arquitectura como en otras expresiones de la vida social. A otra escala esto quedará demostrado en la ciudad de Santa Fe con la sustitución del Cabildo por la actual Casa de Gobierno.

Se consigna finalmente, que a propósito de la actualización arquitectónica realizada a mediados de 1995, donde nuevamente la Iglesia es objeto de transformaciones, hoy se debe lamentar la pérdida del espacio original del presbiterio, el retiro del retablo y el comulgatorio, la reconversión de la capilla lateral (incluida su pila bautismal), el repintado de los confesionarios (según la tradición provenientes de las Misiones) privando a la obra de su ingenua y expresiva simbología, elementos que por otra parte, constituían en sí mismo un patrimonio artístico de innegable valor. Bueno sería que de aquí en más, estos trabajos sean conducidos por especialistas en patrimonio, atento a los indiscutidos valores que posee la obra aquí descripta.



Iglesia Santa Rosa de Lima - Santa Rosa de Calchines

El 20 de marzo de 1861, desde el Convento de San Carlos se envía el Padre Fray Antonio Rossi con la orden de iniciar la construcción del templo en Calchines por el que tanto había bregado el Padre Zattoni que lo veía como único medio de afianzamiento definitivo.

Con ayuda de la población, los frailes y el gobierno nacional y provincial en el año 1863, se concluye la obra de este magnífico templo. El mismo se componía de tres naves, la central donde se celebra la misa y las laterales que servían de habitación de los padres y escuela pública de niños.

El Gral. Bartolomé Mitre, presidente de la nación en aquel entonces, donó el retablo del Altar Mayor, que fue traído desde Nápoles, que se puede apreciar actualmente y asistió a la inauguración del templo el 15 de agosto de 1863; celebrándose la primera misa y el primer bautismo.

En la actualidad el templo es MONUMENTO HISTÓRICO NACIONAL, declarado como tal el 29 de agosto del año 1999. Los restos del P.F. Antonio Rossi, quien concretara la obra del templo, se encontraban en el Convento de San Carlos en la ciudad de San Lorenzo (provincia de Santa Fe) y en el año 1999, fueron traídos a Santa Rosa de Calchines y depositados, en una urna construída exclusivamente, en el templo.


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Iglesia San Antonio – San Antonio de Obligado

La reducción de San Antonio de Obligado completó una serie de reducciones instaladas en la Región tales como San Javier, Santa Rosa de Calchines, San Martín Norte, la Purísima Concepción de Reconquista y San Jerónimo del Sauce y se mantuvo en funcionamiento alrededor de diez años.

Se fundó el 22 de junio de 1884, entre la Colonia Ocampo y Las Toscas, por una solicitud del Coronel Manuel Obligado, jefe de la frontera norte en la provincia de Santa Fe. Su alma mater fue Fray Ermete Constanzi.

El 28 de mayo de 1884, Obligado solicita al prefecto de Misiones, Fray Vicente Caloni, un sacerdote para la atención espiritual de un importante grupo de indios reducidos. Fue así que llegó el padre Fray Ermete Constanzi, futuro gran conductor de la población indígena reducida y figura de relevancia en toda la región poniéndose, inmediatamente, al mando de un grupo de 215 indios “montaraces”. A este grupo inicial se sumaron algo más de treinta indios del cacique Juan Chará y, junto con vecinos de Las Toscas llevaron en procesión la imagen de San Antonio de Padua hasta el lugar elegido para la instalación de la nueva reducción.

Una vez llegados al lugar, instalan la imagen en una carpa a modo de capilla, sin embargo, por las reducidas dimensiones de la misma las misas se celebrarían al aire libre. Pocos días después, se sumó otro grupo de indios, con los que se conformaba un grupo de alrededor de 400 para el día 28 de junio.

El 11 de julio siguiente, el Gobierno Nacional autoriza la denominación de San Antonio de Padua y pueblo Obligado a la población recién fundada.

El padre Costanzi describía así el aspecto de la reducción: “El aspecto presente de la reducción es en forma de herradura de caballo, compuesta por puras chozas construidas con pasto y, en el centro, de dos carpas, una que me sirve de casa y otra de capilla, donde todos los días celebro la Santa Misa. Mañana y tarde les enseño a rezar a chicos y grandes, y como en la carpa apenas caben el sacerdote y el ayudante, están los indios a campo abierto, y con muy buena voluntad se prestan a las pequeñas instrucciones en que, de noche, cerca de una abundante fogata, me entretengo con los niños y mayores hasta las ocho, haciéndoles algunas explicaciones religiosas y cristianas, según la inteligencia de ellos.” Esta buena relación con los aborígenes se debía, en parte, al buen dominio de la lengua mocoví que poseía Fray Costanzi.

Sin embargo esta situación de tranquilidad se quebraría al conocerse la noticia del decreto nacional del 10 de diciembre de 1885, que ordenaba disolver todas las colonias indígenas. La rápida acción de los franciscanos, el coronel Obligado y el gobierno santafesino, impidió que la reducción de San Antonio fuera incluida en la medida nacional, por lo que el lugar continuó con un desarrollo floreciente.
Hacia 1885 se había construido el primer templo, que hoy se conserva contigua al templo actual como dependencias parroquiales y Museo. La figura del padre franciscano es esencial en este proceso, sus labores no se limitaban sólo a lo espiritual, sino que conducía aún, las tareas de asignación de lotes y de agricultura con excelentes resultados.

El 22 de junio de 1891 se coloca la piedra fundamental del templo definitivo. Las obras se llevan adelante, según planos que había aportado el padre Constanzi, a partir del trabajo de cuatro albañiles que dirigían la mano de obra aborigen. Las dificultades que ofrecían las condiciones climáticas ponían en duda la concreción del templo, sin embargo éste se finalizó el 18 de noviembre de 1895.

La construcción, sencilla, está conformada por una única nave de 36 metros de largo, techada de madera, tejuela y zinc. Parte de la madera fue trabajada en la misión y provenía de los montes cercanos. La torre tiene 28 metros de altura, debajo de ella se encuentra el ingreso, donde se destaca el escudo franciscano.

La antigua capilla se integró al conjunto. En la actualidad, esta construcción y otros salones anexos se utilizan como salas de catequesis y albergan, además, al Museo en formación.

La orden franciscana continuó con la atención de los fieles de San Antonio de Obligado, hasta que en mayo de 1901 se hizo entrega de la iglesia a la Curia episcopal de Santa Fe. Por decreto del 2 de noviembre de 1901, Monseñor Boneo erigía la Parroquia de San Antonio de Obligado y nombraba su primer párroco al padre Gumersindo Arias. Desde 1930, la cabecera parroquial se encuentra en Las Toscas.

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Iglesia Nuestra Señora del Carmen – Carmen del Sauce

Hacia julio de 1863, los vecinos de Arroyo del Sauce, dependiente del Curato del Rosario, solicitan a Dn.. Miguel Vidal, licenciado y gobernador paranaense, facultades para erigir un oratorio, en principio en honor a San Pedro Apóstol, contando para esto con la donación de seis cuadras de terreno de los señores Domingo Molina y Bernardo García, obligándose a su conservación hasta que se conformara una villa o pueblo capaz de mantener un sacerdote efectivo. El 3 de abril de 1864, se hace efectiva la donación de terrenos en favor del Superior Gobierno, de los terrenos ubicados en Sauce o Puestos de Medina, con la indispensable condición de que se construyera en ellos un oratorio. Este acto es llevado a cabo por el Escribano Público José María Arzec. Después de haberse aprobado las acciones pertinentes en cuanto a la creación del oratorio, se lleva a cabo la colocación de la piedra fundamental, acto presidido por el cura Euresquián (Diario La Capital, 23/12/76).

En febrero del año siguiente, se deja constancia que el maestro albañil Dn. Ángel Moneta se hace responsable de la construcción del edificio de la iglesia, el cual se compondría de treinta varas de "largo luz" por diez varas de "ancho luz", y seis varas a cada costado de alto, y a media vara del piso, los cimientos. A un año de la colocación de la piedra fundamental, se le informa al Obispo de Paraná, Dn.. José Gelabert y Crespo, que se ha dado comienzo a la construcción del templo. El templo constituyó, desde sus orígenes, un centro de concentración social muy importante y ligado a la identidad de sus habitantes.

El templo posee una planta basilical de 26 m. de largo por 8,50 m. de ancho, realizada con suma sencillez. El atrio está definido por paneles de pinotea de 4m. de altura, generando dos ingresos secundarios de uso habitual, reservándose la puerta principal para los acontecimientos (casamientos, fiestas patronales, etc.)

Las paredes, de 0,80 m. de espesor, están simplemente revocadas y presentan tres nichos para alojar las imágenes de San Antonia Abad, Sagrado Corazón de Jesús y San Luis Gonzaga.

El altar principal es un retable con la imagen de Nuestra Señora del Carmen y un Cristo Crucificado sobre el Sagrario. En una vitrina ubicada a la derecha de la nave se encuentra otra imagen, en este caso de vestir y con cabello natural, de Ntra. Sra. del Carmen.
En la base del campanario se encuentra lo que debe haber sido el bautisterio original, dado que allí fue hallada una pila bautismal cubierta por el muro. Se trata de una pieza de mármol de excelente factura. Actualmente, en ese sitio, se encuentran las imágenes de Cristo Crucificado junto a María Dolorosa.

Merece especial atención el púlpito, realizado en madera policromada, con un diseño original y de proporciones adecuadas a la escala del templo. El diseño tan particular del óculo le otorga una singular luminosidad.

Las campanas fueron donadas por la familia
Corvalán en 1897, fecha grabada en las mismas.


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Iglesia Nuestra Señora de los Dolores – San Martín Norte

En el año 1869, al mismo tiempo que se produce el desplazamiento hacia el norte de la línea de fortines, se crea el Cantón San Martín, en la margen derecha del arroyo Cayastá, en la confluencia con el Saladillo Amargo.

El 23 de junio de 1870, frente a ese cantón, se funda la Reducción Nuestra Señora de los Dolores o el también llamado Pueblo de San Martín, siendo responsables de la misma Fray Bernardo Arana y Fray Gerónimo Marchetti. Es la única localidad en la provincia que nace de un intento de los franciscanos de colonizar y desarrollar la agricultura a partir de los pobladores aborígenes originarios. Desde el principio estaba presente la idea de edificar una construcción religiosa que respondiera al espíritu evangelizador de los padres franciscanos.

Entre los años 1886 y 1889, debido a las inundaciones del terreno donde se hallaba emplazada la reducción y a la necesidad de controlar a la comunidad aborigen a través de una única fuente de abastecimiento de agua, se efectúa el traslado de toda la reducción 15 km. al norte del lugar que hasta el momento ocupaba. Desde entonces el pueblo de Dolores, Cantón San Martín o Cayastá Grande, pasó a tener la denominación actual: San Martín Norte. Este traslado es coincidente con la aparición de las primeras familias de inmigrantes que llegaban desde San Javier.

Aquí los misioneros planificaron la construcción de un imponente templo que comenzó a ser levantado en 1892 por Fray Vicente Caloni, siendo bendecida la obra en 10 de mayo de 1896.

Se conjugaron en este templo actividades no sólo religiosas sino comunitarias de todo tipo, incluso la comunidad acudía a los sacerdotes ante un problema de salud, ya que éstos les suministraban los remedios necesarios, especialmente fray Buenaventura Giuliani, que ejercía las funciones de médico y cuyos restos descansan en el templo. La creencia popular le adjudica poderes milagrosos, incluso en la actualidad. Tambiés es de destacar la labor educativa, recreativa y cultural que se desarrolló desde el templo a través de su importante biblioteca.

Este templo fue la génesis en la formación de nuevas iglesias en la región, ya que a partir de la labor desarrollada desde allí se crean en 1904, la Capilla del Santo Cristo en Colonia Dolores, la iglesia de Gobernador Crespo en 1927 y en 1930 la Capilla de La Penca.



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Convento de Santo Domingo – Santa Fe

La sede de la orden de los Predicadores, vulgarmente conocida como Orden Domínica, está ubicada en la tradicional esquina sureña cercana a la Plaza de Mayo.

En 1805 se colocó la piedra fundamental del actual templo, paralizada y reanudada en repetidas oportunidades, fue inaugurada oficialmente en 1905, junto con la bendición de la imagen de la Virgen del Rosario. El interior es de estilo jónico y el frente románico-jónico. En la torre derecha ostenta una hermosa veleta con la clásica banderilla de dos puntas, cuyo eje remata en cruz de doble cinta con motivos vegetales, tan frecuentes en construcciones cristianas.

La planta tiene forma de cruz latina y remata en un cimborrio cúpula de 50 m. de altura y sus vitraux, 16 en total, representan escenas de la vida de Santo Domingo de Guzmán y figuras de eminentes dominicos.

En dos oportunidades el Gral. Manuel Belgrano se alojó en el Convento en su paso por Santa Fe hacia el Paraguay, y recibió del pueblo santafesino la generosa colaboración en soldados, armas, hacienda, etc.

En el interior del templo descansan los restos de importantes figuras de nuestro pasado como Francisco Antonio Candioti, primer gobernador santafesino y el Brig. Gral. Don Juan B. Bustos que fuera Gobernador de Córdoba y el de la primar patricia argentina, Da. Gregoria Pérez de Denis.



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Catedral de la Inmaculada Concepción – Reconquista

Ubicada frente a la plaza 25 de Mayo, debe su origen a la reducción de indios del lugar, llevada a cabo por el Gral. Obligado luego de fundada la ciudad de Reconquista.

En 1873 al venir el misionero Franciscano Fray Bernardo Trippini dedicó la reducción bajo el título de la Purísima Concepción.

Al crecer el pueblo y con la llegada del inmigrante para poblar las colonias de Reconquista y Avellaneda, Obligado decide levantar un templo en vez de la precaria capilla existente. Lleva a cabo la obra hasta aflorar los cimientos, pero otros problemas ocupan toda su atención.

Al Padre Trippini, lo sucede el Padre Antonio Rossi, pone manos a la obra y en 1884 era bendecido el Templo de Reconquista.

En ella descansan los restos del Padre Santiago Ollessio y del Monseñor Juan B. Lovato.

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Capilla Virgen de la Salud – Las Toscas

Este pequeño edificio comenzó a construirse a pocos años de la fundación de Las Toscas. Entre sus primeros colonos se encontraba un señor de apellido Zanqueta, llegado desde Italia, que se asentó a orillas de los manantiales del arroyo conocido hoy como Las Toscas. Este nombre fue dado por el Gral. Manuel Obligado, cuando encontró un arroyo de aguas cristalinas en cuyo fondo se veían piedritas "toscas".

Según tradición oral, Dn. Zanqueta llega al lugar uno o dos años después del asentamiento, ocupando las tierras que se le asignaron por ser uno de los primeros pobladores. Había traido consigo desde Italia una imagen de la Virgen del Perpetuo Socorro, conservándola en su casa, donde había armado un pequeño oratorio. Su casa era, también, lugar de reunión de los vecinos para compartir pasatiempos.

Estos mismos vecinos, le proponen erigir una construcción para especial para la veneración de la imagen. En esta empresa trabajaron las familias Del Fabro, Pontel, y Dagaro, y se inauguró en 1893, y según la tradición fue bendecida por el padre Ermete Constanzi, misionero franciscano que atendía espiritualmente la zona. Al lugar iban a celebrar la misa el padre Ermete Constanzi, el padre Leónidas Rodrígrez y el padre Celso Ghío.

Tiempo después se tramitó la compra de esas tierras por parte del padre Eligio Giacomozzi a su propietario, Dn. Francisco Winkler. Entonces las tierras y la capilla pasaron a ser de propiedad de la Orden de los Siervos de María.

Los lugareños comenzaron a orar ante la imagen pidiendo favores tales como la sanación de los enfermos, momento en el cual se la comenzó a llamar Virgen de la Salud.

Se convirtió en tradición que grupos de vecinos se trasladaran, caminando, hasta el sitio, rezando el Santo Rosario, pidiendo por enfermos graves de la comunidad tosquense. También, la población, prioritariamente agricultora, especialmente de caña de azúcar, comenzó a trasladarse hasta el lugar para elevar peticiones de lluvias ante las situaciones de sequía.

Con el pasar de los años el sitio de ha convertido en meta de peregrinación, no sólo para los vecinos de Las Toscas, sino para los habitantes de toda la región, llenado hasta el lugar micros de lugares distantes para visitar a la Virgen Milagrosa.

La imagen fue restaurada en 1981 por el plástico Orlando Binaghi, y a la capilla se le han realizado refacciones que no alteraron su estilo original. En los últimos años se le ha construido un sobretecho de chapas, como protección, hasta tanto se obtengan los fondos necesarios para una adecuada restauración.

Esta capilla, de pequeñas dimensiones (3,60 metros de ancho por 5,50 metros de largo), de muros de ladrillos asentados en barro, tiene una importante significación, tanto como patrimonio tangible como intangible, ya que es el primer lugar donde se practicaron celebraciones católicas en la ciudad y a partir de esta devoción se guardan en la memoria popular cientos de historias que narran los milagros concedidos por la Virgen.




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Capilla Santa Ana - Avellaneda

Es el primer Edificio Histórico que tiene la ciudad de Avellaneda. Fue construida entre los años 1903 y 1906 e inaugurada oficialmente el 26 de Julio de 1906.

"....que la CAPILLA SANTA ANA simboliza el esfuerzo de toda una comunidad que, motivada por un profundo sentimiento religioso, cien años atrás quiso honrar a la Madre de la Virgen María con una construcción de clásica belleza, muy representativo del pensamiento local de la época;
que la capilla referida inaugurada oficialmente el 26 de Julio de 1906, fecha en que se conmemora a Santa Ana con una solemne y muy concurrida fiesta, guió la vida espiritual de toda la comunidad del lugar;
que la estructura original del edificio no fue alterada a lo largo del tiempo, respetándose las misma en las sucesivas remodelaciones efectuadas..."

"...ART. 1: Declárase EDIFICIO HISTORICO DE LA CIUDAD a la CAPILLA SANTA ANA, situada en el paraje homónimo, a quince quilómetros de la zona urbana.

ART. 2: Toda incorporación o embellecimiento deberá ejecutarse respetando el estilo primigenio de la capilla.

ART. 3: Queda expresamente prohibida toda reforma que pudiere afectar el valor histórico y cultural del edificio precitado. Los trabajos de salvaguarda deberán estar precedidos y acompañados por la documentación pertinente, la que deberá ser depositada en los archivos de la Municipalidad de Avellaneda.

ART. 4: Comuníquese al Cura Párroco de la Parroquia "Nuestra señora de las Mercedes" de Avellaneda, Reverendo Padre Efrén Agretti y al Obispo de la Diócesis de Reconquista, Monseñor Andrés Stanovnik.

ART. 5: Facúltese al Departamento Ejecutivo Municipal a dictar las disposiciones necesarias para reglamentar la presente ordenanza.

ART. 6: Comuníquese, publíquese, regístrese y archívese.
( Texto Odenanza Nº )
El paraje Santa Ana -sede de la histórica Capilla- se encuentra ubicado unos quince kilómetros al norte de la ciudad de Avellaneda, con acceso por la ruta provincial Nº 31. El templo religioso fue inaugurado el 26 de julio de 1906, fruto del trabajo y la fe de los pioneros de la zona rural circundante, que por esa época se conocía como Campo Grande. La veneración a la imagen le dio el nombre Santa Ana en el uso popular, que fue reconocido oficialmente por el gobierno municipal en 1986.




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Capilla San Antonio – Santa Rosa de Calchines

Se encuentra hacia el norte del casco urbano, a solo unos minutos, sobre la ruta Pcial. Nro.1.
Esta capilla casi centenaria, fue contruída por orden de un señor llamado Ramón Silva, en terrenos de su propiedad; el mismo era descendiente de portugueses y había llegado al pueblo unos años antes estableciéndose allí como comerciante.

Don Ramón aprendió rápidamente la lengua nativa y ayudaba a organizar la fiesta de San Antonio.
Desde la capilla se traía el santo y la fiesta se realizaba desde el 12 al 14 de junio; pero la imagen no permaneció por mucho tiempo en la capilla, ya que los indios sostenían que el santito quería vivir entre su gente y "misteriosamente" aparecía en su ranchito.

En la Actualidad esta capilla construída en aquella época en honor a San Antonio, contempla silenciosamente el paso del tiempo.





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Capilla Nuestra Señora del Huerto - Hospital José Ma. Cullen – Santa Fe



Iniciadas las obras el 2 de julio de 1913, dos años después fue celebrado el oficio inaugural en el Templo de Rosario (hoy Lisandro de la Torre) 3336/38, a cargo del obispo Mons. Juan Agustín Boneo con traslación del Smo. Sacramento, misa cantada por el rector del Colegio de la Inmaculada, R. P. Luis Canudas, S. J. y sermón de circunstancias, pronunciado por el renombrado orador, P. Gustavo J. Franceschi. A la realización de la obra concurrieron los empeños de muchos santafesinos, que brindaron conocimiento, experiencia y trabajo personal. Los planos generales, estudio y dirección técnica estuvieron a cargo de Domingo Tettamanti y Víctor Di Lucca; el proyecto del frente lleva la firma de Juan Prossa; siendo Marcos Marelli la empresa constructora.

Da. Mercedes Cullen de Aldao viajó a Europa con el fin de contratar la ornamentación del templo en las casas más acreditadas del Viejo Mundo. Es así como los altares fueron construidos por Renard de Barcelona (el mayor, de N. S. del Huerto, donado por Joaquina Oroño de Salas; los otros dos costeados por donaciones de Ricardo Aldao y Sra. Isaura Echague; y por la generosidad de la propulsora: Da. Mercedes Cullen de Aldao, en memoria de su extinto marido José R. Aldao).

Los vitrales son de la manufactura Rigal y Cía., también de la ciudad condal; los artefactos lumínicos fueron hechos por Griffon, de Venecia y los mosaicos para el piso son de la artesanía barcelonesa de Escofet. Llamaría la atención, por su pureza de estilo, el comulgatorio y el pulpito de mármol y bronce, donación de Da. Tránsito Comas de Díaz; el Vía Crucis gótico, donado por Da. María Salomé Freyre de Iriondo; los bancos realizados en la Escuela Industrial Superior de la Nación, donados por el Dr. Tomás R..Cullen y Sra. Elina Crisol; así como los confesionarios, donados por la Flia. Alvarez Comas; ornamentos costeados por los Sres. José Febre, Bernardo Vázquez y Sra. Elisa Cullen; y la galería de acceso, que comunica con el hospital, costeada por Da. Esmeralda Rodríguez Galisteo de Zapata. El mantenimiento del templo ha estado siempre al cuidado de la comunidad religiosa que presta servicios caritativos en el hospital, con apoyo de la incansable Sociedad de Beneficencia de Santa Fe. Y ha sido precisamente una decisión de esta última la que ha remozado algunos aspectos de la capilla, completándola en los últimos meses con una verja de hierro a la calle, embaldosado del atrio, pintura y mantenimiento de techos, etc. Con lo que el hoy Hospital Dr. José María Cullen seguirá contando con la capilla donde ahora reposan los restos del fundador que da nombre al nosocomio y de su hermana, aquella santafesina de gran corazón e infatigable empuje que fue Da. Mercedes Cullen de Aldao. (Diario El Litoral - 01/07/1981)




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Basílica San José. Rosario



El 3 de junio de 1861, Da. Laureana Correa de Benegas, dama de la sociedad rosarina, donó un terreno de su propiedad situado en la calle del Puerto (hoy San Martín), a poco más de seis cuadras de distancia de la Plaza del Mercado, de veinte varas de frente por sesenta y dos y media de fondo.

El 23 de mayo de 1862, la comisión de señoras, encargada de la construcción de la Capilla de la Corte de María, comunica al sacerdote su finalización, solicitando se celebre la primera misa previa bendición del edificio. La zona estaba tan poco poblada, por entonces, que el edificio religioso se encontraba en el centro de un descampado de cuatro cuadras desde las últimas casas de la calle del Puerto.

En 1887, Santa Fe es elevada a la jerarquía de Obispado, siendo su primer prelado Monseñor Agustín Boneo, quien decide dotar de una parroquia a la zona. Fue entonces que el padre José María Sánchez recibe el encargo de erigir el nuevo templo en la Capilla de la Corte de María, que se transformó en Parroquia San José.

La piedra fundamental de la Parroquia se colocó el 10 de diciembre de 1906, y un importante número de fieles colaboró para la concreción de la obra.

La inauguración oficial del edificio se realizó el 28 de abril de 1912.

Según los libros parroquiales, los planos del templo fueron realizados por el arquitecto Castagno. El constructor fue el Sr. Ulises Lazzari quien colaboró con su padre Angel Lazzari y su suegro, Luis Sessarego, ambos arquitectos en la realización y remodelación de diversos edificios de la ciudad. También participó en el equipo que refaccionó el Convento de San Carlos en San Lorenzo, el Palacio San José de Urquiza en Concepción del Uruguay y la Municipalidad y la Iglesia Catedral en Rosario. El edificio se construyó con aportes de los gobiernos nacional y provincial, así como de donaciones particulares y aportes de los feligreses.

La iglesia posee un pequeño atrio, nave central con bóveda de cañón corrido, capillas laterales y crucero, que se hace evidente en la conformación de su volumetría exterior. Cuenta con un presbiterio y el altar mayor fue construido en Austria. Una gran cúpula corona el crucero y, sobre la fachada, una torre que contiene tres campanas fabricadas en Francia. La fachada se puede encuadrar dentro del estilo neo-barroco italiano, emparentado con el barroco americano.

El exterior fue terminado en el año 1931. Sus dimensiones son de 40 m. de largo por 13 m. de ancho.

El 24 de mayo de 1998, el Papa Juan Pablo II elevó el templo a la jerarquía de Basílica, al conmemorarse el centenario de la constitución jurisdiccional de la Parroquia.

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Capilla del Santo Cristo






El pueblo actual de Colonia Dolores se encuentra a 8 km. de Gobernador Crespo, Departamento San Justo, en la provincia de Santa Fe.

La planta urbana, se encuentra ubicada en una loma de las primeras depresiones topográficas de las que continúan hasta el arroyo Saladillo Amargo.

El 95 % de la población es descendiente de indios mocovíes, habitantes originales de la región. Sobre la antigua línea de fronteras, que desde Fortín Capibara, Fortín Ñanducita, Fortín Belgrano, Fortín San Martín Norte y Pueblo San Javier, a unas 30 leguas al norte de la ciudad de Santa Fe, frente al Cantón de San Martín Norte y en la margen izquierda del Cayastá, riacho afluente del Saladillo Amargo, los padres franciscanos Fray Bernardo Arana y Gerónimo Marchetti, fundan el pueblo de Nuestra Señora de los Dolores, en el mismo sitios de la antigua reducción de los charrúas, Cayastá Grande, fundada por los padres franciscanos en el siglo XVIII.

Esta población se trasladó al actual sitio que ocupa San Martín Norte, quedando en el lugar una parte de las tolderías, dando así origen a este pueblo de Colonia Dolores. La primera vivienda material se construyó en 1889, consistiendo en un salón donde se oficiaban los actos religiosos y una habitación contigua para el descanso del padre franciscano.

Durante el período en que desarrolló su tarea evangelizadora Fray Buenaventura Giuliani, 1904, se edificó la capilla, otras habitaciones anexas, una herrería y carpintería para la atención de las herramientas de colonos e indígenas. Siendo Gobernador de la Provincia Dn. Mariano Cabal, se les otorga a los aborígenes la poseción de una superficie de 2 leguas de frente por 2 leguas de fondo, en el sector que hoy ocupa el área de Colonia Dolores y parte de San Martín Norte. Estas tierras fueron escrituradas el 25 de setiembre de 1872, siendo comisionados para su adjudicación el R.P. Fray Bernardo Arana y el Cnel. Leopoldo Nelson. Durante la revolución de 1880, el Ministerio de Guerra decretó la remoción de los indios, lo que llevaba implícita la pérdida de sus tierras, esta medida no alcanzó esta zona, por la intervención del gobernador Dn. Simón de Iriondo. En 1900, el gobierno otorga a los indígenas que habitaban el lugar en aquel momento 1632 has. divididas en medias concesiones de 17 has. A pesar de estas disposiciones legales, los indígenas serían despojados de sus tierras por comerciantes y particulares.

El 30 de agosto de 1904, día de Santa Rosa de Lima (que el pueblo reconoce como su patrona no declarada), se bendice la capilla la Capilla dedicada al Santo Cristo y la escuela. Según el acta que refrenda el acto se dedicaría como capilla a los tres metros cuadrados donde se ubica el altar, y el resto del salón se utilizaría como escuela, bajo la advocación de San Pedro, "por desearlo así el pueblos indígena en memoria de la antigua reducción de San Pedro". Siguiendo con el relato de Fray Giuliani, concurrieron al acto, además de los indígenas, el Coro de Cantores de la Iglesia de San Martín, el Juez de Paz, Dn. Bartolomé Calvento, y otros habitantes, además del cacique Mariano Salteño, líder indiscutido de esa región.


Fte: http://www.patrimoniosf.gov.ar/

2 comentarios:

Anónimo dijo...

He leido con atencion el articulo de Ermete Constanzi, alli se hace referencia a un decreto que disuelve las colonias indigenas en 1885. No he encontrado datos sobre dicho decreto. Si pudiera dar mas informacion del mismo le quedare muy agradecido.

Alejandro Marin

Anónimo dijo...

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