viernes, 31 de agosto de 2007

BREVE RESEÑA SOBRE TEMPLOS Y CAPILLAS SANTAFESINAS

Templo San Francisco Javier - San Javier
La historia de esta actual parroquia está estrechamente ligada a la labor llevada a cabo por los franciscanos, quienes se hicieron cargo de la reducción de indios mocovíes en 1812. En el seno de esta Misión, erigida en 1743 por los Padres Jesuitas, hasta la llegada de los franciscanos, la necesidad de construcción de una iglesia era primordial, como parte de la afirmación de la tarea evangelizadora entre los aborígenes, desde la capilla erigida bajo la dirección de Florián Paucke hasta la construcción actual.

Los antecedentes del actual edificio se remontan a 1870, cuando San Javier estaba a cargo de los franciscanos Antonio Rossi y Hermete Constanzi. El asentamiento había crecido lo suficiente como para que la antigua y pequeña capilla de tapia no alcanzara a cubrir las necesidades de los fieles. En 1874, los sacerdotes, obtienen autorización para la construcción del nuevo templo, además de la licencia para pedir limosna en todo el ámbito diocesano durante dos meses y un subsidio del Gobierno Provincial para iniciar la obra al año siguiente. Para esta labor contaban ya con artesanos carpinteros, albañiles y los peones necesarios, así como también los materiales necesarios. Sin embargo, la construcción del templo fue trabajosa y lenta, en tanto que los recursos necesarios se obtenían gracias al aporte de fieles y del gobierno provincial. Las obras finalizan e 1878.

El Campanario se finaliza en 1883, el mismo año en que se colocan las campanas. En 1886 se remodela su fachada, construyéndose pilares y rejas de hierro.

En el año 1898, el 3 de diciembre, fecha de la festividad de San Francisco Javier, santo patrono, el Obispo de la reción creada Diócesis de Santa Fe, Monseñor Juan Agustín Boneo, erige en Parroquia el templo misionero.

En 1903, estando a cargo Fray Ambrosio Pighín, se blanquea la fachada y se coloca el escudo franciscano. En 1912, gracias a los aportes de una feligresa se adquiere un reloj para la torre.




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Iglesia Nuestra Señora del Carmen – San José del Rincón

La actual iglesia Nuestra Señora del Carmen – como se sabe- fue obra del fraile franciscano Francisco de Paula Castañeda, el prócer de Mayo y ex guardián de la Recoleta, quien desterrado de Buenos Aires por desacuerdos con Bernardino Rivadavia (dedicado por entonces a una reforma del clero), recibe la protección del gobernador Estanislao López y demás autoridades locales.

Guillermo Furlong sostiene que si bien no se conoce en particular en qué términos se establece la relación entre ambos, lo cierto es que el recién llegado no quiso residir en nuestra ciudad; prefiere en cambio viajar para abocarse inmediatamente a “la fundación de iglesia, pueblo y escuela en un desierto cual es el Rincón de Antón Martín, que ahora se llama el Rincón de San José” .

Hacia fines del año 1823 tanto la escuela como el templo estaban en condiciones de ser habilitados, puesto que el 19 de diciembre de ese año Castañeda se dirige al Cabildo manifestando que “ la solemne apertura de la escuela del Rincón de San José será el próximo domingo y el jueves siguiente se dirá la primera misa en la nueva capilla” . Conforme al contenido de esta nota, Andrés Roverano sostiene que la primera misa en la nueva capilla debió celebrarse el 25 de diciembre de 1823 aunque las obras no estuvieren terminadas, puesto que documentos posteriores (1827) dan cuenta de la continuidad de los trabajos. Según afirma este autor, “la construcción definitiva debió finalizar en los últimos días de 1827 o en los primeros del siguiente, pues del 9 de enero de 1828 se abona al botero Félix Gálvez ocho reales por haber transportado los músicos para la función de la colocación de la capilla del Rincón

Esta sucinta descripción permite afirmar que Castañeda no solo fue el autor de la obra, sino que se constituyó en el principal actor en la gestión de obtener los fondos necesarios tanto para construir la escuela como la capilla. Una acción bastante frecuente tanto en este período histórico republicano como en el anterior período colonial; en los que por fuera de los profesionales y técnicos de la arquitectura, actuaban idóneos, operarios de gremios afines o “inteligentes”, como curas, obispos, gobernadores, etc., encargados muchas veces de llevar adelante la construcción de los edificios necesarios para la vida civil o religiosa.

De esta manera se explica que la Iglesia original, construida entre 1823-1827, quede definida por una fuerte estructuración empírica, basada en la repetición de un modelo de nave única y “arco cobijo” que se lograba por una simple extensión de la cubierta.
(Pensemos en San Francisco de Santa Fe y en las innumerables capillas que en nuestro país y en toda América adoptaron este tipo arquitectónico).

Como todo espacio obtenido por imperio de la experiencia y los usos, la capilla de Castañeda se presenta como una construcción de volumetría simple, realizado en mampostería de ladrillos revocados y encalados; y una techumbre a dos aguas sostenida por cerchas de madera dura recubierta por tejas españolas. Un único gesto parece imponer cierto aire simbólico al despojado conjunto, se trata de una espadaña que colocada como hastial de la cubierta corona el edificio dándole altura y mayor prestancia. Se trata de un imafronte simétrico - también construido en mampostería – realizado a partir de dos pináculos esquineros y un muro perforado que remata en un pequeño tímpano dentado. Hacia los laterales, sendas galerías acompañan la edificación; la que da al este, interrumpe tres tramos de arquería para alojar la sacristía.

Recién en el año 1895 y teniéndose en cuenta el importante deterioro que había sufrido la iglesia, es intervenida por el Ing. Arturo Lomello; profesional que para entonces recién llegado a las funciones de “ingeniero municipal”, desarrollaría desde su cargo en Obras Públicas del municipio santafesino una importante labor. Y es justamente este profesional quien realiza el 1° de junio de 1895 el plano “Proyecto de Refacción de la Iglesia de San José del Rincón”, material que permite hoy saber a ciencia cierta cómo había sido la capilla construida por Castañeda y al mismo tiempo, conocer cuáles eran las patologías más importantes detectadas en el edificio y en qué consistió la propuesta de reforma efectuada por Lomello. Así, el citado documento encontrado en el archivo de Catastro Municipal asume un destacado valor histórico, puesto que deja definitivamente establecida la forma y las dimensiones de la capilla primigenia y, particularmente, el nombre del autor que había sido el responsable de las importantes modificaciones operadas en el edificio hacia fines del siglo XIX..

Comparándose los planos y las fotografías, pudo establecerse que la intervención de Lomello persiguió una actualización del edificio, haciéndose evidente que se buscó homologar las proporciones de la espadaña y el arco cobijo de Castañeda con los nuevos lenguajes asimilados de la tradición académica. Para lograrlo, su autor decide sustituir la techumbre de tejas por otra de zinc, colocar un cielorraso horizontal de pinotea que oculte la estructura del techo (retirado luego en la intervención de 1995), instalar una escalera caracol de chapa para acceder al coro, entre otras sustituciones consideradas de menor envergadura. Como síntesis, vemos que la imagen obtenida revela y coincide con las transformaciones operadas en la arquitectura en conexión con el cosmopolitismo imperante. Nueva cubierta, frontis mixtilíneo, óculos y el tratamiento de toda la fachada con estrías, almohadillados, etc., componen los estilemas encargados de desplazar u ocultar las austeras formas empíricas y los materiales tradicionales heredados de la obra de Castañeda. Un reemplazo de modelos que queda justificado como parte de un proceso de modernización y de aculturación que se manifiesta tanto en la arquitectura como en otras expresiones de la vida social. A otra escala esto quedará demostrado en la ciudad de Santa Fe con la sustitución del Cabildo por la actual Casa de Gobierno.

Se consigna finalmente, que a propósito de la actualización arquitectónica realizada a mediados de 1995, donde nuevamente la Iglesia es objeto de transformaciones, hoy se debe lamentar la pérdida del espacio original del presbiterio, el retiro del retablo y el comulgatorio, la reconversión de la capilla lateral (incluida su pila bautismal), el repintado de los confesionarios (según la tradición provenientes de las Misiones) privando a la obra de su ingenua y expresiva simbología, elementos que por otra parte, constituían en sí mismo un patrimonio artístico de innegable valor. Bueno sería que de aquí en más, estos trabajos sean conducidos por especialistas en patrimonio, atento a los indiscutidos valores que posee la obra aquí descripta.



Iglesia Santa Rosa de Lima - Santa Rosa de Calchines

El 20 de marzo de 1861, desde el Convento de San Carlos se envía el Padre Fray Antonio Rossi con la orden de iniciar la construcción del templo en Calchines por el que tanto había bregado el Padre Zattoni que lo veía como único medio de afianzamiento definitivo.

Con ayuda de la población, los frailes y el gobierno nacional y provincial en el año 1863, se concluye la obra de este magnífico templo. El mismo se componía de tres naves, la central donde se celebra la misa y las laterales que servían de habitación de los padres y escuela pública de niños.

El Gral. Bartolomé Mitre, presidente de la nación en aquel entonces, donó el retablo del Altar Mayor, que fue traído desde Nápoles, que se puede apreciar actualmente y asistió a la inauguración del templo el 15 de agosto de 1863; celebrándose la primera misa y el primer bautismo.

En la actualidad el templo es MONUMENTO HISTÓRICO NACIONAL, declarado como tal el 29 de agosto del año 1999. Los restos del P.F. Antonio Rossi, quien concretara la obra del templo, se encontraban en el Convento de San Carlos en la ciudad de San Lorenzo (provincia de Santa Fe) y en el año 1999, fueron traídos a Santa Rosa de Calchines y depositados, en una urna construída exclusivamente, en el templo.


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Iglesia San Antonio – San Antonio de Obligado

La reducción de San Antonio de Obligado completó una serie de reducciones instaladas en la Región tales como San Javier, Santa Rosa de Calchines, San Martín Norte, la Purísima Concepción de Reconquista y San Jerónimo del Sauce y se mantuvo en funcionamiento alrededor de diez años.

Se fundó el 22 de junio de 1884, entre la Colonia Ocampo y Las Toscas, por una solicitud del Coronel Manuel Obligado, jefe de la frontera norte en la provincia de Santa Fe. Su alma mater fue Fray Ermete Constanzi.

El 28 de mayo de 1884, Obligado solicita al prefecto de Misiones, Fray Vicente Caloni, un sacerdote para la atención espiritual de un importante grupo de indios reducidos. Fue así que llegó el padre Fray Ermete Constanzi, futuro gran conductor de la población indígena reducida y figura de relevancia en toda la región poniéndose, inmediatamente, al mando de un grupo de 215 indios “montaraces”. A este grupo inicial se sumaron algo más de treinta indios del cacique Juan Chará y, junto con vecinos de Las Toscas llevaron en procesión la imagen de San Antonio de Padua hasta el lugar elegido para la instalación de la nueva reducción.

Una vez llegados al lugar, instalan la imagen en una carpa a modo de capilla, sin embargo, por las reducidas dimensiones de la misma las misas se celebrarían al aire libre. Pocos días después, se sumó otro grupo de indios, con los que se conformaba un grupo de alrededor de 400 para el día 28 de junio.

El 11 de julio siguiente, el Gobierno Nacional autoriza la denominación de San Antonio de Padua y pueblo Obligado a la población recién fundada.

El padre Costanzi describía así el aspecto de la reducción: “El aspecto presente de la reducción es en forma de herradura de caballo, compuesta por puras chozas construidas con pasto y, en el centro, de dos carpas, una que me sirve de casa y otra de capilla, donde todos los días celebro la Santa Misa. Mañana y tarde les enseño a rezar a chicos y grandes, y como en la carpa apenas caben el sacerdote y el ayudante, están los indios a campo abierto, y con muy buena voluntad se prestan a las pequeñas instrucciones en que, de noche, cerca de una abundante fogata, me entretengo con los niños y mayores hasta las ocho, haciéndoles algunas explicaciones religiosas y cristianas, según la inteligencia de ellos.” Esta buena relación con los aborígenes se debía, en parte, al buen dominio de la lengua mocoví que poseía Fray Costanzi.

Sin embargo esta situación de tranquilidad se quebraría al conocerse la noticia del decreto nacional del 10 de diciembre de 1885, que ordenaba disolver todas las colonias indígenas. La rápida acción de los franciscanos, el coronel Obligado y el gobierno santafesino, impidió que la reducción de San Antonio fuera incluida en la medida nacional, por lo que el lugar continuó con un desarrollo floreciente.
Hacia 1885 se había construido el primer templo, que hoy se conserva contigua al templo actual como dependencias parroquiales y Museo. La figura del padre franciscano es esencial en este proceso, sus labores no se limitaban sólo a lo espiritual, sino que conducía aún, las tareas de asignación de lotes y de agricultura con excelentes resultados.

El 22 de junio de 1891 se coloca la piedra fundamental del templo definitivo. Las obras se llevan adelante, según planos que había aportado el padre Constanzi, a partir del trabajo de cuatro albañiles que dirigían la mano de obra aborigen. Las dificultades que ofrecían las condiciones climáticas ponían en duda la concreción del templo, sin embargo éste se finalizó el 18 de noviembre de 1895.

La construcción, sencilla, está conformada por una única nave de 36 metros de largo, techada de madera, tejuela y zinc. Parte de la madera fue trabajada en la misión y provenía de los montes cercanos. La torre tiene 28 metros de altura, debajo de ella se encuentra el ingreso, donde se destaca el escudo franciscano.

La antigua capilla se integró al conjunto. En la actualidad, esta construcción y otros salones anexos se utilizan como salas de catequesis y albergan, además, al Museo en formación.

La orden franciscana continuó con la atención de los fieles de San Antonio de Obligado, hasta que en mayo de 1901 se hizo entrega de la iglesia a la Curia episcopal de Santa Fe. Por decreto del 2 de noviembre de 1901, Monseñor Boneo erigía la Parroquia de San Antonio de Obligado y nombraba su primer párroco al padre Gumersindo Arias. Desde 1930, la cabecera parroquial se encuentra en Las Toscas.

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Iglesia Nuestra Señora del Carmen – Carmen del Sauce

Hacia julio de 1863, los vecinos de Arroyo del Sauce, dependiente del Curato del Rosario, solicitan a Dn.. Miguel Vidal, licenciado y gobernador paranaense, facultades para erigir un oratorio, en principio en honor a San Pedro Apóstol, contando para esto con la donación de seis cuadras de terreno de los señores Domingo Molina y Bernardo García, obligándose a su conservación hasta que se conformara una villa o pueblo capaz de mantener un sacerdote efectivo. El 3 de abril de 1864, se hace efectiva la donación de terrenos en favor del Superior Gobierno, de los terrenos ubicados en Sauce o Puestos de Medina, con la indispensable condición de que se construyera en ellos un oratorio. Este acto es llevado a cabo por el Escribano Público José María Arzec. Después de haberse aprobado las acciones pertinentes en cuanto a la creación del oratorio, se lleva a cabo la colocación de la piedra fundamental, acto presidido por el cura Euresquián (Diario La Capital, 23/12/76).

En febrero del año siguiente, se deja constancia que el maestro albañil Dn. Ángel Moneta se hace responsable de la construcción del edificio de la iglesia, el cual se compondría de treinta varas de "largo luz" por diez varas de "ancho luz", y seis varas a cada costado de alto, y a media vara del piso, los cimientos. A un año de la colocación de la piedra fundamental, se le informa al Obispo de Paraná, Dn.. José Gelabert y Crespo, que se ha dado comienzo a la construcción del templo. El templo constituyó, desde sus orígenes, un centro de concentración social muy importante y ligado a la identidad de sus habitantes.

El templo posee una planta basilical de 26 m. de largo por 8,50 m. de ancho, realizada con suma sencillez. El atrio está definido por paneles de pinotea de 4m. de altura, generando dos ingresos secundarios de uso habitual, reservándose la puerta principal para los acontecimientos (casamientos, fiestas patronales, etc.)

Las paredes, de 0,80 m. de espesor, están simplemente revocadas y presentan tres nichos para alojar las imágenes de San Antonia Abad, Sagrado Corazón de Jesús y San Luis Gonzaga.

El altar principal es un retable con la imagen de Nuestra Señora del Carmen y un Cristo Crucificado sobre el Sagrario. En una vitrina ubicada a la derecha de la nave se encuentra otra imagen, en este caso de vestir y con cabello natural, de Ntra. Sra. del Carmen.
En la base del campanario se encuentra lo que debe haber sido el bautisterio original, dado que allí fue hallada una pila bautismal cubierta por el muro. Se trata de una pieza de mármol de excelente factura. Actualmente, en ese sitio, se encuentran las imágenes de Cristo Crucificado junto a María Dolorosa.

Merece especial atención el púlpito, realizado en madera policromada, con un diseño original y de proporciones adecuadas a la escala del templo. El diseño tan particular del óculo le otorga una singular luminosidad.

Las campanas fueron donadas por la familia
Corvalán en 1897, fecha grabada en las mismas.


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Iglesia Nuestra Señora de los Dolores – San Martín Norte

En el año 1869, al mismo tiempo que se produce el desplazamiento hacia el norte de la línea de fortines, se crea el Cantón San Martín, en la margen derecha del arroyo Cayastá, en la confluencia con el Saladillo Amargo.

El 23 de junio de 1870, frente a ese cantón, se funda la Reducción Nuestra Señora de los Dolores o el también llamado Pueblo de San Martín, siendo responsables de la misma Fray Bernardo Arana y Fray Gerónimo Marchetti. Es la única localidad en la provincia que nace de un intento de los franciscanos de colonizar y desarrollar la agricultura a partir de los pobladores aborígenes originarios. Desde el principio estaba presente la idea de edificar una construcción religiosa que respondiera al espíritu evangelizador de los padres franciscanos.

Entre los años 1886 y 1889, debido a las inundaciones del terreno donde se hallaba emplazada la reducción y a la necesidad de controlar a la comunidad aborigen a través de una única fuente de abastecimiento de agua, se efectúa el traslado de toda la reducción 15 km. al norte del lugar que hasta el momento ocupaba. Desde entonces el pueblo de Dolores, Cantón San Martín o Cayastá Grande, pasó a tener la denominación actual: San Martín Norte. Este traslado es coincidente con la aparición de las primeras familias de inmigrantes que llegaban desde San Javier.

Aquí los misioneros planificaron la construcción de un imponente templo que comenzó a ser levantado en 1892 por Fray Vicente Caloni, siendo bendecida la obra en 10 de mayo de 1896.

Se conjugaron en este templo actividades no sólo religiosas sino comunitarias de todo tipo, incluso la comunidad acudía a los sacerdotes ante un problema de salud, ya que éstos les suministraban los remedios necesarios, especialmente fray Buenaventura Giuliani, que ejercía las funciones de médico y cuyos restos descansan en el templo. La creencia popular le adjudica poderes milagrosos, incluso en la actualidad. Tambiés es de destacar la labor educativa, recreativa y cultural que se desarrolló desde el templo a través de su importante biblioteca.

Este templo fue la génesis en la formación de nuevas iglesias en la región, ya que a partir de la labor desarrollada desde allí se crean en 1904, la Capilla del Santo Cristo en Colonia Dolores, la iglesia de Gobernador Crespo en 1927 y en 1930 la Capilla de La Penca.



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Convento de Santo Domingo – Santa Fe

La sede de la orden de los Predicadores, vulgarmente conocida como Orden Domínica, está ubicada en la tradicional esquina sureña cercana a la Plaza de Mayo.

En 1805 se colocó la piedra fundamental del actual templo, paralizada y reanudada en repetidas oportunidades, fue inaugurada oficialmente en 1905, junto con la bendición de la imagen de la Virgen del Rosario. El interior es de estilo jónico y el frente románico-jónico. En la torre derecha ostenta una hermosa veleta con la clásica banderilla de dos puntas, cuyo eje remata en cruz de doble cinta con motivos vegetales, tan frecuentes en construcciones cristianas.

La planta tiene forma de cruz latina y remata en un cimborrio cúpula de 50 m. de altura y sus vitraux, 16 en total, representan escenas de la vida de Santo Domingo de Guzmán y figuras de eminentes dominicos.

En dos oportunidades el Gral. Manuel Belgrano se alojó en el Convento en su paso por Santa Fe hacia el Paraguay, y recibió del pueblo santafesino la generosa colaboración en soldados, armas, hacienda, etc.

En el interior del templo descansan los restos de importantes figuras de nuestro pasado como Francisco Antonio Candioti, primer gobernador santafesino y el Brig. Gral. Don Juan B. Bustos que fuera Gobernador de Córdoba y el de la primar patricia argentina, Da. Gregoria Pérez de Denis.



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Catedral de la Inmaculada Concepción – Reconquista

Ubicada frente a la plaza 25 de Mayo, debe su origen a la reducción de indios del lugar, llevada a cabo por el Gral. Obligado luego de fundada la ciudad de Reconquista.

En 1873 al venir el misionero Franciscano Fray Bernardo Trippini dedicó la reducción bajo el título de la Purísima Concepción.

Al crecer el pueblo y con la llegada del inmigrante para poblar las colonias de Reconquista y Avellaneda, Obligado decide levantar un templo en vez de la precaria capilla existente. Lleva a cabo la obra hasta aflorar los cimientos, pero otros problemas ocupan toda su atención.

Al Padre Trippini, lo sucede el Padre Antonio Rossi, pone manos a la obra y en 1884 era bendecido el Templo de Reconquista.

En ella descansan los restos del Padre Santiago Ollessio y del Monseñor Juan B. Lovato.

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Capilla Virgen de la Salud – Las Toscas

Este pequeño edificio comenzó a construirse a pocos años de la fundación de Las Toscas. Entre sus primeros colonos se encontraba un señor de apellido Zanqueta, llegado desde Italia, que se asentó a orillas de los manantiales del arroyo conocido hoy como Las Toscas. Este nombre fue dado por el Gral. Manuel Obligado, cuando encontró un arroyo de aguas cristalinas en cuyo fondo se veían piedritas "toscas".

Según tradición oral, Dn. Zanqueta llega al lugar uno o dos años después del asentamiento, ocupando las tierras que se le asignaron por ser uno de los primeros pobladores. Había traido consigo desde Italia una imagen de la Virgen del Perpetuo Socorro, conservándola en su casa, donde había armado un pequeño oratorio. Su casa era, también, lugar de reunión de los vecinos para compartir pasatiempos.

Estos mismos vecinos, le proponen erigir una construcción para especial para la veneración de la imagen. En esta empresa trabajaron las familias Del Fabro, Pontel, y Dagaro, y se inauguró en 1893, y según la tradición fue bendecida por el padre Ermete Constanzi, misionero franciscano que atendía espiritualmente la zona. Al lugar iban a celebrar la misa el padre Ermete Constanzi, el padre Leónidas Rodrígrez y el padre Celso Ghío.

Tiempo después se tramitó la compra de esas tierras por parte del padre Eligio Giacomozzi a su propietario, Dn. Francisco Winkler. Entonces las tierras y la capilla pasaron a ser de propiedad de la Orden de los Siervos de María.

Los lugareños comenzaron a orar ante la imagen pidiendo favores tales como la sanación de los enfermos, momento en el cual se la comenzó a llamar Virgen de la Salud.

Se convirtió en tradición que grupos de vecinos se trasladaran, caminando, hasta el sitio, rezando el Santo Rosario, pidiendo por enfermos graves de la comunidad tosquense. También, la población, prioritariamente agricultora, especialmente de caña de azúcar, comenzó a trasladarse hasta el lugar para elevar peticiones de lluvias ante las situaciones de sequía.

Con el pasar de los años el sitio de ha convertido en meta de peregrinación, no sólo para los vecinos de Las Toscas, sino para los habitantes de toda la región, llenado hasta el lugar micros de lugares distantes para visitar a la Virgen Milagrosa.

La imagen fue restaurada en 1981 por el plástico Orlando Binaghi, y a la capilla se le han realizado refacciones que no alteraron su estilo original. En los últimos años se le ha construido un sobretecho de chapas, como protección, hasta tanto se obtengan los fondos necesarios para una adecuada restauración.

Esta capilla, de pequeñas dimensiones (3,60 metros de ancho por 5,50 metros de largo), de muros de ladrillos asentados en barro, tiene una importante significación, tanto como patrimonio tangible como intangible, ya que es el primer lugar donde se practicaron celebraciones católicas en la ciudad y a partir de esta devoción se guardan en la memoria popular cientos de historias que narran los milagros concedidos por la Virgen.




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Capilla Santa Ana - Avellaneda

Es el primer Edificio Histórico que tiene la ciudad de Avellaneda. Fue construida entre los años 1903 y 1906 e inaugurada oficialmente el 26 de Julio de 1906.

"....que la CAPILLA SANTA ANA simboliza el esfuerzo de toda una comunidad que, motivada por un profundo sentimiento religioso, cien años atrás quiso honrar a la Madre de la Virgen María con una construcción de clásica belleza, muy representativo del pensamiento local de la época;
que la capilla referida inaugurada oficialmente el 26 de Julio de 1906, fecha en que se conmemora a Santa Ana con una solemne y muy concurrida fiesta, guió la vida espiritual de toda la comunidad del lugar;
que la estructura original del edificio no fue alterada a lo largo del tiempo, respetándose las misma en las sucesivas remodelaciones efectuadas..."

"...ART. 1: Declárase EDIFICIO HISTORICO DE LA CIUDAD a la CAPILLA SANTA ANA, situada en el paraje homónimo, a quince quilómetros de la zona urbana.

ART. 2: Toda incorporación o embellecimiento deberá ejecutarse respetando el estilo primigenio de la capilla.

ART. 3: Queda expresamente prohibida toda reforma que pudiere afectar el valor histórico y cultural del edificio precitado. Los trabajos de salvaguarda deberán estar precedidos y acompañados por la documentación pertinente, la que deberá ser depositada en los archivos de la Municipalidad de Avellaneda.

ART. 4: Comuníquese al Cura Párroco de la Parroquia "Nuestra señora de las Mercedes" de Avellaneda, Reverendo Padre Efrén Agretti y al Obispo de la Diócesis de Reconquista, Monseñor Andrés Stanovnik.

ART. 5: Facúltese al Departamento Ejecutivo Municipal a dictar las disposiciones necesarias para reglamentar la presente ordenanza.

ART. 6: Comuníquese, publíquese, regístrese y archívese.
( Texto Odenanza Nº )
El paraje Santa Ana -sede de la histórica Capilla- se encuentra ubicado unos quince kilómetros al norte de la ciudad de Avellaneda, con acceso por la ruta provincial Nº 31. El templo religioso fue inaugurado el 26 de julio de 1906, fruto del trabajo y la fe de los pioneros de la zona rural circundante, que por esa época se conocía como Campo Grande. La veneración a la imagen le dio el nombre Santa Ana en el uso popular, que fue reconocido oficialmente por el gobierno municipal en 1986.




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Capilla San Antonio – Santa Rosa de Calchines

Se encuentra hacia el norte del casco urbano, a solo unos minutos, sobre la ruta Pcial. Nro.1.
Esta capilla casi centenaria, fue contruída por orden de un señor llamado Ramón Silva, en terrenos de su propiedad; el mismo era descendiente de portugueses y había llegado al pueblo unos años antes estableciéndose allí como comerciante.

Don Ramón aprendió rápidamente la lengua nativa y ayudaba a organizar la fiesta de San Antonio.
Desde la capilla se traía el santo y la fiesta se realizaba desde el 12 al 14 de junio; pero la imagen no permaneció por mucho tiempo en la capilla, ya que los indios sostenían que el santito quería vivir entre su gente y "misteriosamente" aparecía en su ranchito.

En la Actualidad esta capilla construída en aquella época en honor a San Antonio, contempla silenciosamente el paso del tiempo.





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Capilla Nuestra Señora del Huerto - Hospital José Ma. Cullen – Santa Fe



Iniciadas las obras el 2 de julio de 1913, dos años después fue celebrado el oficio inaugural en el Templo de Rosario (hoy Lisandro de la Torre) 3336/38, a cargo del obispo Mons. Juan Agustín Boneo con traslación del Smo. Sacramento, misa cantada por el rector del Colegio de la Inmaculada, R. P. Luis Canudas, S. J. y sermón de circunstancias, pronunciado por el renombrado orador, P. Gustavo J. Franceschi. A la realización de la obra concurrieron los empeños de muchos santafesinos, que brindaron conocimiento, experiencia y trabajo personal. Los planos generales, estudio y dirección técnica estuvieron a cargo de Domingo Tettamanti y Víctor Di Lucca; el proyecto del frente lleva la firma de Juan Prossa; siendo Marcos Marelli la empresa constructora.

Da. Mercedes Cullen de Aldao viajó a Europa con el fin de contratar la ornamentación del templo en las casas más acreditadas del Viejo Mundo. Es así como los altares fueron construidos por Renard de Barcelona (el mayor, de N. S. del Huerto, donado por Joaquina Oroño de Salas; los otros dos costeados por donaciones de Ricardo Aldao y Sra. Isaura Echague; y por la generosidad de la propulsora: Da. Mercedes Cullen de Aldao, en memoria de su extinto marido José R. Aldao).

Los vitrales son de la manufactura Rigal y Cía., también de la ciudad condal; los artefactos lumínicos fueron hechos por Griffon, de Venecia y los mosaicos para el piso son de la artesanía barcelonesa de Escofet. Llamaría la atención, por su pureza de estilo, el comulgatorio y el pulpito de mármol y bronce, donación de Da. Tránsito Comas de Díaz; el Vía Crucis gótico, donado por Da. María Salomé Freyre de Iriondo; los bancos realizados en la Escuela Industrial Superior de la Nación, donados por el Dr. Tomás R..Cullen y Sra. Elina Crisol; así como los confesionarios, donados por la Flia. Alvarez Comas; ornamentos costeados por los Sres. José Febre, Bernardo Vázquez y Sra. Elisa Cullen; y la galería de acceso, que comunica con el hospital, costeada por Da. Esmeralda Rodríguez Galisteo de Zapata. El mantenimiento del templo ha estado siempre al cuidado de la comunidad religiosa que presta servicios caritativos en el hospital, con apoyo de la incansable Sociedad de Beneficencia de Santa Fe. Y ha sido precisamente una decisión de esta última la que ha remozado algunos aspectos de la capilla, completándola en los últimos meses con una verja de hierro a la calle, embaldosado del atrio, pintura y mantenimiento de techos, etc. Con lo que el hoy Hospital Dr. José María Cullen seguirá contando con la capilla donde ahora reposan los restos del fundador que da nombre al nosocomio y de su hermana, aquella santafesina de gran corazón e infatigable empuje que fue Da. Mercedes Cullen de Aldao. (Diario El Litoral - 01/07/1981)




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Basílica San José. Rosario



El 3 de junio de 1861, Da. Laureana Correa de Benegas, dama de la sociedad rosarina, donó un terreno de su propiedad situado en la calle del Puerto (hoy San Martín), a poco más de seis cuadras de distancia de la Plaza del Mercado, de veinte varas de frente por sesenta y dos y media de fondo.

El 23 de mayo de 1862, la comisión de señoras, encargada de la construcción de la Capilla de la Corte de María, comunica al sacerdote su finalización, solicitando se celebre la primera misa previa bendición del edificio. La zona estaba tan poco poblada, por entonces, que el edificio religioso se encontraba en el centro de un descampado de cuatro cuadras desde las últimas casas de la calle del Puerto.

En 1887, Santa Fe es elevada a la jerarquía de Obispado, siendo su primer prelado Monseñor Agustín Boneo, quien decide dotar de una parroquia a la zona. Fue entonces que el padre José María Sánchez recibe el encargo de erigir el nuevo templo en la Capilla de la Corte de María, que se transformó en Parroquia San José.

La piedra fundamental de la Parroquia se colocó el 10 de diciembre de 1906, y un importante número de fieles colaboró para la concreción de la obra.

La inauguración oficial del edificio se realizó el 28 de abril de 1912.

Según los libros parroquiales, los planos del templo fueron realizados por el arquitecto Castagno. El constructor fue el Sr. Ulises Lazzari quien colaboró con su padre Angel Lazzari y su suegro, Luis Sessarego, ambos arquitectos en la realización y remodelación de diversos edificios de la ciudad. También participó en el equipo que refaccionó el Convento de San Carlos en San Lorenzo, el Palacio San José de Urquiza en Concepción del Uruguay y la Municipalidad y la Iglesia Catedral en Rosario. El edificio se construyó con aportes de los gobiernos nacional y provincial, así como de donaciones particulares y aportes de los feligreses.

La iglesia posee un pequeño atrio, nave central con bóveda de cañón corrido, capillas laterales y crucero, que se hace evidente en la conformación de su volumetría exterior. Cuenta con un presbiterio y el altar mayor fue construido en Austria. Una gran cúpula corona el crucero y, sobre la fachada, una torre que contiene tres campanas fabricadas en Francia. La fachada se puede encuadrar dentro del estilo neo-barroco italiano, emparentado con el barroco americano.

El exterior fue terminado en el año 1931. Sus dimensiones son de 40 m. de largo por 13 m. de ancho.

El 24 de mayo de 1998, el Papa Juan Pablo II elevó el templo a la jerarquía de Basílica, al conmemorarse el centenario de la constitución jurisdiccional de la Parroquia.

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Capilla del Santo Cristo






El pueblo actual de Colonia Dolores se encuentra a 8 km. de Gobernador Crespo, Departamento San Justo, en la provincia de Santa Fe.

La planta urbana, se encuentra ubicada en una loma de las primeras depresiones topográficas de las que continúan hasta el arroyo Saladillo Amargo.

El 95 % de la población es descendiente de indios mocovíes, habitantes originales de la región. Sobre la antigua línea de fronteras, que desde Fortín Capibara, Fortín Ñanducita, Fortín Belgrano, Fortín San Martín Norte y Pueblo San Javier, a unas 30 leguas al norte de la ciudad de Santa Fe, frente al Cantón de San Martín Norte y en la margen izquierda del Cayastá, riacho afluente del Saladillo Amargo, los padres franciscanos Fray Bernardo Arana y Gerónimo Marchetti, fundan el pueblo de Nuestra Señora de los Dolores, en el mismo sitios de la antigua reducción de los charrúas, Cayastá Grande, fundada por los padres franciscanos en el siglo XVIII.

Esta población se trasladó al actual sitio que ocupa San Martín Norte, quedando en el lugar una parte de las tolderías, dando así origen a este pueblo de Colonia Dolores. La primera vivienda material se construyó en 1889, consistiendo en un salón donde se oficiaban los actos religiosos y una habitación contigua para el descanso del padre franciscano.

Durante el período en que desarrolló su tarea evangelizadora Fray Buenaventura Giuliani, 1904, se edificó la capilla, otras habitaciones anexas, una herrería y carpintería para la atención de las herramientas de colonos e indígenas. Siendo Gobernador de la Provincia Dn. Mariano Cabal, se les otorga a los aborígenes la poseción de una superficie de 2 leguas de frente por 2 leguas de fondo, en el sector que hoy ocupa el área de Colonia Dolores y parte de San Martín Norte. Estas tierras fueron escrituradas el 25 de setiembre de 1872, siendo comisionados para su adjudicación el R.P. Fray Bernardo Arana y el Cnel. Leopoldo Nelson. Durante la revolución de 1880, el Ministerio de Guerra decretó la remoción de los indios, lo que llevaba implícita la pérdida de sus tierras, esta medida no alcanzó esta zona, por la intervención del gobernador Dn. Simón de Iriondo. En 1900, el gobierno otorga a los indígenas que habitaban el lugar en aquel momento 1632 has. divididas en medias concesiones de 17 has. A pesar de estas disposiciones legales, los indígenas serían despojados de sus tierras por comerciantes y particulares.

El 30 de agosto de 1904, día de Santa Rosa de Lima (que el pueblo reconoce como su patrona no declarada), se bendice la capilla la Capilla dedicada al Santo Cristo y la escuela. Según el acta que refrenda el acto se dedicaría como capilla a los tres metros cuadrados donde se ubica el altar, y el resto del salón se utilizaría como escuela, bajo la advocación de San Pedro, "por desearlo así el pueblos indígena en memoria de la antigua reducción de San Pedro". Siguiendo con el relato de Fray Giuliani, concurrieron al acto, además de los indígenas, el Coro de Cantores de la Iglesia de San Martín, el Juez de Paz, Dn. Bartolomé Calvento, y otros habitantes, además del cacique Mariano Salteño, líder indiscutido de esa región.


Fte: http://www.patrimoniosf.gov.ar/

miércoles, 29 de agosto de 2007

LAICAS Y RELIGIOSAS CATOLICAS DESTACADAS EN LA VIDA SANTAFESINA. Breves reseñas biográficas.

LAICAS Y RELIGIOSAS CATOLICAS DESTACADAS EN LA VIDA SANTAFESINA. Breves reseñas biográficas.

1) Sara FAISAL

SOCIOLOGA - CREADORA DEL INSTITUTO DE SOCIOLOGÍA DE PROYECCIÓN NACIONAL E INTERNACIONAL

Nacida en Lincoln -provincia de Buenos Aires-, el 23 de junio de 1917. Padres: Emilia Barduil y Salvador Faisal.

Sara Faisal, desde niña, vivió preocupada por el estudio. En Santa Fe cursó los mismos en el Instituto Adscripto «San José» Adoratrices, donde obtuvo el título de Maestra Normal Nacional en 1935, y de Bachiller Nacional en el Liceo Nacional de señoritas de la ciudad en 1936.

Ingresó después en la Universidad Nacional del Litoral -Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales-, donde se graduó de abogada en 1941. En la misma Facultad se doctoró en Ciencias Jurídicas y Sociales.
Los años posteriores a esta graduación los dedicó a la docencia dictando clases en todos los niveles, desde el secundario hasta el universitario.

La perseverancia y otras virtudes personales, hicieron que pronto se destaque dentro de los ámbitos intelectuales y de la sociedad en que vive.

Su dedicación fue absoluta en cuanto a la tarea docente, pero agregó a ésta una acción incansable que la llevó a crear organismos educacionales como el del Profesorado de Educación Pre-escolar y el Departamento de Aplicación; el Profesorado de Educación Especial para el Discapacitado mental y su respectivo Departamento de Aplicación. Todos estos organismos fueron dependientes de la Asociación Femenina de Profesionales, asociación que la contó como una de las fundadoras y donde ejerció la presidencia hasta el día de su muerte. Fue un ejemplo dentro de la ciudadanía en la que debió actuar, por su dedicación al estudio y su permanente actualización cultural. Inquieta, creadora de exquisita femineidad, la hicieron inolvidable.

Su tesis para obtener el doctorado la realizó sobre Sociología, disciplina a la que prestó tal dedicación que la llevó, en 1959, a crear el Instituto de Sociología de proyección Nacional e Internacional.

Su trayectoria docente en establecimientos secundarios, institutos del profesorado y en las universidades del Litoral y Católica, fue muy vasta y siempre en ascenso.

Realizó numerosos trabajos y publicaciones sobre delincuencia infanto-adolescente-juvenil y sobre el "Cambio Social". Dicta cursos, conferencias y cursillos, sobre las anteriores disciplinas.

Fue Miembro titular de la Asociación Latino-Americana de Sociología y Decana de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Católica de Santa Fe. Miembro Titular del Consejo Directivo de la Escuela de Servicio Social dependiente del Ministerio de Salud Pública, cargo en el que actuó desde 1958 a 1963 y fue reelecta.

Fue Miembro Titular del Consejo Académico de la universidad Católica y Presidenta de numerosos congresos de Sociología argentinos y mundiales.
Actuó como Delegada de la Comisión de Intercambio Educativo entre EE.UU. y Argentina ante la Universidad -Comisión Fullbright-.

En el anexo de la Universidad Católica dictó cursos de Capacitación docente para profesionales.
Sus cursos sobre Extensión cultural, que abarcaron temas de sociología, orientación vocacional, delincuencia adolescente-juvenil, para «especialistas en anormales», y sus innumerables conferencias, fueron esperadas y solicitadas por instituciones y colegios de Rosario; San Francisco de Córdoba; Paraná -provincia de Entre Ríos-, San Justo, Esperanza, Rafaela, entre otras localidades.

Investiga sobre «La familia en la sociedad en desarrollo»; «Relaciones intergeneracionales»; «Educación y medio rural»; «Enfoque regional», etc.
No habrá quien olvide a Sara Faisal, cuyo nombre ya ostentan institutos de la ciudad y provincia de Santa Fe.

Fallece en Santa Fe el 24 de junio de 1980.


Fuentes Documentales: Gloria de Bertero, Libro: Quién es Ella en Santa Fe Tomo i


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2) María Teresa REARTE BASLA

PROFESORA UNIVERSITARIA - ESPECIALIZADA EN ÉTICA Y TEOLOGÍA DOGMÁCITA

Nacida el 18 de setiembre de 1941 en Añatuya –prov. de Santiago del Estero-, se radica en Santa Fe de la Vera Cruz. Padres: María Alejandrina Basla y Santos Vicente Rearte.

Maestra, egresada del Instituto San José Adoratrices en 1960, obtiene diploma de Profesora en Ciencias de la Educación en 1967, lo que le permite acceder a la enseñanza media y superior en la Universidad Católica de Santa Fe.

Ocupa por concurso numerosos cargos en el Ministerio de Educación de su provincia desde 1963 hasta 1996. Ingresa luego en dependencias del entonces Consejo Nacional de Educación y es posteriormente trasladada a la Provincia de Santa Fe en razón del convenio de transferencia de los servicios educativos.

Siendo aún alumna, se la designa Ayudante de la Cátedra de Psicología General de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Católica de Santa Fe durante el año 1965.

En la Facultad de Letras de la Universidad antes nombrada es Profesora a Cargo de la Cátedra de Psicología de la Personalidad y Evolutiva (Infancia y Adolescencia) desde 1970 a 1971, años en que también ocupa la Cátedra de Didáctica General y la Cátedra de Pedagogía, cesando por renuncia.

Desde el 1-4-81 hasta el 31-3-89 es Profesora Adjunta de Iniciación a la Teología; Titular de Filosofía del Obrar Humano; Profesora Asociada de Etica y Titular de Ética; Adjunta y Asociada de Antropología Teológica en el Departamento de Formación de Filosofía y Teología de la Universidad Católica de Santa Fe, donde también cesa por renuncia.

Paralelamente durante algunos años es Profesora de Ética I del Seminario Metropolitano de Nuestra Señora e Instituto Superior San Juan de Ávila (reconocido por el Ministerio de Educación de la Nación y dependiente del Servicio Provincial de la Enseñanza Privada de la Provincia de Santa Fe), continuando en la actualidad (1999) en ambas cátedras.

En el ámbito de la provincia es disertante en el Proyecto de actualización y formación profesional del Ministerio de Educación en 1995.

En la Arquidiócesis de Santa Fe de la Vera Cruz, en calidad de "Miembro Sinodal" asiste al ler. Sínodo Diocesano sobre "El matrimonio y la familia. La formación de los Fieles Laicos" 1997-1998.
Entre otras ponencias presentadas en el mismo, citaremos: Educación para el amor; El matrimonio como vocación en el espectro vocacional cristiano; Espiritualidad del matrimonio y la familia; La familia marginada; los padres y la formación de la conciencia moral de los hijos; Importancia del libro, la radio y la televisión en la espiritualidad del matrimonio y la familia; La pastoral universitaria; El educador católico en escuelas de proyectos educativos varios; Los laicos ante los desafíos de la evangelización; La atención de los pobres, etc. Todos son temas que muestran los valores que la asisten.

Participa en el ámbito de la Universidad Católica de Santa Fe en la "Jornada de adhesión al cincuentenario de la Sociedad Tomista Argentina" (1988) con el trabajo y publicación de "Los absolutos morales".

Jornadas y cursos cuentan con su presencia desde 1984 a 1997: En la Junta Arquidiocesana de Educación Católica de Santa Fe; Curso (teórico —práctico) organizado por el Instituto de la Facultad de Filosofía y por el de Filosofía y Teología; en el Vicerrectorado de Formación; en el Departamento de Posgrado del Doctorado en Educación, todos de la Universidad Católica de Santa Fe.

Firma publicaciones en las que los temas que trata elevan a sus lectores, llevándolos a la obtención de los verdaderos valores con los que la vida sería más fácil de ser vivida.

Estas publicaciones son frecuentes en la Gaceta Literaria de Santa Fe donde publica trabajos de ficción o ensayos sobre personalidades desaparecidas pero siempre vigentes, como Octavio Paz, Gabriela Mistral, Leopoldo Chizzini Melo, etc.

No faltaron relevantes trabajos de su autoría en la Revista Sedes Sapientiaes que perteneció al Dpto. de Formación de la Universidad Católica y que lamentablemente dejó de editarse.

En El Pueblo (órgano de la Pastoral del Mundo del Trabajo del Arzobispado de Santa Fe) aparecen esporádicamente sus escritos. Otros se leen en el Semanario Squieu y en el diario El Litoral de Santa Fe, donde se pueden apreciar sus cuentos, e inagotables notas con temas de su especialidad, como: Signos de muerte en la cultura contemporánea; El niño y la sociedad de consumo; La palabra, grandeza y miseria, 1987; Año Internacional de los sin techos; La amistad; La ciudad y el hombre; La vocación literaria: llamado, tarea, exigencia; Edith Stein: su testimonio; La crisis ecológica: un problema moral.

Las publicaciones realizadas en el diario El Litoral fueron colaboraciones no solicitadas, por lo que —dice María Teresa- no recibió ningún tipo de retribución económica.

En Radio Nacional de la ciudad de Santa Fe de la Vera Cruz conduce con idea propia la audición Pensamientos hallados. Algunos de estos pensamientos se publican en el diario Hoy en la Noticia que hace unos años aparece en la ciudad.
Entre sus actividades se cuenta además la de preparar a chicos y grandes para bautismo y confirmación, es decir, ejerce apostolado parroquial. Se desempeña como jurado para concursos de la Universidad Católica.

Activa e inteligente, recibe las distinciones literarias: Primer Premio Concurso Provincial de Cuento "Quijote de Plata V" –San Lorenzo, prov. de Santa Fe-, 1982, por el cuento "Mi hermano". En 1983 se presenta al "Concurso de Cuentos para Niños del Litoral", organizado por el Rotary Club Santa Fe, por lo que integra la selección de cuentos premiados y se publica su cuento "El sueño de Joaquín"; "Concurso de Cuentos de Martha Salotti" se premia "El monte" en 1985; El Litoral publica "El Viaje" y obtiene Primera Mención en el Certamen Anual categoría "C", género poesía en 1990 de ASDE (Asociación Santafesina de Escritores).

Opina sobre María Teresa la profesora María del Carmen Villaverde de Nessier diciendo: "Docente Universitaria, escritora, defensora del Arte Expresivo desde el plano del ejercicio pleno de los valores humanos y trascendentes. Obtuvo premios en el campo de la literatura juvenil por "El sueño de Joaquín". Es altamente valorada y difundida desde el Dpto. de Literatura Infantil y Juvenil del Ministerio de Educación de la Provincia".

Si bien María Teresa Rearte Basla no posee una obra reunida en libros, ya vimos la cantidad de publicaciones que documenta. "El no publicar se debe –dice- a las limitaciones económicas del docente y escritor".

La tarea docente y la de escritora se amalgaman en María Teresa y revelan el sentido estético, ético y religioso de su vida. Ponen de manifiesto la influencia del hogar familiar traducida en la preocupación ética; así también como ella misma nos dice, se siente influenciada por el padre: trabajador y poeta él mismo, que pudo ver prolongada en ella su vocación poética. "En mis trabajos perdura el entrañable cariño por mi provincia natal (Santiago del Estero) y más exactamente: Añatuya (Sede de la Diócesis del mismo nombre)". Y agrega: "He vivido en actitud contemplativa desde el mundo y el trabajo en los largos años dedicados al cuidado de mi madre enferma. Acompañar el sufrimiento humano, en especial a aquellos que amamos, madura. He tenido la gracia de vivir la contemplación desde el retiro y el silencio de algunas casas religiosas como las de las Monjas Benedictinas. Soy una intelectual católica".
Fuentes Documentales: Gloria de Bertero, Libro: Quién es Ella en Santa Fe Tomo

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3) Hebe del Carmen LIVI

Nacida en Santa Fe de la Vera Cruz, el 1° de noviembre de 1933. Padres: María del Carmen Virasoro y Raúl María Livi.

Egresa como Abogada, y más tarde como Doctora en Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional del Litoral, en 1959 y 1964 respectivamente.

Estudiosa incansable, se gradúa además, en 1975, como Profesora de Historia para la Enseñanza Media y Superior, especializada en Historia Argentina y Americana, en la Facultad de Historia de la Universidad Católica de Santa Fe y, en 1984, como Licenciada.

A nivel secundario, ejerce la docencia en el Instituto Nuestra Señora de Lourdes de Santa Fe, la Escuela Industrial Superior –anexa a la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad Nacional del Litoral-, la Escuela Nacional de Comercio Juana del Pino de Rivadavia y la Escuela Nacional Superior de Comercio Domingo G. Silva.

En el ámbito universitario, dicta clases en las facultades de Ciencias de la Educación y de Derecho, pertenecientes a la Universidad Católica de Santa Fe; y en las de Ciencias Jurídicas y Sociales, Ciencias de la Administración y de Formación Docente de la Universidad Nacional del Litoral en la que además, en los cursos de ingreso, es profesora e integrante de la Comisión Coordinadora.

A la búsqueda de especialización, perfecciona los conocimientos que ya posee en el Curso de Auxiliadores de Investigación del Instituto de Derecho Constitucional de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional del Litoral; el de Metodología de la Investigación Histórica de la Facultad de Historia de la Universidad Católica de Santa Fe; y el XVI Curso Especial Abreviado de Defensa Nacional dictado en la Escuela de Defensa Nacional; entre muchos otros.

Jornadas, simposios y congresos nacionales e internacionales la cuentan en numerosas oportunidades como asistente, y tantas otras como participante a través de la presentación de sus trabajos.

Varias asociaciones académicas y científicas la tienen entre sus componentes. Es Miembro de Número de la Junta Provincial de Estudios Históricos de Santa Fe, del Instituto de Investigaciones Genealógicas y Sociales de Santa Fe, y del Centro de Estudios Hispanoamericanos; Miembro Titular del Centro de Estudios Sociológicos del Litoral y del Centro de Historia Familiar de Santa Fe; Miembro Adscripto de los Institutos de Derecho Civil y de Derecho Constitucional de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional del Litoral; Miembro Correspondiente del Centro de Estudios Genealógicos de Salta; y Miembro Invitado del Instituto de Historia de la Arquitectura Francisco Javier de la Rosa.

Además, es integrante de la Asociación General de Amigos del Archivo de la Provincia de Santa Fe, y siempre en el ámbito provincial, del Instituto Belgraniano, el de Cultura Hispánica, de la Asociación Argentina de Mujeres Hispanistas y de la Asociación Cultural Sanmartiniana.

Más de un centenar de artículos de su autoría son publicados por los boletines de los Institutos de Derecho Civil y de Derecho Constitucional; el "III Congreso de Historia Nacional y Regional" de la Academia Nacional de la Historia; las revistas Todo es historia, de la Facultad de Ciencias Jurídicas, de la Universidad Nacional del Litoral y de la Junta Provincial de Estudios Históricos; y los diarios La Capital de Rosario, El Litoral de Santa Fe, El Atlántico y La Capital de Mar del Plata, La Opinión de Rafaela entre otros.

Obtiene el Premio "Encuentro de Dos Mundos" en el Gran Concurso Quinto Centenario de la Asociación Argentina de Mujeres Hispanistas; Primer Premio como Profesora Guía de la Escuela "Juana del Pino de Rivadavia"; y en 1986, Diploma de Reconocimiento "por la labor realizada sobre el Brigadier General Estanislao López".

Es miembro del Jurado de Tesis en el que el Dr. Jorge Fernández obtiene su doctorado en Ciencias Jurídicas y Sociales; y de la Comisión Ejecutiva del Segundo Congreso de Historia de la Iglesia en 1992; y en el mismo año, del Jurado en el Concurso "V Centenario del Descubrimiento de América", organizado en el Instituto de Cultura Hispánica de Santa Fe.

En 1987, es vocal de la Comisión Ejecutiva del "Segundo Congreso de los Pueblos de la Provincia de Santa Fe", y secretaria de la Comisión "B" del mismo foro; coordinadora en las "Jornadas Nacionales de Historia del Federalismo".

En 1986 es vicepresidenta 2° de la Comisión Ejecutiva del "Primer Congreso de Historia de la Iglesia en Santa Fe", en 1989; secretaria general del primer y segundo "Encuentros de Historiadores", organizados por la Junta Provincial de Estudios Históricos, en 1992 y 1995, y en este último encuentro es además secretaria de la Comisión "B".

Representa al Centro de Estudios Sociológicos del Litoral en el "XX Congreso Internacional de Sociología", en 1962; a la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional del Litoral en la "Segunda Convención Nacional de Minería", en 1971; a la Escuela Universitaria del
Profesorado en el "Curso de Iniciación a la Informática Aplicada a la Historia y sus Fuentes", dictado por la Universidad Nacional del Centro, en Tandil, provincia de Buenos Aires; y a la Junta Provincial de Estudios Históricos de Santa Fe en el "III Congreso Nacional de Historia de Entre Ríos", en 1987; en las "II Jornadas de Historiografía Argentina, 1958 — 1988", organizadas por el Comité Internacional de Ciencias Históricas, en Paraná, provincia de Entre Ríos, en 1988; en el "7° Congreso Nacional y Regional de Historia Argentina", realizado en Neuquén por la Academia Nacional de la Historia, en 1989; y en la "Jornada de Homenaje a Doña Gregoria Pérez de Denis", en el Paraje El Sauce de la provincia de Entre Ríos.

Falleció en Santa Fe de la Vera Cruz, el 26 de julio de 1999.

Fuentes Documentales: Libro: Quién es Ella en Santa Fe Tomo 2

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4) Italia Argentina MARINI de BELTRAMINO

EDUCADORA SANITARIA - ENFERMERA DE LA CRUZ ROJA DEDICADA AL ÁREA DE LOS DISCAPACITADOS

Nacida en Rosario el 4 de septiembre de 1917. Sus padres: Elena Isabel Ferrari y Albino José Marini. Su esposo: Aquilino Gilberto Beltramino. Hijos: María de los Milagros, María de los Angeles, María Cristina, María Graciela, Gilberto Oscar, José María, Luis María, Carlos Alberto y Jorge Enrique.


Italia Argentina Marini cursa en la ciudad de Rosario el ciclo primario en la Escuela N° 83; el Magisterio en la Escuela Normal Nro. 2 y en 1937 se diploma de Enfermera de la Cruz Roja, en la Escuela de Enfermeras. Radicada en Santa Fe estudia el Profesorado de Religión y en 1950 se recibe de Educadora Sanitaria en la Facultad de Higiene y Medicina Preventiva. Culmina su carrera de docente como Directora de la Escuela 579 de Santo Tomé.

Cuando el trágico terremoto de San Juan de 1944, la Cruz Roja de Rosario la envía a prestar servicios en el Hospital Central de Mendoza. Por su "gran espíritu de abnegación y eficiente preparación profesional" recibe "Mención honorífica por los servicios prestados a la Cruz Roja y a la Nación."

Funda y preside el Centro de ex-alumnos de la Escuela Nro. 83 de Rosario y el Centro de Educadores Sanitarios de Santa Fe en 1952. En 1960 es Presidenta del Magisterio Católico de la misma ciudad a la vez que es fundadora e integrante de la Asociación Cooperadora de las escuelas San Cayetano y Jardín de Esperanza de discapacitados.

Italia Marini desarrolló una intensa actividad social en entidades de bien público. Cursaba el último año de la Escuela Normal cuando la destacada profesora Dolores Dabat, le informa que el Hospicio de Huérfanos contaba con una sola docente, y que más de 100 niños carecían de instrucción. Italia convocó entonces a sus compañeras y durante cuatro meses dedicaron su tiempo libre a la atención de los niños. Al año siguiente y gracias a la labor de Italia Marini de Beltramino, el Consejo de Educación crea cuatro cargos en la institución. Desde entonces, sin pausas ni desmayos, se desempeña como miembro fundador en CORDIC, en la Asociación Cooperadora del Hospital Iturraspe, y a pedido de Monseñor V. Zazpe, creó Orientación para la Joven en Santa Fe, de la que fue Secretaria. En 1981 es Presidenta de la Comisión Provincial de Santa Fe, del Año Internacional del Discapacitado y el 27 de mayo de 1982 funda UNIPADIS (Unión para Discapacitados), entidad que preside por mucho tiempo. Durante su gestión en UNIPADIS logra:

1) La Ley Provincial del Discapacitado de Santa Fe Nro. 9325 y su reglamentación
Esta ley protege la integridad del discapacitado y le brinda protección.

2) El Decreto "Acuerdo para lograr licencia especial (por un año con goce de sueldo) a las madres de los bebés discapacitados y proceder a la Estimulación Temprana."

3) Instrumenta cursos intensivos para formar personal idóneo en Estimulación Temprana, y en 1985 crea la carrera de postgrado de Estimulación Temprana a nivel universitario. En esa ocasión, expresa a la prensa:

Más adelante obtiene la creación de un Centro Recreativo para Discapacitados de Santa Fe, y promueve Colonias de Vacaciones para los mismos.
Sumada a esta exitosa gestión, es miembro titular (desde su creación -1984- hasta 1995) del Consejo Provincial del Discapacitado y es Miembro Fundador y Presidenta del Centro de Educación Sanitaria de Santa Fe.

No es menos brillante su actuación en el campo de la religión ya que es miembro y Presidenta del "Consejo Nacional de la Hermandad Seglar-Dominicana" y desde 1936, pertenece a las filas de la Acción Católica Argentina donde desempeña diversos cargos, entre otros, el de Presidenta de la rama de las Jóvenes en 1944, Presidenta del Consejo de mujeres, Vicepresidenta de la Junta y Delegada de la Zona Litoral en el Consejo Superior de Santa Fe. En 1982 las "Profesionales y Mujeres de Negocios" de la ciudad le ofrecen la distinción "Alfonsina Storni", y en 1986 la institución "Reconocimiento -Alicia Moreau de Justo - Una actitud de vida" la nombra "Alicia 86", entre otras 100 destacadas mujeres del país y del exterior.

Atenta siempre a los problemas morales, sociales, educacionales y de discapacidad, está presente en las columnas de los diarios requiriendo la atención de pueblo y gobernantes. Desde 1960, acompañada por su esposo, da conferencias normativas para padres y alumnos en colegios de la ciudad de Santa Fe y del interior. Lo mismo hace en fábricas, escuelas y dispensarios, como educadora sanitaria.

En 1986-87 integra la Comisión Zonal y Regional del Congreso Pedagógico en Santa Fe, aportando material específico.

Entre las distinciones recibidas podemos citar: Premio al Mérito Cultural de Etica y Moral otorgado por el Instituto de Integración con el Indio, en 1989. En 1990, por su trabajo con los discapacitados, recibe el premio Acrópolis y en el mismo año es propuesta en la terna "Mujer del año" También en 1990, por actitud de servicio, el Club de Leones de Santo Tomé le otorga el "Premio Helen Keller."

(F) Directora de la Esc. Normal Nro. 2, Rosario Dolores Dabat

Tan abnegada, incansable y desinteresada labor realizada por Italia Marini de Beltramino -ejemplo de vida dentro de la comunidad- recibe, a diario, público y justo reconocimiento.

Profesora de Arte y Confección, profesora de Artes Decorativas y maestra de piano. Fue secretaria de la Comisión Provincial en Santa Fe del Año Internacional del Niño (1979). Se desempeñó como maestra en Rosario creando una Escuela Complementaria en Pueblo Alvear.

En 1996 es designada Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Santa Fe, por el Consejo Municipal, y recibe, en el mismo año, el Brigadier Honorífico de ADE, por servicio a la comunidad, y Distinción de FEMDIN por su acción en pro de los discapacitados.
Es actualmente miembro de la Comisión Directiva del Magisterio Católico de Santa Fe, y continúa presidiendo el UNI PA DIS.
Fuentes Documentales: Libro: Quién es Ella en Santa Fe Tomo 1
Gloria de Bertero

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4) Maria Josefa MENDEZ COSTA
Profesional Y Docente Destacada


ABOGADA, ESPECIALIZADA EN DERECHO DE FAMILIA - PROFESORA UNIVERSITARIA

Abogada, profesora titular con dedicacion exclusiva en la facultad de ciencias. (capacidad para aceptar y para repudiar herencias, 1972, 1978) (regimen sucesorio de los bienes gananciales, 1975) (las deudas de los conyuges, 1979) (estudios sobre sociedad conyugal, 1981) (la exclusion hereditaria conyugal, 1982) (derecho de familia).

Nacida en Santa Fe de la Vera Cruz el 8 de septiembre de 1921. Padres: María Esther Costa Martínez y Malaquías Méndez Barrios.

En 1939, con dieciocho años, se recibe de maestra en la Escuela Normal Nacional, mereciendo Medalla de Oro del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública, por ser la mejor Maestra egresada en dicho año. Por igual motivo le entrega Medalla de Oro el Rotary Club de Santa Fe.

Simultáneamente (1938-39), se recibe de Bachiller en el Liceo Nacional de Señoritas. Cursa luego Derecho en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional del Litoral (1941-1946), doctorándose en Ciencias Jurídicas y Sociales en 1964.

El ejercicio del Derecho, que lleva a cabo con talento, hace que se la incorpore a las siguientes sociedades profesionales:
Académica Correspondiente de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de la ciudad de Córdoba, en 1984; Miembro del Instituto de Derecho Civil de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional del Litoral; Miembro del Instituto de Derecho Privado de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica de Santa Fe; Miembro del Instituto Bibliográfico y de Jurisprudencia del Colegio de Abogados de Rosario; Miembro de la Asociación Argentina de Derecho Comparado; Miembro del Instituto de Estudios Legislativos de la Federación Argentina de Colegios de Abogados.

Paralelamente al desarrollo de la actividad profesional, practica fielmente la fe de la Iglesia Católica Apostólica Romana, por lo que se la designa, en 1938, Dirigente Diocesana de la Acción Católica Argentina y luego Miembro del Consejo de la Asociación de Profesionales de la Acción Católica de la Arquidiócesis de Santa Fe.

En 1982 recibe el premio Alfonsina Storni, y por su reconocida capacidad profesional es invitada a integrar jurados para concursos de profesores universitarios en Córdoba, Corrientes, Paraná y Santa Fe. Integra el jurado que otorga el Premio Alfonsina Storni en los años 1984, 1985, 1986 y 1987 y actúa en el mismo carácter en concursos de trabajos jurídicos.

Fue consultada por el Senado de la Nación durante el trámite parlamentario de la ley Nro. 23.264 que trata sobre la patria potestad compartida y equiparación de hijos extramatrimoniales, y la ley Nro. 23.515, sobre divorcio vincular.

La Dra. Méndez Costa se inicia en la docencia como Maestra de grado. Esta designación se la concede, como Premio, el Gobierno de la Provincia y ella ejerce desde 1940 a 1944, año en que renuncia. Luego se desempeña en la enseñanza secundaria como profesora de Instrucción Cívica, Derecho Usual, Derecho Administrativo y Economía Política en los Institutos San José Adoratrices y Nuestra Señora del Calvario. A nivel universitario es profesora en la Universidad Católica de Santa Fe como Adjunta de Derecho Civil I (1961-1966), Profesora Adjunta de Derecho Civil V (1966-1967) y Profesora Titular de Derecho Civil V, desde 1967 a 1971, fecha en que renuncia.

En la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional del Litoral es Jefa de seminario en forma interina (1948-4949) y con nombramiento definitivo y por concurso en 1949 y 1957, respectivamente; profesora adjunta interina por concurso en Derecho Civil I (1965) y Profesora con semidedicación en Derecho Civil V en 1970. En 1976 es Decana Sustituta del Decano Dr. Jorge Mosset Iturraspe, hasta la renuncia del mismo.

Desde 1981 hasta 1983 ejerce como Vicedecana con dedicación exclusiva, desempeñándose paralelamente en la Cátedra y Dirección del Instituto de Derecho Civil. Siempre en la misma Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional del Litoral fue miembro del Cuerpo Consultivo (1970); Consejera Titular elegida en representación de los profesores titulares (1971-1973); Miembro de la Comisión de Enseñanza de la Asamblea Universitaria (1972); Delegada Titular de la Facultad ante el Consejo Coordinador de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional del Litoral (Res. 618/70); Coordinadora y Supervisora de Cursos Regulares ad-honorem (1971). Dirige los Seminarios de Derecho Civil V, "La adopción en derecho comparado", 1966; "Situación de los cónyuges después de la ley 17.711", 1969; "Situación jurídica de los parientes extramatrimoniales", 1970; De Derecho Civil I: "Régimen de las incapacidades de hecho en derecho comparado y en los proyectos de reforma del Código Civil", 1965; "Nulidad de los actos jurídicos", 1967; "Situación jurídica de los capaces y los incapaces de obrar", 1971.

Actúa siempre como miembro de numerosas comisiones en las unidades académicas antes citadas de la misma Universidad Nacional del Litoral y como jurado en concursos convocados para proveer cargos en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba y en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Nacional del Nordeste (1985).

Fue miembro fundador de la Universidad Católica de Santa Fe, actuando en la misma como Consejera Titular de la Facultad de Derecho, Presidenta de la Comisión de Enseñanza y Miembro del Tribunal examinador para el examen de competencia profesional. La Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional del Litoral la nombra su delegada ante importantes jornadas y congresos. Actúa como miembro del IV Congreso Nacional de Derecho Civil, de todas las Jornadas Nacionales de Derecho Civil realizadas (I a XI) y de otros numerosos Congresos y Jornadas nacionales e internacionales.

En el exterior asistió al Institut de Droit Comparé, de la Universidad de París (1959-1960), a la Cátedra de Derecho Comparado del Institut Catholique de la misma ciudad en el período antes citado y realizó visitas de asesoramiento académico al Instituto de Derecho Internacional de Viena y al Instituto de Derecho Comparado de la Universidad de Berlín (1968).

Esta destacadaprofesional publica importantes obras sobre temas de su especialidad, entre las que podemos nombrar: Capacidad para aceptar y repudiar herencias, que lleva el prólogo de Augusto César Belluscio, 1 era. edición Ed. Astrea, Buenos Aires, 1978. De esta obra se imprime una segunda edición en el mismo año; Régimen sucesorio de los bienes gananciales, Ediar, Buenos Aires, 1975; Las deudas de los cónyuges, Ed. Astrea, Buenos Aires, 1981; La exclusión hereditaria conyugal, Ed. Rubinzal y Culzoni, Santa Fe, 1982 -en colaboración con María Rosa Lorenzo de Ferrando, Sara Codoche de Azvalinski, Daniel H. D´Antonio, Francisco A.M. Ferrer y Carlos Rolando; Derecho de Familia, Ed. Rubinzal y Culzoni, Santa Fe, 1986; Régimen legal del matrimonio civil Ley 23.515 (matrimonio, cuestiones conexas) Ed. Rubinzal y Culzoni, Santa Fe, 1987; Bienes de los menores, administración, disposición y usufructo, Ed. Rubinzal y Culzoni, Santa Fe, 1987. En las revistas La ley, Jurisprudencia Argentina, Revista delNotariado, Revista de Ciencias Jurídicas y Sociales, entre otras, aparecen numerosos trabajos jurídicos de su autoría. También importantes textos argentinos y extranjeros la citan en sus notas bibliográficas. Dictó además numerosos cursillos y conferencias en Facultades de Derecho, Colegios de Abogados, Colegios de Escribanos, e Institutos de Investigación Jurídica del país.

La Dra. Méndez Costa se desempeña como Profesora Titular por concurso (1985) en la Cátedra de Derecho Civil V -Familia-, en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional del Litoral, cátedra que ocupa con dedicación simple por concurso de antecedentes y oposición desde el 4 de junio de 1970, y con dedicación exclusiva, desde el 1° de junio de 1971. Es directora del Instituto de Derecho Civil desde 1976, Coordinadora de Institutos, desde el 4 de agosto de 1980 hasta abril de 1987; Miembro de la Comisión de Readmisión, y tiene a su cargo cursos regulares de Derecho Civil V y VI.

Santa Fe tiene en la Dra. Mendez Costa una de las más lúcidas y serias profesionales de su especialidad; por lo que es ampliamente valorada, respetándose rigurosamente sus resoluciones, tomadas por ella con la mayor justicia que es posible a los seres humanos.

Publica: La filiación (1986) Visión jurisprudencial de la sociedad conyugal (1998), Visión jurisprudencia! de la filiación (1997), Visión jurisprudencial de los alimentos (2000), todas en Santa Fe.

Retirada de la enseñanza universitaria de grado, actúa a nivel de posgrado en Facultades santafesinas, de la Ciudad de Buenos Aires y de distintos lugares del país.

Forma parte de la Comisión designada por el Decreto 685/1995 que tuvo a su cargo la preparación del Proyecto de Código Civil unificado con el Código de Comercio, presentado en 1998, que se encuentra en trámite legislativo a la fecha (2000).
Fuentes Documentales: Quién es Ella en Santa Fe Tomo 1
Gloria de Bertero



5) Hna. María Angélica Mühn ( Mühn, Ermelinda Pilar)

Nacida en Esperanza, el 12 de abril de 1943. Padres: Ernesta Erotil y Eduardo Mühn.

Siguiendo el mandato de una vocación, muchas mujeres santafesinas tomaron los hábitos en diferentes instituciones religiosas. Unas para dedicarse a educadoras en colegios que admitía el pupilaje -semejante a un pensionado-, otras para adoctrinar en las tierras lejanas de Africa y ayudar, como la Madre Teresa de Calcuta, a curar las enfermedades del cuerpo y del alma, bautizar, enseñar.

La Hermana María Angélica Mühn cursa el ciclo primario en Esperanza y acaba el secundario en Buenos Aires. Cuando tiene sólo quince años -10 de diciembre de 1958-, ingresa a la congregación de Hijas de Nuestra Señora de la Misericordia.

Ya religiosa, es destinada, primero al Hospital Ramón Santamarina y al colegio Sagrada Familia de Tandil, luego se la designa al colegio de la Misericordia de la ciudad de Mercedes -provincia de Buenos Aires- y a la Casa San José de Villa Devoto, de la Capital Federal.

Más tarde reside en el Hogar Stella Maris de La Plata y después a la Casa de Ejercicios de San Miguel -provincia de Buenos Aires-. Desde 1972, reside en la Casa de la Misericordia consagrada a las "ancianas" en la Capital Federal. Ya en los colegios antes citados se había dedicado al ciudado de religiosas ancianas desde 1963 a 1965. Fue ecónoma desde 1965 a 1971 y profesora de catequesis desde 1974 a 1984.

Paralelamente a la actividad mencionada la Hermana María Angélica estudia y se gradúa como Experta en Pastoral de Adolescentes y Adultos, primero, y después, en 1970 se recibe de Auxiliar de Enfermería y Técnica en Bienestar Social, y de Bachiller en 1974.
Dentro de la congregación integró diferentes comisiones. Una de las más importantes se llamó: "Patrimonio del Instituto". Esta Comisión se dedica a estudiar todo lo relacionado a la historia del citado Instituto en la República Argentina. Con este fin es que la Hermana María Angélica recorre diversos lugares, investiga archivos y bibliotecas, lo que le insume un tiempo considerable.

La Sociedad de "Damas de la Misericordia" la nombra su representante ante el Instituto de jubilados y pensionados de PAMI, en 1972 la Congregación la designa encargada de la tramitación civil en las cajas de PAMI.

El carácter inquieto, y su talento, la llevan a estudiar en forma permanente. Es así que desde 1976 asiste -como voluntaria de Servicio Social- a los cursos que organiza el Consejo Argentino de Mujeres Israelitas; en 1979, al de "Aspectos médicos de la vejez", que ofrece el Ministerio de Bienestar Social. En 1982, en el mismo ministerio, toma los cursos referidos a "El anciano y nosotros" y "Tercera edad".

Cuentan con su presencia las "Jornadas argentinas de establecimientos geriátricos"; asiste a las conferencias de "Gerontología" en Córdoba -1989, y a las de "Comunicación en la vida institucional". Realiza numerosos seminarios sobre "La Capacitación de directores de residencias" y "Cursos de tercera edad". Ofrece conferencias en el Instituto Pastoral de la Adolescencia y en otras instituciones, todas de gran repercusión.

En 1986 es miembro fundador de las "Entidades de bien público en la Municipalidad de Buenos Aires", que responden a una convocatoria del intendente Saguier, ante la que ella asiste en representación de las Hijas de la Misericordia.

Deseando aumentar sus conocimientos sobre los Hogares de Ancianos, recorre Alemania e Italia. A su regreso participa de un Panel en nombre de la Escuela de Auxiliares de Enfermería "Instituto Amado Olmo", con los temas: "El anciano, hoy" y "El paciente terminal".

Participa de congresos sobre "Gerontología" y es designada Responsable Institucional del primer curso de Capacitación en Gerontología (Atención de ancianos), que patrocina HELPAGE Internacional -1991-1992-.

En Valencia (España), la nombran Miembro Asociado al Grupo G1ATE -Grupo Internacional de Apoyo a la Tercera Edad-, en 1992.

El Senado de la Nación le otorga Diploma por participar como Ponente, en el Primer Congreso interdisciplinario sobre "Ancianidad y Familia" en 1992 siendo su ponencia: "Pastoral de ancianos". Desde 1990, la Hermana María Angélica es Directora de la Casa de la Misericordia para Ancianas, de la Capital Federal.

Su vida es luminosa, y es ejemplo. Con Fe, Esperanza y Caridad avanza en bien de sus semejantes, a los que dedica sus horas, especialmente a las ancianas con las que ha formado coros y a las que entretiene, elaborando lo útil que aún pueden hacer.

A nueve años de ser designada para la Dirección de la Casa de la Misericordia (1999), la Hna. Angélica Mühn, continúa llevándola adelante.

Es por su desempeño frente a ésta y su contribución a los derechos de los residentes de hogares y geriátricos, que recibe la Distinción Revista Mayores 1995.

En la Casa de la Misericordia, las adultas mayores -como ella prefiere llamarlas- realizan tareas muy variadas al servicio del prójimo (como juntar ropas –que ellas mismas arreglan-, alimentos, juguetes, etc., para los más necesitados), realizan actividades recreativas y culturales -que no son obligatorias-, como la redacción de la revista Flor de Ceibo que publican bimestralmente, atención y organización de la Biblioteca, clases de gimnasia, cerámica y música (tienen un coro llamado "Coro Flor de Ceibo" con numerosas e importantes presentaciones en Fundaciones, teatros, geriátricos, etc., y participan en la grabación de un cassette), atención y organización de la Biblioteca, entre otras actividades.

Realizan tareas comunitarias como la recolección de firmas para la colocación del semáforo de Larrea y Pacheco de Melo (Cap. Fed.); prestan su Biblioteca para que funcione una Escuela de Adultos (dentro del Programa del Plan Federal), sus instalaciones, al Club Convivencia de Jubilados y Pensionados, al igual que las instalaciones de Pedicuría, Consultorio y Yoga; se dan Cursos de Orientación al Voluntariado y Cursos de Atención y Cuidado del Adulto Mayor. Por convenio con la Universidad del Salvador, los alumnos de la carrera de Fisiatría, practican allí sus pasantías y atienden a las Señoras de la Casa y socias del Club Convivencia.

La Casa de la Misericordia para Ancianas, "con sus puertas abiertas durante todo el día" cuenta con 218 habitaciones privadas, donde, "las moradoras visten a su gusto, sin apartarse de los recuerdos y pertenencias". Aportan la mitad de su jubilación o pensión para los gastos de alimentación. Las Damas de Misericordia, sociedad que funda la Casa en 1889, y a la que pertenece, paga los sueldos de los 33 empleados y las cuentas de Aguas Argentinas.

Tiene mucha razón la Hna. Angélica cuando les dice que "aquí, a ustedes, Dios les tiene un amor especial".

Datos tomados de: Entrevista personal a la Hna. Angélica Mühn por Gloria de Bertero./ Folleto de AICA (Agencia Informativa Católica Argentina)./ Revista Flor de Ceibo –varios tomos-./ Revista Mayores –Ediciones Gama SRL- 1995-1996.
Fuentes Documentales: Quién es Ella en Santa Fe Tomo 1
Gloria de Bertero

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6) Mühn Carmelina (Elizabeth Mühn)

RELIGIOSA DE SAN JOSÉ - OBRAS DE APOSTOLADO - PROFESORA DE FÍSICA Y QUÍMICA

Nacida en Las Tunas, el 16 de agosto de 1892. Padres: Ana María Schultheijs (natural de Alemania) e Isidoro Mühn (argentino).

En conocimiento de la labor misionera que ralizaba la Congregación de las Hermanas Josefinas, y sintiéndose elegida por Dios para trabajar por su Reino, ingresa Elizabeth Mühn a la nombrada congregación. Su vocación era firme y firme sus deseos de servir al Señor. Toma los hábitos y cambia su nombre por el de Hermana Carmelina Mühn.

Ofrenda su vida joven y comienza a trabajar al servicio de sus hermanos.

Enseña en las aulas a cientos de alumnos como profesora de física y química, contribuyendo además a la formación espiritual de los mismos.

Por medio de la profesión religiosa despliega trabajos que ponen de manifiesto su amor a Dios y al prójimo. Enseña el catecismo, lleva la comunión a las personas impedidas, realiza obras de bien para toda la comunidad.

Así la recuerdan en forma inborrable los habitantes de Vera, ciudad donde pasó la mayor parte de su vida.
Gracias a sus esfuerzos ante los vecinos consigue que se levante la Capilla María Auxiliadora. Fue incansable en solicitar aportes a instituciones y personas que tuviesen posibilidades económicaspara colaborar. Así aquella capilla se hizo realidad.

Ejerció la docencia en forma incansable, sin olvidar al necesitado para quien siempre se hizo «un ratito» de tiempo. Al cumplir 85 años, se la ve cruzar las calles de la ciudad buscando, en la periferia de la misma, a algún necesitado de amor o de pan.

El 17 de setiembre de 1977, es incluida entre los doce maestros que por su abnegación se hacen acreedores al premio denominado «Réplica del Divino Maestro». Este premio lo instituye por primera vez en Buenos Aires, el «Consejo Superior de Educación Católica», y lo entrega el Secretario de dicho organismo: Hermano Septimio.

Así, con sus manos cargadas de méritos y obras la llevó el Señor a su eterna morada, un 20 de enero de 1986, cuando contaba con 93 años de edad y residía en Buenos Aires.

En la ciudad de Vera se la considera uno de los pilares de la religiosidad de sus habitantes y dicen de ella: «fue una santa».

El 18 de febrero de 1986, previa reunión especial, se constituye una comisión provisoria encargada de rendir un homenaje a la Hermana Carmelina. En esta reunión, Hermanas del Instituto Inmaculada Concepción informan de los pormenores de su entierro y modalidad adoptadapor la Congregación de acuerdo a la inmensa mayoría de los institutos de las grandes ciudades: «el cadáver es enterrado en tierra con ataúd especial para el caso, y a los cinco años es exhumado». Los restos se depositan en una urna, que, con nombre y fecha, van al Panteón del Instituto que fue construido en Argentina, hace más de 104 años.

«Esa fecha -informan las Hermanas- sería el momento preciso, para traer a Vera con los honores correspondientes, a la que en vida fuera misionera incansable de la ciudad que la cuenta como suya».
Los restos de la Hermana Carmelina -pilar de la religiosidad de Vera-, descansan en un mausoleo frente a la Capilla “María Auxiliadora” de Vera, provincia de Santa Fe.
Fuentes Documentales: Quién es Ella en Santa Fe Tomo 1
Gloria de BerterO

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7) Hna Ema Margarita GROSS

Nacida en Esperanza el 10 de abril de 1914. Padres María Luisa Kern y Luis Gross. Abuelamaterna: Regina Braum, figura junto a sus padres, entre los primeros pobladores que llegaron en 1856 a la colonia Esperanza.

En tanto, la Hermana Leontina pasa su infancia en Esperanza y cursa en el colegio Nuestra Señora del Huerto la escuela primaria.
En 1934 -año en que tiene lugar en Buenos Aires el XXXII Congreso Eucarístico Internacional- consciente de su vocación, ingresa como religiosa de la Congregación de Misioneras Siervas del Espíritu Santo con el nombre de Hermana Leontina en el Convento Santa Trinidad de Rafael Calzada, -pcia. de Buenos Aires-.

Sus superiores la destinan a Misiones (aún territorio nacional), y en la ciudad de Posadas desarrolla su trabajo durante seis años. En 1943 celebra los votos perpetuos, y en 1946 es enviada a Illinois -EE.UU.- junto a otras cinco religiosas, con el fin de aprender correctamente el idioma inglés. Este sólo era un paso más en el camino del amor al prójimo que se había trazado.

En el continente africano le esperaban las tareas que ellas debían cumplir en escuelas y hospitales. En 1948 parte para su destino, llegando al país de Ghana, y luego a su capital, la ciudad de Accra, donde va a residir.

Treinta años de su vida quedaron en aquel lugar.

Nos cuenta que habla castellano, inglés, alemán, y dialectos, como el Ga que se habla en Accra; el Twi usado enAki Swedru y el Krobo que se emplea en la regiónde Agomeya. Manifestó que son muy diferentes, pero no difíciles.

Falleció el 15 de octubre de 1990 en el Convento de Rafael Calzada donde pasó sus últimos años.
Fuentes Documentales: Quién es Ella en Santa Fe Tomo 1
Gloria de Bertero


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8) Hna María Constancia GIBELLI
Primera superiora del Colegio Nuestra Señora del Huerto de Esperanza; que abrió sus puertas a la comunidad el 2 de setiembre de 1895.

En 1895 se forma en Esperanza una comisión con el fin de reunir fondos y gestionar ante las autoridades del Instituto del Huerto, la designación de religiosas para fundar un colegio en la ciudad. La Reverenda Madre General, Hermana María del Sacro Coure Raffo, accede gustosa al pedido de los «fervientes católicos esperancinos».

Es así que el 28 de agosto del año antes citado, siendo Provincial la Reverenda Madre Modesta Drago, llega desde Santa Fe acompañada por la Reverenda Madre María Teresa Poggi y de las Hermanas María Prosperina Lazo, Constancia Gibelli, y Sor Lorenza Papinni. Desde Córdoba lo hacen la Reverenda Madre Ignacia Santini; la Hermana María Magdalena Arias Moreno y Petronila Galán.

La comisión presidida por Adriano Grenón, las recibe en la Estación del ferrocarril y las deja instalada en la casa preparada al efecto. El 2 de setiembre de 1895 se abre el colegio en la casa de la calle 25 de Mayo 545.

Numerosas fueron las primeras alumnas, ya que los padres del Verbo Divino a comienzos del año y ya esperando la llegada de las Hermanas, matricularon a niñas en un departamento aparte del Colegio San José, puesto bajo la dirección de un Hermano de la nombrada congregación, con el fin de que no asistieran a las escuelas protestantes que ya funcionaban.

Fue así que en número de 60, llegaron al colegio y fueron recibidas por la Madre Provincial y Hermanas que luego se fueron a ocupar sus respectivos puestos, quedando como primera superiora la Reverenda Hermana María Constancia Gibelli.

Esta tomó a su cargo, además, la Escuela de Caridad, a la que asistían numerosas niñas pobres de la zona. Las Hermanas Magdalena y Petronila se hicieron cargo de las clases de estudio y labor, respectivamente.

Nota:Estos datos nos fueron facilitados por la Sra. Norma Rossa de Bertero, el 16 de enero de 1995, quien los recibió de manos del señor José Luis Iñigues, historiador que se halla trabajando sobre el tema.
Fuentes Documentales: Quién es Ella en Santa Fe Tomo 1
Gloria de Bertero


Libro: Quién es Ella en Santa Fe Tomo 1
Gloria de Bertero



NOTA DEL EDITOR: El presente material fue extraído de la http://www.patrimoniosf.gov.ar/patrimonio

lunes, 27 de agosto de 2007

LA VIRGEN DE LAS NIEVES EN SANTA FE

Mariana Rivera

Una madonna traida por los inmigrantes
Virgen de las Nieves. La imagen representa la Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora de las Nieves. Sus devotos son inmigrantes italianos o sus descendientes que conservan esta veneración.

"Hasta que pueda caminar no dejaré de ir a la capilla", confesó fervorosa María de Grazia De Bianco, una inmigrante italiana fiel devota de Nuestra Señora de las Nieves.
No perdió su acento a pesar de que hace más de 50 años que llegó a nuestras tierras ni su devoción por esta Virgen, que es la patrona del pueblo donde nació, Sanza, en la provincia de Salerno, en Italia. Junto a otros inmigrantes italianos de nuestra ciudad decidieron construir una pequeña capilla para preservar esa devoción y celebrar, cada 5 de agosto, la fiesta patronal, tal como se acostumbra en Italia. Funciona en el Hogar de Ancianas Teodora Peiteado de Aldao ubicado en Francia 1872 de nuestra ciudad.>
"Cuando llegué a Santa Fe estaba esta veneración de la Virgen María. Después nosotros hicimos la capilla, con mi esposo y mi hijo, entre otra gente que estaba. Fuimos varios los que comenzamos esto pero ahora sólo quedamos cuatro familias que colaboramos con esta causa: De Bianco, Speranza, Nicodemo y Caiafa, todas que vinieron de Italia", recordó.>
Sin embargo, María de Grazia destacó que "hay otras familias que invitamos para la celebración, de las que quedan los hijos de los que llegaron de Italia, como los Curcio. Muchos vecinos nuestros también nos acompañan para las misas, que también son católicos y saben de nuestra devoción. Ellos también nos ayudan a mantener la capilla".

Una réplica de la imagen
Hacia el año 1900, un grupo de inmigrantes oriundos del pueblo de Sanza, provincia de Salerno, en Italia, quisieron prolongar la devoción de esta "madonna" y trajeron una réplica de su imagen.
Primero fue ubicada en la Iglesia Nuestra Señora del Carmen, situada en la peatonal San Martín y La Rioja, y luego en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, en 4 de Enero al 2400. Cuando esta última fue restaurada, la imagen debió ser trasladada al lugar que hoy ocupa. Sin embargo, actualmente hay otra imagen para su veneración en dicha capilla erigida en el hogar de ancianos. Todos los días 5 de cada mes, descendientes de esos inmigrantes y devotos de esta advocación de la Virgen María.>
Esta antigua devoción mariana se remonta a los tiempos el Papa Liberio (años 352-356). Un patricio llamado Juan, que pertenecía a la alta nobleza y tenía una acaudalada fortuna, viéndose anciano e imposibilitado a tener hijos pidió -junto a su esposa- que la Virgen los iluminara.>
Respondiendo a sus oraciones y en sueños, la Virgen les dijo que deseaba que le construyeran un templo donde ella les iría a indicar. Y así sucedió: la mañana del 5 de agosto, un día muy caluroso del verano romano, la cima del Monte Esquilino, en esa ciudad italiana, apareció la Virgen cubierta de nieve. Los esposos contaron el sueño al Papa y resultó que éste también lo había soñado.>
Se organizó una procesión hasta el lugar que la Virgen le había señalado milagrosamente y todos se maravillaron al ver el terreno cubierto por nieve fresca y blanca. El matrimonio financió la obra y actualmente, en ese lugar, se erige la Basílica de Santa María Mayor, la iglesia más antigua de Occidente dedicada a la Virgen.>
Para la fiesta patronal, en Sanza se organiza una procesión en donde llevan a la imagen de Nuestra Señora de las Nieves hasta la cima de la montaña, desde diez días antes de todos los 5 de agosto.

Una inmigrante
"Vine a la Argentina en 1954, un año después de que llegó mi esposo. Llegamos cuando recién había terminado la guerra y vinimos por trabajo. Estábamos muy mal en Italia y todos decían que había que ir a lïAmérica, que nosotros no conocíamos. Mi esposo tenía un tío en Santa Fe y por eso, él vino primero y al año vine yo, pero todos mis dos hijos nacieron acá", recordó.
María de Grazia también contó que "cuando llegamos fuimos a parar a la casa del tío de mi marido y después fuimos una casa en Piquete, cuando era un barrio donde no había nada; ni el cartero pasaba. Estuvimos poco tiempo ahí y después compramos la casa, y nos vinimos para acá. Tras seis meses de trabajar como albañil, después de que llegó de Italia, mi esposo siempre trabajó en la fábrica Sideral, hasta que se jubiló".>
En tanto, mencionó que "más de una vez pudimos volver a Italia porque mi hijo se fue a ese país cuando tenía 20 años. Quería conocer el pueblo donde habían nacido sus abuelos y sus padres, deseo que ya tenía desde antes de terminar la escuela. Pero después no quiso volver más. Allá se casó con una española y, cuando se quedó sin trabajo en ese país, se fue a trabajar a España. Posteriormente, la empresa de café donde trabajaba puso una sucursal en Buenos Aires y volvió al país".>
Y agregó: "En mi familia somos seis hermanos y ningún otro vino a vivir ni a pasear a la Argentina. Sólo vino un sobrino a visitarnos y mi padre, en 1975. Yo viajé a mi tierra después de 20 años de haber estado en el país".>
En ese entonces -continuó- la imagen estaba en la Iglesia del Carmen y luego se colocó en un hogar de ancianos ubicado en Francia al 1800, donde cada 5 del mes hacemos una misa en su honor", explicó orgullosa.>
Virgen sentada y parada
María de Grazia recordó que "hay dos imágenes de Nuestra Señora de las Nieves: una servía para llevar a la procesión. Era la primera que hubo y era una imagen parada de la Virgen. Antes se hacía una procesión grande, hasta con fuegos artificiales. Toda la comunidad de esa zona y de otros pueblos compartían ese festejo. Pero como esa imagen era muy pesada y no podíamos seguir llevándola en la procesión se decidió hacer otra. Entonces, tenemos otra imagen de la Virgen donde está sentada, al igual que la que está en Italia".
Pero María de Grazia De Bianco admitió que "estamos todos grandes y no podíamos levantar esa imagen, ni para llevarla en procesión ni para poder limpiarla en la capilla. Un nieto de un inmigrante nos contó que el párroco de Sagrado Corazón le había pedido un cuadro de esta imagen y quería hacer el Patio Mariano, atrás de la parroquia, con todas las advocaciones de la Virgen".>
Por este motivo, María de Grazia le consultó otra de las colaboras de la capilla, Nélida Speranza, para qué iban a hacer hacer un cuadro si tenían esa imagen, que no podían levantar ni sacar para hacer la procesión en el patio del hogar, cada 5 de agosto. "Por este motivo, preferimos dar esa imagen a esa parroquia, adonde va mucha gente y siempre está con flores. El lugar estaba cerca nuestro y también podíamos ir a llevarle flores a la imagen de la Virgen. Así fue que la llevamos al Sagrado Corazón, desde hace aproximadamente dos años".

Devotos argentinos
La llegada de una réplica de la imagen de esta Virgen a Buenos Aires fue recibida con alegría por muchos fieles porteños. Esto ocurrió a principios de este año y, en la oportunidad, participó una delegación de fieles devotos de Santa Fe, que fue acompañada por una nutrida y bulliciosa comitiva de Sanza, portadora de la imagen.
En nuestra ciudad, en ocasión de la celebración de la fiesta patronal, invitó a la comunidad italiana -en especial a los piamonteses y sus descendientes- a recibir y acompañar a la Virgen Peregrina, bajo la advocación de Nuestra Señora de las Nieves.>
La imagen fue enviada desde Bagnolo, Piamonte, y se venera en las altas cumbres en Carlos Paz, provincia de Córdoba, en el paraje "El Cóndor", lugar que miles de fieles concurren a visitar y, por decisión del Padre Ítalo, párroco de la inmigración, recorre las provincias de Córdoba y Santa Fe.>
En esta recorrida visitó las ciudades de Rafaela, Ramona, Colonia Aldao, Devoto, San Francisco y Castelar y llegó a nuestra ciudad el sábado 12, a las 18.30. Se rezó una misa ese mismo día en la parroquia Nuestra Señora de La Merced, ubicada en avenida Freyre y Moreno, donde permaneció varios días. La imagen permaneció en esa parroquia hasta el sábado 18 de agosto y luego fue trasladada a la ciudad de Morteros, en la provincia de Córdoba.

Un pueblo llamado Sanza: virgen protectora
En Sanza, Italia, localidad ubicada a 130 kilómetros al sur de Salerno, existe una gruta con la imagen de la Virgen de las Nieves que cuida y rige la vida de ese pueblo. Está ubicada en el Monte Cervato, a 1898 metros sobre el nivel del mar, en lo más alto de la campiña, donde -en los meses de invierno- se acumula mucha nieve. Sanza, con la fuerza de los romanos, venera esta advocación mariana. Sus habitantes aman la naturaleza que ofrece la magnificencia de su extenso territorio, que -con su centro histórico medieval- constituye un recurso turístico importante.
En América Latina hay réplicas en San Pablo, Brasil, y en Ciudad Bolívar, en Venezuela. Además, a partir de enero de este año, la Virgen de las Nieves también es venerada en Lanús Este, provincia de Buenos Aires, en la Iglesia Santo Cristo.>

Fte: Suplemento NOSOTROS, Diario EL LITORAL, 25 de agosto de 2007

viernes, 24 de agosto de 2007

LA IGLESIA EN SANTA FE. ETAPA DE LA CRISIS INDEPENDENTISTA Y LA AUTONOMÍA PROVINCIAL (1810 – 1852)

Pbro. Edgar Gabriel Stoffel
estoffel@ucsf.edu.ar

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INTRODUCCION

En las primeras década del siglo XIX entra en crisis el sistema de la cristiandad americana en su faz política ya que las elites criollas asentadas en las ciudades portuarias se consideran lo suficientemente maduras para el autogobierno.

Junto a este deseo legítimo de independencia que sin dudas en la cultura popular y en algunos dirigentes tenía raíces católicas ya que directa o indirectamente se habían nutrido en la teoría suareciana , implicaba en algunos grupos no solo un corte con España sino también una opción modernizadora que hacía ‘tabula rasa’ con los cuatro siglos precedentes y producía una fractura abismal entre pueblo y elite .

No cabe duda que en esto jugó un papel importante el ‘iluminismo’ que había cautivado a algunas de las mentes brillantes que llevaron a delante el proceso emancipador, aunque éste en la practica no llegó a una crítica seria de la religión como sucedió en los países de origen sino a actitudes antieclesiales, antieclesiásticas y laicistas .

Nuestros Obispos, en el Documento ‘Iglesia y Comunidad Nacional’ consideran que el ideal de la emancipación alimentado por nuestro pueblo era eminentemente cristiano y nutrido por la teología española de corte escolástico, aunque su formulación fue realizada con los conceptos propios de la modernidad y como, junto a la voluntad de incorporarse a las nuevas reglas de juego que se imponen en occidente a través de una nueva estructura política y económica, se nota el ensayo mas radical de darle una nueva inspiración a la cultura .

Todo esto impactará en la misma Iglesia –o en sus hombres- al punto que el Deán Gregorio Fúnes publicará en 1815 su ‘Ensayo histórico civil del Paraguay, Buenos Aires y Tucumán’ en el cual toda referencia a la Iglesia y a su obra evangelizadora queda relegada, cuando no olvidada o negada .

La independencia nacional tuvo un alto costo para los pueblos interiores debido al ‘ideologismo’ de no pocos porteños que pusieron en riesgo la supervivencia de la misma, implicó en virtud de esta mentalidad la desmembración del antiguo Virreynato y un costo mucho mas alto para la vida de la Iglesia: corte de relaciones con la Iglesia universal, falta de Obispos, cierre de seminarios, expulsión o confinamiento de clérigos y religiosos de origen español o por diferencias políticas, politización de los sacerdotes que ocupaban cargos públicos, abandono de la cura de almas por servir a los ejércitos como capellanes y crisis vocacional.

Estas consideraciones generales, válidas para la mayor parte del continente tienen en nuestra provincia una de sus excepciones, ya que Santa Fe -al decir del padre Furlong sj-
‘... no entró ni poco ni mucho en el vértigo bonaerense de 1810, ni participó del ‘’porvenir maravilloso’’, a cuyas puertas se creyó llegar en Buenos Aires entre 1821 y 1827, antes se conservó sin claudicaciones, intacta, sin mancha y sin arruga, así en lo político como en lo social y en lo religioso’ .

MARCO SOCIO POLÍTICO Y ECLESIASTICO

El impacto de las transformaciones políticas en nuestra provincia

Al igual que en el resto del país también en nuestro territorio, especialmente en la
Capital, se vivía cierta efervescencia política ya que en 1809 algunos santafesinos –al parecer- se habían involucrado en una conjura de tinte ‘carlotista’ e iniciado el año ’10 debían elegir un diputado que representase a la ciudad ante la Junta Central Gubernativa de España e Indias, conocida como Junta de Sevilla, lo cual se concreta en los primeros días de mayo .

Apenas un mes después las autoridades santafesinas reciben comunicación oficial de lo acontecido en Buenos Aires lo cual –según algunos autores- es motivo de júbilo para los pobladores de esta jurisdicción , quienes además no generarán ningún movimiento de resistencia a la nueva Junta de Gobierno .

Instado por la Circular del 27 de mayo donde se convocaba a las ciudades interiores a elegir un diputado que las representase, el 2 de julio se procedió a dicha elección siendo favorecidos Francisco Tarragona y el Pbro. José de Amenábar , aunque el primero fue el diputado por Santa Fe a la Junta de Buenos Aires a la que se incorporó el 18 de diciembre de ese año, a quién casi un año después se le revocó el mandato .

Casi paralelamente a la elección del diputado desde el nuevo gobierno se le comunicaba al Tte de Gobernador Prudencio María de Gastañaduy que cesaba en su oficio y que sería reemplazado por el Coronel Manuel Ruiz, que respondía a los intereses de la Junta y no a las preferencias de los santafesinos, quienes si bien deseaban un vecino para ese cargo no estaban de acuerdo en torno a la persona .

Una de las medidas tomadas por el nuevo gobernador fue la de aplicar el decreto de la Primera Junta de Buenos Aires por la cual algunos vecinos de Santa Fe considerados refractarios al nuevos sistema -entre ellos el Cura y Vicario Francisco Antonio de Vera y Mújica- debían ser deportados y confinados en Famatina (La Rioja) .

En octubre el Ejército comandado por Belgrano que iba camino del Paraguay hace pié en Santa Fe donde intima la contribución de los vecinos, algunos de los cuales responden con bastante generosidad, y como contrapartida le concedió algunos arbitrios , lo cual no bastaba para equilibrar la pérdida que significaba la incorporación a su exigua tropa de los Blandengues destinados a la custodia y defensa de la frontera que a partir de entonces quedaría a merced de los montaraces .

Volviendo al ejercicio de gobierno hay que señalar que entre la llegada del Coronel Ruíz y el año 1815 hubo seis Ttes de Gobernador los cuales fueron nombrados por los ‘porteños’ en desmedro de los deseos locales y en ocasiones acompañaron las fluctuaciones que tuvo la política de aquellos tiempos ya que en escasos cinco años tuvimos Junta Grande, I y II Triunvirato y Directorio .

En este contexto y bajo el gobierno del Coronel Antonio Berutti se procedió a la elección de un diputado por Santa Fe para participar de la Asamblea que se llevó a cabo en 1813 , siendo favorecido en esta ocasión el Pbro. José de Amenabar de modo prácticamente unánime .

Hacia 1815 podría decirse que Santa Fe entra en crisis debido a la doble amenaza que significan por un lado el atrevimiento de los montaraces que al ver las fronteras desguarnecidas irrumpen con sus correrías en las vecindades de la ciudad donde no solo saquean sino que dejan un a estela de víctimas que para entonces rondaban el centenar y por el otro el avance de las tropas artiguistas que habían ocupado la otra banda del Paraná y sus ideales federalistas que parecían entusiasmar a la mayoría de los santafesinos .

Gobernando la ciudad el coronel Eustoquio Díaz Vélez se produce la revuelta pro-artiguista que cuenta con el favor de los santafesinos aunque esta es posible por la decidida intervención de las tropas que respondían al caudillo oriental bajo la conducción de Hereñú, la cual a la postre traerá no pocos males ya que a los indios que habían acompañado aquella campaña se les deja el terreno libre para el saqueo .

De todos modos este acontecimiento es el que permite a Santa Fe constituirse en un estado autónomo que se extenderá hasta la sanción de la Constitución del año 1853 en que delegará su soberanía y sus principales atributos a favor de la Nación que venía a constituirse en virtud de los pactos preexistentes de la cual nuestra provincia había sido activa protagonista y signataria.

En esta etapa que dura varias décadas podemos destacar tres momentos importantes: el que encarnan Francisco Antonio Candioti y Mariano Vera que se extiende hasta 1818, época en que es fuerte la influencia del artiguismo y Santa Fe debe afrontar las invasiones de Viamonte (1815) y Díaz Vélez (1816) enviadas desde Buenos Aires; la etapa hegemonizada por Estanislao López entre 1818 y 1838 en que la provincia vencerá una y otra vez a las tropas porteñas, se dará su Estatuto (1819), se enfrentará con otras provincias que se reivindicaban también federales, firmará tratados como el de Pilar (1820) y el de ‘El Cuadrilátero (1822), participará activamente en el Congreso de 1824 y se contará entre las firmantes del Pacto Federal (1831) y tras el interregno de Juan Pablo López –que debió afrontar la invasión de Lavalle y dictó una Constitución en 1841, el del gobierno de Pascual Echagüe que tal vez por su adhesión incondicional a Rosas no defendió la autonomía con tanta fuerza como sus predecesores y al igual que ellos le tocó enfrentar invasiones al territorio por parte de tropas enemigas a la par que desarrolló una extensa labor cultura para aquellos tiempos tan complejos y la economía provincial –a pesar de los bloqueos que imponían los europeos- experimentó cierta reactivación tras una postración de décadas.

En el plano nacional o al menos en lo que respecta a la política que se intentaba imponer desde Buenos Aires hasta 1820 habrá un Director Supremo, sistema que será aniquilado por la alianza de López y Ramírez poniéndose de manifiesto que las provincias rechazan el modelo unitario y centralista.

Obligada por las circunstancias Buenos Aires debió conformarse con elegir gobernador y acordar con las demás provincias a través de pactos su integración al resto del país , pero es también el comienzo del ascenso de Bernardino Rivadavia quién llevará adelante la llamada ‘Reforma eclesiástica’.

Un segundo momento de importancia lo constituye el ascenso de Rivadavia al gobierno en el año 1826 lo cual implica el intento mas acabado en aquel período de construir una país moderno según el entender de los ‘ilustrados’ a despecho del sentir de los pueblos interiores.

No cabe dudas que su gobierno estuvo impulsado por una fuerte impronta ideológica donde predominó un puro afán imitativo, que terminó en una administración verdaderamente desastrosa y la profundización de las divisiones existentes como aseveraba el General José de San Martín con el agravante de que la Constitución que todos esperaban mereció el repudio de las provincias y se frustró la posibilidad de unidad nacional.

El tercer momento estará signado por la figura de Juan Manuel de Rosas, quién será mas condescendiente con las provincias interiores y mas respetuoso de la tradición religiosa, pero no menos centralista que los anteriores aunque bajo la divisa federal.

La Iglesia en el Río de la Plata y el nuevo estado de cosas

Conformado el primer gobierno patrio la relación de éste con la Jerarquía eclesiástica personificada en el Obispo Lué y Riega no fue para nada fácil debido a las prevenciones que los revolucionarios tenían para con el Obispo debido a su postura en el Cabildo Abierto del 22 de mayo donde se resistió al establecimiento de una Junta de Gobierno .

Para colmo de males el diocesano tenía una mala relación con el Cabildo eclesiástico y una parte de su feligresía no adhería a los principios revolucionarios sino que seguía fiel a la corona española.

De esta manera, cualquier iniciativa por parte del Obispo era recelada y la actividad pastoral entró en un verdadero estado de inmovilismo, a la par que el nuevo Gobierno trataba de imponer sus criterios en materia de disciplina eclesiástica e incluso pretendía que en las predicaciones se hiciese referencia a lo que se consideraba la sagrada causa independentista y que en la oración de la misa se incluyese la súplica ‘Pro pía et sancta nostrae libertatis causa’.

En lo que respecta a nuestro territorio, en 1811 el Obispo insiste ante el gobierno de la Junta que le permita realizar la Visita Pastoral que tenía programada desde las vísperas de los acontecimientos mayos y en la que pensaba tras visitar Rosario no ir mas allá de Santa Fe , pero el mismo es denegado con lo cual habrá que esperar varias décadas para que las feligresías de este Obispado y especialmente las zonas mas distantes tengan una Visita en regla.

El 22 de marzo de 1812 fallecía Mons. Benito Lué y Riega y quedaba la sede vacante en un contexto de ruptura con España y por ende con la Santa Sede hasta el año 1825 en que ésta designa un ‘Delegado Apostólico’ en la persona de Mariano Medrano y Cabrera .

A partir de entonces la iglesia rioplatense comenzará a ser gobernada por los Provisores, entremezclándose en este proceso estudiado profundamente por Américo Tonda , la política y los chismorreos clericales, con el agravante de que sino la nulidad de la elección de los Provisores porteños se dudaba de la canonicidad de los mismos al menos a partir de 1822.

La percepción de que algunas cosas habían cambiado en la administración de la Iglesia, pasándose de una época rigorista a una de mayor liberalidad se pone de manifiesto en una nota que el santafesino Isidoro Cabal –deseoso de unirse en matrimonio con una prima hermana- le envía al Provisor Achega donde recuerda los esfuerzos inútiles realizados con anterioridad los cuales considera que ahora serán correspondidos ya que ‘en el día reside la autoridad en un Americano, amante de sus paisanos, celoso de la moral, obviador del escándalo y deseoso de la tranquilidad de las conciencias’

Entre la muerte de Lué y Riega y la deposición de Mariano Medrano y Cabrera de dicho cargo, gobernaron la diócesis de Buenos Aires Diego Estanislao de Zavaleta (1812-1815), Domingo Victorio de Achega (1815-1817), Juan Dámaso Fonseca (1817-1819 y 1819-1821), José Valentín Gómez (1821-1822) y Mariano Medrano (1822).

Durante la gestión de Diego Estanislao de Zavaleta se lleva a cabo la llamada ‘Asamblea del año XIII’, en la cual a pesar de la participación de notables eclesiásticos se impusieron en la misma las tendencias regalistas y liberales, llegándose a decretar que los eclesiásticos que no se nacionalizaran perderían sus beneficios, acerca de la edad en que se había de emitir la profesión religiosa, la prohibición de dar sepultura en las iglesias, la reglamentación de los diezmos o la temperatura del agua para los bautismos, a la par que se elaboró un proyecto de ley que declaraba que las Provincias Unidas del Río de la Plata eran independientes de toda autoridad eclesiástica externa y lo mismo acontecía con los religiosos .

A comienzos de ese año y en el marco de la expulsión de españoles ordenada por el II Triunvirato se pone de manifiesto la sospecha del Gobierno sobre los frailes del Convento de San Carlos en San Lorenzo, ya que si bien tienen una buena opinión sobre los mismos quieren cerciorarse si es verdadero amor a la causa o hábil simulación .

La misma resulta infundada tal como se desprende de la misiva del Cura Párroco de Rosario ya que los frailes –salvo Juan Seinano Aragonés- habían adherido a la causa libertaria y del Informe elevado por Fray Cayetano Rodriguez donde se señala que ‘son plenamente adictos a la causa de América’ como tendrán ocasión de demostrarlo poco antes del mes con motivo del combate de San Lorenzo.

Un auxilio espiritual inesperado para los santafesinos lo va a constituir la presencia del Obispo Rodrigo Antonio de Orellana quién con fecha 10 de febrero de 1815 es enviando al convento de San Lorenzo en una conmutación de pena que debía cumplir en la Guardia de Lujan .

En el convento de los misioneros de Propaganda Fide el Obispo de Córdoba estuvo alrededor de veinte meses, tiempo que aprovechó para cartearse con las hermanas carmelitas de aquella sede episcopal a las que consideraba verdaderas hijas y a quienes trataba desde su ostracismo de ayudar a descubrir los designios del ‘Divino Esposo’ en los acontecimientos que les tocaba vivir .

Acechado por el Gobierno central, el Obispo encontró cierta benevolencia en Mariano Vera (1816-1818) quien desde hacía algunos meses gobernaba Santa Fe y estaba interesado en los servicios espirituales que Orellana podía prestar a la desvencijada iglesia santafesina ya que no había quién consagrara óleos, confirmara y ordenara sacerdotes.

Sin dudas que la tensión política existente con Buenos Aires ayudó aún más en esto, dado que era un modo de contradecir una política que buscaba por todos los medios de someter a los santafesinos .

Después de una serie de cavilaciones, a comienzos de diciembre de 1816 Orellana abandona el Convento de San Carlos para dirigirse a nuestra capital, pasando primero por Coronda donde es acogido cálidamente por la población que desde 1803 no veía un Obispo y era la tierra del Pbro. Juan Bernardo Alzugaray, uno de sus compañeros de infortunio .

Llegado a Santa Fe es recibido por el gobernador Vera y algunos vecinos en el ‘Paso’ de Santo Tomé y ya instalado en la ciudad administra el sacramento de la Confirmación y ordena a varios clérigos .

Deseoso de cumplir con los ‘corondinos’ se dirige hasta el pequeño poblado donde permanece un buen lapso de tiempo en el cual, además de confirmar a los vecinos del lugar se allega hasta el oratorio de Grondona en las inmediaciones del Carcarañá para administrar también dicho sacramento .

Pocos días después de regresar de Coronda a Santa Fe, el Obispo que ya sabía que había sido designado al frente de la Iglesia de Ávila en España y ante las noticias poco halagüeñas que circulaban en Buenos Aires sobre elección y consagración de Obispos sin institución pontificia, el 10 de julio de 1817 se pone en marcha hacia Brasil y en 1819 llega a su nueva sede .

Hay que señalar asimismo, que el mismo Mariano Vera que había tendido su mano al desterrado Obispo previamente había expulsado a varios religiosos que acompañaron a Viamonte cuando la invasión de 1815 y se habían levantado contra el Cabildo que intentaba elegir un gobernante santafesino .

Al respecto recuerda Urbano de Iriondo:

‘... luego que el Dr. Mariano Vera triunfó del general Viamon, echó desterrado al Paraná al Padre fray Agustín de los Santos, franciscano santafesino, fray Pedro Gómez, dominico de Córdoba y Dn. Pedro Neto, santafesino, cura de Coronda’ .

Es por demás evidente que en aquel tiempo la política y el ministerio eclesiástico se entremezclaban en demasía quizás por la falta de personas idóneas para los debates de aquella hora y así vemos como previamente al gobierno de Vera, en la elección del representante santafesino al Congreso de Tucumán en 1816 fue elegido el Pbro. Pedro José Crespo quién en esos momentos se desempeñaba al frente de la Parroquia de Baradero en la provincia de Buenos Aires y que al final no aceptó o como en 1817 el Pbro. José de Amenábar es elegido diputado a la Asamblea a la cual tendrá el alto honor de presidir.

Volviendo al gobierno de los Provisores diremos que –siendo bastante manosueltas en lo que a las dispensas matrimoniales se refería tal vez por la influencia jansenista que habían recibido a excepción de Medrano y también por las dificultades que ofrecía la incomunicación con Buenos Aires en virtud de los enfrentamientos políticos y militares-, habían facultado al Pbro. José de Amenábar para que actuase como delegado de ellos dispensando los impedimentos menores .

A partir de 1822 la vida eclesiástica va a experimentar un verdadero sacudón ya que Rivadavia comienza su ‘reforma’ que va a contar con la oposición del ortodoxo Medrano –quién si bien era consciente en que debían hacerse algunos cambios en este campo- negaba al Estado toda autoridad aún en los aspectos exteriores y secundarios.

Esta oposición le valdrá la destitución de su cargo y su reemplazo por Mariano Zavaleta que no solo comulgaba con los objetivos propuestos por Rivadavia en su ‘reforma’ sino que estaba dispuesto a acatar el menor de sus deseos al punto que estando de paso en Buenos Aires Mons. Muzi –enviado Pontificio a Chile- le recriminó haber venido a perturbar la paz de la Iglesia local y le prohibió el ejercicio de su ministerio .

La política eclesiástica llevada adelante por Rivadavia constituyó -al decir de Faustino Legón- el primer intento serio de instaurar una ‘Iglesia Nacional’ poniendo a Buenos Aires al borde del cisma , tal como lo creían entre otros los miembros del Cabildo civil de Santa Fe, quienes en 1825 manifestaban al citado Vicario Apostólico:

‘... por cuanto esta Provincia, en lo eclesiástico, está sujeta a Buenos Aires, y la Iglesia Bonaerense, si no es ya cismática, está próxima a serlo...’

Entre las disposiciones emanadas de la pluma de Rivadavia se encontraba la prohibición de entrada a todo eclesiástico que no contara con el ‘placet’ previo del gobierno, los religiosos quedaban desligados de la obediencia que debían a sus superiores provinciales y solo se la debían al de la Casa en la que habitaban, la autoridad política era la responsable de conceder permiso para salir de los conventos a quienes lo solicitaran, confiscación del Santuario de Luján que para entonces ya era un lugar importante de peregrinación, el convento de la Recoleta es convertido en cementerio, la vicaría general del Ejercito es suprimida, el Seminario es abolido, secularización de los hospitales en manos de los betlehemitas y apropiación de sus casas, se limita el número de miembros de los conventos y se intenta la supresión de los mismos y otras del mismo estilo y tenor inspiradas en el mas craso regalismo .

Salvo las provincias de Cuyo la reforma fue verdaderamente impopular y no tuvo eco en el resto del interior, y en el caso de Santa Fe la desgracia que se abatió sobre los religiosos de Buenos Aires fue beneficiosa para Santa Fe ya que en nuestra provincia y tras padecer varios destierros, en 1823 se asentó el brioso fraile Francisco de Paula Castañeda.

Si bien parece que el Gobernador Estanislao López hubiese deseado que Castañeda se estableciera en la ciudad de Santa Fe este se trasladó al Rincón de San José donde casi todo estaba por hacerse y allí puso de manifiesto su genio y habilidad.

En una carta que dirige en el año 1826 a una persona de su amistad, le informa:

‘... en esta parte bien considerable del mundo ha fundado el padre Castañeda una iglesia, un pueblo, una escuela, un colegio que consta ya de cincuenta y seis alumnos, que viven a sus expensas; aquí el padre Castañeda de noche maneja la pluma; de día, el arado, la azada, las redes, el espinel, para mantenerse, mantener a sus colegiales, mantener también el pueblo que ha fundado; aquí lo llaman al padre Castañeda a una Confesión, y camina a pié y descalzo cuatro leguas por campos espinosos, pasando cañadas con agua, y vuelve a su capilla en el mismo día tan sin cansancio, que se siente capaz de repetir la jornada, si lo volviesen a llamar.
Además tiene fundada una sociedad teofilantrópica’

Aunque impreso en Córdoba, en esta etapa publica ‘Derechos del Hombre o Discursos históricos místico-político-crítico-dogmático sobre los principios del derecho político’. La publicación de este periódico que al parecer era un compromiso que tenía con López se extiende desde octubre de 1825 a setiembre de 1826.

También publicará, pero en su propia imprenta –que era la de José Miguel Carreras y el acondiciona- ‘El santafesino a las otras provincias de la antigua unión. Población y rápido crecimiento del Gran Chaco’ (1825) .

En 1827 ya se encontraba en Paraná, lugar donde lo encontró la muerte en 1832 .

Sobre su estadía en Santa Fe, nos parece acertado el juicio del Dr. Néstor Auza, quién precisa:

‘Su paso por esa provincia no ha de ser en vano, ya que ni la lejanía ni lo reducido del escenario son obstáculos para que Castañeda realice una original tarea de periodista, de misionero, de educador y ejecutor de obras de progreso’

En cuanto a los Gobernadores eclesiásticos de Buenos Aires, especialmente tras la asunción de Zavaleta, comienza a ser cuestionada su legitimidad y entre quienes los hacen se encuentra nuestro Cura y Vicario José de Amenabar, quién durante el Provisoriato de José León Banegas (1824-1829) le escribe a Mons. Muzi:

‘Creo no se ocultará a S. S. Ilma en que conflictos se hallan las conciencias por el ejercicio de la autoridad eclesiástica que emana de Prelados cuia legitimidad en su elección se trepida, como también por la amplia e ilimitada extensión que se advierte en sus funciones’ .

Este enviado apostólico rechazado y maltratado por Rivadavia y tratado con mucha simpatía por el General San Martín era esperado por el gobierno y el clero de Santa Fe donde pensaban expresarle su adhesión a la Santa Sede y manifestar su disidencia con la política porteña tal como se desprende las cartas que en febrero de 1825 elevan a Mons. Muzi , pero éste, tras atravesar Rosario al llegar a la Guardia de la Esquina en la frontera con Córdoba, se encaminó hacia esa provincia .

Sin embargo, el día 21 de enero de 1824 a pedido del Cura Párroco de Rosario, Don Pascual Silva Braga procedió a la administración del Sacramento de la Confirmación, acontecimiento del cual Giovanni María Mastai Ferretti nos ha dejado el siguiente testimonio:

‘Resultó tan concurrida, con tantos chillidos de las criaturas y la gente que se echaba encima, que fue grande fatiga para Monseñor y para quién lo asistía’

Con tono más crítico, el Abate Sallusti describe el mismo acto de la siguiente manera:

‘Cuando el Vicario Apostólico empezó a confirmar en público en la Iglesia del Rosario, pequeño pueblo de la provincia de Santa Fe, hizo la imposición de las manos a unas cincuenta personas; y luego, sin renovarla más, confirmó a más de un millar, terminando al fin la sagrada función con una treintena de confirmados, habiéndose marchado los otros’

Hay que señalar que esta década y media en la cual tantas mentes se habían confundido los santafesinos a la par que deseaban la independencia de España y la constitución de un estado soberano no tenían ningún interés de renegar de su tradición religiosa y contra toda tendencia regalista afirmaban aquí y allá no solo su rechazo a las nuevas modas filosóficas sino también su fidelidad al Papa.

En carta a Mons. Muzi los miembros del Cabildo le suplican que ‘... se digne a asegurar a nuestro Santísimo Padre León XII que en toda esta Provincia de Santa Fe no hay un solo filósofo impío, ni recelo alguno de que la falsa filosofía nos separe un punto del centro de la unidad católica, ni de la obediencia debida al Vicario de Jesucristo y que no pretende mas que ‘... una justa y legítima emancipación, para cuyo logro hemos procurado siempre evitar la infame nota de rebeldes y apostatas, convencidos de que podemos muy bien ser libres e independientes sin ser ingratos para con nuestros antiguos Monarcas, ni desobedientes al Padre Común de todos los fieles’ .

Dada la duda sobre la legitimidad de los Provisores a la que hicimos referencia, el Gobernador López, el Cabildo y el mismo Amenábar le solicitarán se arbitren los medios para que si llega el momento de cortar vínculos con la Iglesia bonaerense debido a los errores que en ella han grasado , el Cura y Vicario tenga las facultades pertinentes para el ejercicio de tan delicado ministerio.

Como sabemos, este pedido llegó a manos de Mons. Muzi cuando se alistaba a partir de retorno a Roma y ya con fecha 5 de febrero había procedido al nombramiento del Dr. Mariano Medrano como Delegado Apostólico en la Diócesis de Buenos Aires con las facultades de las que gozaba un Vicario Capitular en sede vacante, por lo cual la petición de marras se volvía innecesaria .

Pero si la ‘reforma eclesiástica’ le había costado a Rivadavia bastante dolores de cabeza y una cerrada oposición, mejor no le irá a sus seguidores en el Congreso de 1825 donde junto a la organización unitaria del país se propone la libertad de Cultos en ligazón con el tratado con Inglaterra.

Delegado por Santa Fe había sido designado el Pbro. José de Amenábar quién entre otras Instrucciones llevaba la siguiente:

‘Siendo la Religión Católica, Apostólica, Romana, la única y exclusiva de los habitantes de esta América, deberá ante todos establecer su protección, conservando pureza e inviolabilidad, como el primero y principal deber de la Representación Nacional, que no podrá permitir en todo el territorio ningún otro culto ni privado, ni doctrina contraria a la de Jesucristo, entablándose con la Silla Apostólica las relaciones consiguientes al nuevo orden político, como las que deban promoverse con los Prelados diocesanos, dando por nulo todo lo innovado en estas materias’

El Pbro. Amenábar tuvo una importante actuación en este Congreso y quizás haya vislumbrado el fracaso al que estaba destinado el mismo ya que la Constitución promulgada el 24 de diciembre iba a cosechar el repudio de los pueblos interiores, entre ellos los santafesinos cuya Junta de Representantes la rechazó por que organizaba al país unitariamente y no presentaba la menor garantía a la libertad ni a la inmunidad y pureza de la Religión Católica, Apostólica y Romana a la que se consideraba la única verdadera .

Tal postura era congruente con el artículo 2 del Estatuto Provisorio de 1819 donde se señala que la Religión de la Provincia es la Católica y quién ofende su culto es reputado enemigo del país , una afirmación que es mas elocuente aún si se acepta la hipótesis de que los eclesiásticos no tuvieron demasiada influencia en el citado Estatuto y que perdurará aún en la de 1841 dictada bajo el gobierno de Juan Pablo López, a pesar de las influencias liberales e iluministas que se observan en la misma .

En cuanto a Mariano Medrano, sacerdote sin dudas grato a la Sede Apostólica, en 1830 sería consagrado Obispo aunque no para ejercer en carácter de residencial sino como Vicario Apostólico, con lo cual –de alguna manera- la Iglesia rioplatense podría comenzar un lento proceso de recuperación.

Al respecto escribía Mons. Ostini, Nuncio en Brasil:

‘El día 26 del cte. Pude consagrar a Medrano /.../. Mi corazón inmerso en la amargura a causa del lúgubre aparato de las circunstancias presentes encontró un momento de alivio y de consuelo /.../; la reflexión de que el Venerable Hermano /en el Episcopado/ que estaba delante de mi, era un seguro instrumento del cual quiere servirse la Providencia para remediar tantos males, la idea de sus virtudes, de su piedad y de la insigne adhesión a la Santa Sede, unidos a una capacidad suficiente; el presentimiento de un mejor porvenir para la Iglesia de Buenos Aires; la esperanza de semejantes ventajas espirituales para los fieles de otras regiones del país argentino; todo ha contribuido a hacerme gustar un instante de alegría en el Señor y a hacerme sentir en el físico el peso de la ceremonia menos de lo que me podía prometer mi presente estado de salud’

Por otra vía, el Nuncio solicita una relación de la situación de la Diócesis en la que se hace referencia a Santa Fe, en los siguientes términos:

‘Nella cittá di Santa Fe, non si sono due o tre preti inclusovi il Parroco. Vi ha un convento di Domenicani, in cui vi saranno 7 religiosi; un altro di francescani che ne conterná siccome sospetto cinque, ed un terzo di PP della Mercede in cui ve ne sono tre. Nella campagna di Santa Fe avvi un convento di PP Missionario Francescani, ma in esso vi sono appena 3 sacerdoti, dei quali uno ha 91 anni ed un altro che ne conta 80. In Santa Fe non vi sono studi ecclesiastici ne possibilitá di averli benché in governo favorisca la cause della religione’

Recuperada la relación con la Santa Sede, ésta procede el 2 de julio de 1832 a nombrar a Medrano como Obispo titular de Buenos Aires y el 24 de marzo de 1834 se hace público el ‘pase’ por parte del Gobierno , por lo cual pocos días después le comunica la buena nueva al Gobernador Estanislao López .

En esta misiva llena de alabanzas al Brigadier y de reconocimiento por su política de inspiración cristiana, señala la posibilidad de una Visita Pastoral que finalmente nunca realizó .

Respecto a la relación con Santa Fe no hemos encontrado demasiada documentación que haga referencia a su preocupación por esta parte del rebaño, salvo los reclamos elevados al gobierno provincial en los años 1835 y 1836 por los diezmos que no se habían enviado , la ratificación en 1835 del patronazgo menor de San Roque sobre la ciudad y Provincia , la posibilidad de traer algunos sacerdotes para que sirvieran en nuestro territorio en 1836, cuyos gastos de traslado corrían a cargo del gobierno y la determinación del Arancel que debía observarse en todo el territorio provincial .

En el año 1842 con motivo de una Misión en San Nicolás, numerosos vecinos del sur santafesino se dirigirán a aquella población para recibir los sacramentos .

Los vecinos de la ciudad capital por su parte habían tenido al menos dos ocasiones de recibir el Sacramento de la Confirmación tal como lo refleja el Libro de Confirmaciones de la Iglesia Matriz (1829 – 1879), la primera el 21 de setiembre de 1829 de manos del Obispo chileno José Ignacio Cienfuegos y la segunda en junio de 1833 con motivo del paso del cordobés Benito Lazcano.

Ya en el ejercicio de su ministerio episcopal Medrano no colmará todas las expectativas que la Sede Apostólica tenía acerca de él, quizás por su demasiada sujeción a Juan Manuel de Rosas del cual tenía el mas alto de los conceptos ya que de alguna manera a él se le debía la restauración de la religión que se había visto amenazada en la etapa anterior.

A Juan Manuel de Rosas se le debe la moralización de la campaña a través del fomento de misiones populares, la consolidación de las poblaciones rurales a las cuales se las dotó de Párrocos y se impulsó a los vecinos a la reconstrucción de templos y capillas, el afianzamiento de las relaciones con la Santa Sede, el regreso de la Compañía de Jesús y el haber puesto freno a la propaganda anticatólica pero a la par gobernó con mano férrea no solo los intereses del país sino también los de la Iglesia, profundizando según algunos autores –aunque con una perspectiva ideológica distinta- lo iniciado por Rivadavia .

En el fondo, Rosas consideraba que la Iglesia debía estar al servicio del Estado.

Volviendo a Santa Fe debemos señalar que aquellas ansias de convertirse en Iglesia particular durante la reforma rivadaviana para preservar la catolicidad, vuelve a reaparecer en 1837 cuando el Gobernador Estanislao López por razones que sin dudas exceden lo anterior, solicita a Rosas la posibilidad de que nuestra provincia sea erigida en Obispado y como diocesano propone a Amenabar.

El intento terminó no solo en el fracaso sino que además, Rosas habría humillado a López y a Amenabar .

El 5 de abril de 1851 fallece el Obispo Medrano quien prácticamente se hallaba inhabilitado desde 1847 quedando de esta manera Buenos Aires como sede vacante hasta 1854 en que se hace cargo Mons. José de Escalada quién ya era Obispo desde el año 1835 .

Tras la muerte del Obispo, el pbro. Amenábar que se desempañaba como Delegado Eclesiástico cesa en sus funciones y es reemplazado por José María Gelabert y Crespo .

VIDA DE LA IGLESIA EN SANTA FE


Acción pastoral de José de Amenábar

A la muerte del anciano Cura y Rector Francisco Vera y Mújica y tras el intento de creación de dos Parroquias en la ciudad para lo cual se reivindicaba la existencia de los Curatos de Españoles y Naturales , como no podía ser de otra manera dado su prestigio social y adhesión a la causa americana se nombrará Cura Párroco al Pbro. José de Amenábar.

El 7 de noviembre de 1814 el Provisor Diego Estanislao de Zavaleta convoca al nuevo Titular de la Matriz de Santa Fe para recibir la colación canónica la cual se hace efectiva al día siguiente , aunque recién se hará cargo de la misma recién en setiembre de 1815 ya que en esos momentos se encontraba participando como diputado en la Asamblea General Constituyente.

Una descripción de la jurisdicción parroquial que le tocaría administrar y pastorear al Pbro. Amenabar, la encontramos en el Acta del Cabildo de Santa Fe del 24 de setiembre de 1814, en la cual, en orden a justificar la existencia de dos beneficios parroquiales, se señala:

‘... su territorio (separado de los Partidos de su jurisdicción) que corresponde al N. 25 leguas, al S. los arrabales de la misma /ciudad/, de E. a O. entre el Paraná y Salado de 8 a 9 leguas, en el cual se contienen los Pagos del Rincón y Calcines divididos por los Saladillos que impiden el pronto acceso a los auxilios que necesiten: el de Ascochingas con las costas del Salado, y Añapiré, y la Frontera...’

Sin embargo y a pesar de que ya desde fines del siglo XVIII se consideraba como algo necesario la erección de otro Curato, esta jurisdicción permanecerá inalterable durante toda la gestión de Amenábar y hasta 1889 en que se erija la Parroquia del Carmen.

La sede parroquial que seguía siendo la Iglesia Matriz se encontraba bastante deteriorada, lo cual se venía arrastrando desde varias décadas atrás según el peritaje de los maestros Barquero y López Arretegui y en 1823 Amenabar se va a dirigir a la Junta de Representantes manifestándoles que el templo necesitaba de no pocos arreglos en especial el techo que debía ser renovado por completo .

Dentro de la jurisdicción parroquial existían también desde el siglo anterior las capillas de Guadalupe situada a poco más de una legua hacia el noreste de la ciudad y la de San Antonio en lo que por entonces eran los arrabales de la ciudad, la cual a partir de 1818 funcionaría como Vice- Parroquia .

En el caso de Rincón, como ya señalamos a partir de 1824 contará con su propia capilla.

La ‘cura de almas’ que llevará adelante el Pbro. Amenabar en la jurisdicción descripta tenemos que entenderla en el marco de la ‘civitas christiana’ que era la Santa Fe de aquel tiempo, donde podríamos decir se era naturalmente cristiano.

Esta realidad no le aseguró un apostolado bucólico ya que las convulsiones políticas y las periódicas invasiones de los montaraces del Chaco y del ejércitos porteños lo colocaban en la primera línea del peligro, y a la par, la accidentada geografía del curato, dificultaban su acción apostólica.

Ya al comienzo de su curato y posiblemente en base a la experiencia que había tenido como Cura Excusador en 1810 , manifiesta su preocupación por los feligreses mas alejados de la sede parroquial –especialmente los de Rincón – ya que entre la sede y aquellos ‘... median unos ríos caudalosos y varios arroyos que creciendo, son muy peligrosos y difíciles de transitarse’ .

En carta al Director Supremos Gervasio Posadas, precisa:

‘Con semejante obstáculos ya puede V .E. graduar cuán pocos o ningunos serán los auxilios religiosos para estos habitantes, cuando para disfrutarlos deben bajar a la ciudad.
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Se resiente la piedad cristiana al contemplar el desamparo en que de necesidad terminan sus días esos miserables, infundiendo igualmente grandes conflictos ver administrado el Sacramento del Bautismo por individuos legos, por defecto de los recursos legítimos’ .

Reconstruir la vida pastoral de Amenabar es tarea harto difícil ya que mucha documentación se ha extraviado y la mayoría de los trabajos que abordan su personalidad lo hacen desde la perspectiva política, pero de todos modos no es imposible ya que le caben las generales que el Concilio de Trento prescribía para los Curas Párrocos y que volvemos a recordar ligeramente: predicar al pueblo encomendado, exponer lo que se lee en la Santa Misa, instrucción previa a la celebración del matrimonio, enseñanza de la doctrina a los niños y catecismo mayor a los adultos especialmente acerca del valor y uso de los sacramentos antes de administrarlos, recomendar la observancia de los ayunos y fiestas, conocer a sus ovejas, ofrecer el sacrificio divino por ellas, administrarles los sacramentos y apacentarlas con el buen ejemplo, residir junto a su feligresía, tener al día, con diligencia y orden, los libros parroquiales, participar del Concilio diocesano y practicar la hospitalidad .

Junto a todo esto que consideramos vivió en plenitud, espigando en diversas fuentes –tanto eclesiásticas como oficiales o privadas- emergen recuerdos y testimonios de este aspecto de su intensa vida.

Así don Urbano de Iriondo evocando los acontecimientos de 1816 –cuando la invasión de Díaz Vélez y con los indios merodeando Santa Fe-, resalta su actuación:

‘Nuestro Cura Dr. Amenábar iba a caballo a Guadalupe a decir Misa a las familias y desde la orilla de la ciudad era acompañado de ida y vuelta’

Por su parte, Facundo Zubiría recordaba en 1856 el orden moral y religioso que había podido observar en el año 1819, época en que durante cuatro meses había residido en Santa Fe .

La carta que en 1825 dirige al Vicario Apostólico don Juan Muzi y a la que ya hicimos referencia además de manifestar su claridad en materia eclesiológica nos muestra su solicitud por la salvación de las almas, ya que muchos fieles estaban perplejos antes las directivas emanadas del Provisor Zavaleta de cuya legitimidad se dudaba.

A mediados de ese mismo año y encontrándose en misión oficial, solicita a la Honorable Junta de la Provincia para volver a Santa Fe y así poder atender las obras de la Iglesia Matriz, ámbito imprescindible para la labor pastoral .

En una nota que a fines del año siguiente eleva al Gobernador Estanislao López, hace una especie de recuento de lo obrado hasta ese momento, manifestando:

‘Habiendo tenido el honor de ser colocado Párroco de esta feligresía en 1814, consideré en mi deber, promover todos aquellos establecimientos por cuyos medios se facilitasen a mis feligreses los auxilios sagrados espirituales, esmerándome igualmente dar al Culto Divino el mayor esplendor y dignidad posible.
............................................................................................................................................................................ me dediqué con particularidad en 1816 y años sucesivos, de repetidas datas de Ejercicios de hombres y mujeres, consagrando muy gustoso a sus gastos cerca de 300 pesos de mi propiedad...’

En la misma nota le recuerda los esfuerzos realizados en orden a que se estableciera una Vice-Parroquia en San José del Rincón, frustrándose el intento por las convulsiones políticas .

Cuando la invasión de los montaraces a las chacras de la vecindad en el año 1832, Urbano de Iriondo recuerda que el respetable Cura Amenábar corría en su coche junto a otros sacerdotes auxiliando a los moribundos y heridos .

Su preocupación por la vida espiritual de los vecinos de Rincón no era una cuestión meramente jurídica sino pastoral, tal como lo refleja la nota que en 1836 remite a Mons. Medrano:

‘... me hallaba en el Rincón de San José en confesión y otros ejercicios del Ministerio. Grande ha sido el trabajo; pero Nuestro Señor me ha restituido con mayor fortaleza y grande consuelo’

La política llevada adelante por el Brigadier López con los indígenas había permitido la reducción de muchos de ellos en Calchines, sitio al que en 1843 acude Amenábar para poner óleo y crisma a varios niños que habían sido bautizados privadamente .

Facundo Zubiría –a quién ya hemos citado- se manifestaba asombrado que ‘... después de tantas revoluciones, guerras, saqueos y demás estragos de que ha sido víctima...’ , Santa Fe haya permanecido fiel a los principios cristianos y sin decaer en estos.

Para el prestigioso constituyente, la explicación residía en la calidad de Amenábar, lo que expresa sin ambages:

‘Sin disminuir la parte de mérito que en ello tenga su vecindario, forzoso es confesar que todo y quizá esa misma moralidad sea debida en su mayor parte a la virtud, celo, saber, austeridad, consagración y respeto que allí se merece su antiguo Párroco el eminente eclesiástico Dr. Don José de Amenábar...’

A la par de esto y mucho mas que no ha quedado documentado hay que señalar su preocupación por el estado de la Iglesia Matriz en la cual ya en 1816 construye un retablo en su Altar Mayor , insistiendo a partir de entonces y en muchas ocasiones en procura de ayuda para las refacciones necesarias .

Finalmente dichas obras se comienzan hacia 18342 y se concluyen en 1834, contando para las mismas con la ayuda del gobierno provincial .

En carta citada al Obispo de Buenos Aires, informa:

‘Llamo la atención principalmente de S.S.I sobre la reciente obra de nuestra Iglesia en que se ha consumido más de diez y seis mil pesos, para lo cual con la garantía del Gobierno ha tomado la Iglesia diez mil cuatrocientos pesos a interés debiendo esta sufragar sus réditos, que son mas de quinientos pesos, debiéndose también agregar a esto los gastos correspondientes a la decencia del Culto’

Junto a su preocupación por la sede parroquial, su mirada de pastor se dirigió hacia la capilla de Nuestra Señora de Guadalupe -a la que denomina ‘Santuario’- y a favor de la cual inicia una campaña en 1822 para su reconstrucción .

Para los arreglos pertinentes, si bien se hizo una colecta en la ciudad y la campaña, hay que hacer notar que el fue el principal aportante tal como se observa en la planilla correspondiente y se lo recuerda al Gobernador López y al Obispo .

También la capilla de San Antonio mereció su atención, invirtiendo en ella una buena suma para su refacción y conservación , ya que al fallecer el devoto que se ocupaba de sus sostenimiento ésta había decaído.

Pero la obra de mayor importancia en la vida de Amenábar -ya que fue exclusiva suya- es la Casa de Ejercicios, la cual permitiría la realización de práctica tan importante para la vida cristiana.

Así escribía en 1826:

‘... penetrado de la importancia de esta obra, para su perpetuidad di principio en el año 1817 a la construcción de una casa en la que después de consumida toda la colecta de limosna, he invertido sobre 600 $’

Los trabajos se prolongaron largo tiempo ya que años después Amenábar escribe una carta a Rosas comunicándole que el sacerdote Dionisio López realizaría una colecta en Buenos Aires a favor de dicha casa y que probablemente sea la que alcanzó hasta los pagos de Azul en 1836 y tras la muerte del Brigadier, en 1842, Rosas le envió como homenaje a éste 6000 pesos metálicos para la obra .

La casa cumplió ampliamente con el cometido que se le había asignado ya que año a años se realizaban tandas de ejercicios espirituales , muchas de ellas predicada por el propio impulsor de la obra quién a su muerte dejó una estructura capaz que se convirtió en la base de la obra de las Hermanas del Huerto .

También afrontará la grave situación que significaba la falta de sacerdotes y vocaciones para el ministerio, en primer lugar tratando de no excusarse con las altas responsabilidades que le confiaba la provincia en el campo político, llegando a manifestar a la Junta representativa de la Provincia que su renuncia al cargo de diputado se fundada en lo poco que eran los miembros del clero local para las funciones sagradas y los mas intercadentes en la salud y en segundo, tratando de descubrir posibles candidatos.

Sobre este aspectos nos informa el Pbro. Américo Tonda:

‘Por unos renglones de Jacinto Viñas llegamos al conocimiento de que el Dr. Amenábar formaba algunos niños para el sacerdocio en el pequeño Seminario parroquial de la Iglesia Matriz. Este instituto en cierne dio a la Iglesia hombres como los hermanos Severo y Milcíades Echague, José Lassaga, Basilio Roldán, Claudio Seguí, José María Gelabert y otros ilustres presbíteros que viven en los infolios de tinta bermeja’

Facundo Zubiría hará referencia a esta preocupación de Amenábar cuando señala que ‘... había extendido su celo y religiosa previsión hasta formar un joven virtuosos que le sucediera en su sistema, orden y tareas parroquiales’ , en obvia alusión a José María Gelabert quién se haría cargo de este Curato en 1852 .

Situación de los otros Curatos

Al estallar la Revolución de Mayo, al frente del Curato de Rosario se desempeñaba el pbro. Julián Navarro quién se convirtió en uno de sus mas fervientes adictos .

En 1811 lo vemos enfrentado con el Alcalde Noguera a quién considera opuesto a la causa de Mayo, razón por la cual le impide ocupar el lugar asignado para la autoridad en los oficios religiosos y a posteriori instando a los vecinos a colaborar con los materiales posibles para la construcción de una batería que luego no se concretó por decisión de la Junta .

También el mismo San Martín testimoniará acerca de su adhesión a la causa libertaria, señalando en el parte del combate de San Lorenzo que ‘... se presentó con valor, animando con su voz y suministrando los auxilios espirituales en el campo de batalla’ .

Navarro estaba al frente del Curato de Rosario de modo efectivo desde el año 1809 y permanecerá al frente del mismo alrededor de tres años más, hasta que en 1816 obtiene su traslado como Capellán de la ‘Artillería de la Patria’ desarrollando a partir de allí una carrera eclesiástica entremezclada con la guerra y la política que lo llevará a ser Canónigo y Rector del Seminario de Santiago de Chile y a obtener el reconocimiento de Bernardo O’Higgins a quién luego atacará crudamente .

Sobre su actuación debemos señalar que en 1811 fue separado del cargo por el Obispo Lué y Riega en lo que se cree una sanción por su patriotismo aunque un año después fue reintegrado en el mismo , atendió durante algún tiempo la escuela parroquial y según el testimonio del Comandante Vicente Lima –también patriota como él- su Iglesia era una de las que mejor estaban atendidas en la campaña y por supuesto que no dejaba pasar día festivo sin predicar acerca de la causa independentista .

Su sucesor en el Curato -salvo algunos interinatos de corta duración- será el pbro. Pascual Silva Braga –natural de Santa Fe- quién llegado en 1816, junto a su actividad pastoral tuvo también participación en la vida política.

Tras la invasión de Balcarce en 1819 y sospechado de ‘porteñizar’ a la feligresía rosarina, el Gobernador López lo separó de su cargo y lo envío al destierro .

En 1823 lo encontramos de nuevo participando en la política local ya que es comisionado por los vecinos para que solicite la elevación de la Capilla a la categoría de ciudad o Villa y se declare Patrona a la Virgen del Rosario.

Sus gestiones tienen éxito ya que se reúne con López en Rosario quién aprueba la idea y la coloca a consideración de la Junta de Representantes de la Provincia, la cual el 2 de diciembre de ese año proclama a Rosario Ilustre y fiel Villa de Rosario y como Patrona a Nuestra Señora del Rosario .

Durante la década que duró su gestión desplegó una celosa acción pastoral en la extensa jurisdicción de su parroquia para lo cual contó con la colaboración de algunos religiosos que actuaban como sus tenientes curas.

Así lo vemos en 1825 preocupado por la situación de los vecinos del confín sur de su parroquia en los límites del Arroyo del Medio y llegándose hasta el Oratorio de Morante para pasar de una atención esporádica a una más frecuente al punto que solía quedarse allí una quincena entera .

A tal punto se dedicará a esta vecindad que en 1825 comienza la construcción de una nueva capilla que reemplazaría a la que había edificado Antonia de Pereda y Morante, la cual se concluye en 1826 , con el agregado frente a la misma de un lugar destinado al alojamiento del cura .

También lo vemos activo cuando el paso del Delegado Apostólico Mons. Muzi en enero de 1824,a quién le solicita administre el Sacramento de la Confirmación a una multitud de vecinos que hacía años no veían a un Obispo .

La capilla que había sufrido los desmanes de la soldadesca ‘porteña’ en el año 1819 por entonces dejaba bastante que desear –al menos a los ojos de visitantes tan importantes y con tantos conocimientos de templos-, era excesivamente larga, los altares mal formados y tomados por los murciélagos como nidos y la imagen venerada poco agraciada .

A su fallecimiento en marzo de 1818 la Parroquia de Rosario quedó vacante ya que el religioso que ejercía el tenientazgo fue expulsado por López, aunque reemplazado por el padre Mellid y Bolaño del Convento de San Carlos .

Hacia mediados de ese año se hizo cargo de la Parroquia el Pbro. Nicasio Romero quién probablemente la regenteó hasta 1838 en que es suplantado por Nicolás Lucero. A posterior atiende el Curato el franciscano Diego Jiménez (1842) y Manuel Victorio de Andrade en el decenio que corre de 1842 hasta 1852 .

En 1834 se dan inicios a las obras de la nueva iglesia en el mismo sitio en que se encontraba la capilla en uso y mientras dura la misma se utiliza un lugar provisorio, procediéndose a la inauguración de la misma el 25 de mayo de 1836 .

Sus torres en 1840 serán tomadas como blanco por los artilleros de la marina francesa quienes según la tradición no pudieron acertarle por la intervención de la Virgen Patrona que desviaba los tiros y en 1847 Williams Mc Cann describe al templo como una construcción moderna, que cree imitación del de los ingleses que existe en Buenos Aires pero que las torres de marras faena su frontis griego .

Tocante al Curato de Coronda debemos señalar que éste estaba servido por el Pbro. Pedro Martir Neto quién también se complicó en los problemas políticos que afectaban a los santafesinos, aunque esto no le quitó tiempo para llevar adelante trabajos de reparación en el templo en el año 1811, aunque el hable de ‘... edificación de la iglesia’.

A partir de 1818 se observa un gran vacío a lo que registros sacramentales se refiere, lo que puede atribuirse al hecho de que por ser Coronda zona de paso de los ejércitos ‘porteños’ y de las milicias santafesinas –tanto si avanzaban como si retrocedían- y una atracción para los montaraces los responsables eclesiásticos los hayan retirado o que hayan sido destruidos .

Al padre Neto le sucedió temporariamente el Pbro. Bernardo Alzugaray y a partir de 1822 hasta 1837 se suceden diversos religiosos: José Gabriel Calderón ofm, Pedro José Crespo ofm, Nicasio Antonio Romero ofm, Nepomuseno José Chorroarín op, José Vicente Ortiz, op, Miguel de los Angeles Silva op, Miguel de Santo Tomás op, Pedro Pacheco o de m, José Norberto Aguirre op, Gregorio Abrego, Hermegildo Argañáraz y el propio Amenábar .

Fray Pedro José Crespo atendió durante un tiempo la escuela de primeras letras , el padre Nicasio Romero retomó las anotaciones regulares en los Libros sacramentales y la presencia discontinua de los sacerdotes obligó a que el Sacristán Francisco del Rosario Rodríguez fuese autorizado a bautizar en caso de necesidad .

En 1837 se hace cargo del Curato el Pbro. Miguel Vidal, quién tendrá una larga y destacada actuación en la región litoral especialmente con la creación del Obispado de Paraná, pero que por razones políticas deberá dejar la Parroquia dos años después.

Durante su actuación se lleva adelante la obra del templo que con modificaciones aún perdura, hecho sobre la base de los planos que confeccionara el Arquitecto Santos Gollán y quizás sobre algunos trabajos que venían desde 1835 .

La mayor parte de la obra fue costeada por el Gobierno de la Provincia y supervisada por Amenábar, quienes estuvieron presente en la fiesta de inauguración de la misma.

La ayuda de López no terminó allí sino que además asignó al Cura la suma de 100 pesos anuales para poder hacer frente a los gastos que demandaba la atención de la feligresía .

Tras la partida de Vidal vuelve a repetirse la situación anterior en cuanto a la poca permanencia de los sacerdotes, sucediéndose así José Damián Gómez (1839), Felipe Sevilla (1840), Manuel de los Dolores Castro ofm (1841)y Diego Jímenes de Propaganda Fide (1843) quién permanece prácticamente hasta el final del período y parece haberle dado bastante impulso a la vida parroquial .

Intentos de creación de Curatos y construcción de capillas

Al igual que en la etapa anterior, también en ésta hubo diversos intentos de erigir
Curatos pero todos y por variadas razones, terminaron en el fracaso.

El primero como ya señalamos fue el intento llevado adelante por el Cabildo de la ciudad de Santa Fe en el año 1814 quién reivindicaba que como Santa Fe había contado con dos parroquias (la de españoles y la de naturales) lo mismo sucedía con los Curas Rectores, aunque la propuesta no apuntaba a restaurar aquellos sino a dividir la feligresía santafesina.

Este proyecto encontró en el Pbro. Amenábar unos de sus más férreos y fundados opositores , quién como alternativa proponía la creación de dos Vice-Parroquias situadas la una en el pago del Rincón de San José y la otra en la medianía a las Fronteras para atender la una población dispersa sobre unas 30 leguas y que carecían de todo auxilio espiritual .

Finalmente, el Provisor de la Diócesis y tras un análisis mas contable que pastoral donde se muestra la imposibilidad de sostenimiento económico de los curatos propuestos por el Cabildo, determina con fecha 20 de octubre ‘... que al menos por ahora deben quedar las cosas en el estado en que se hallan’ .

Ni siquiera se logró un título de Vice-Parroquia para Rincón que ya para entonces contaba con cerca de un millar de habitantes quienes desde 1808 venían reclamando por la erección de la misma, obteniéndose solo un terreno para levantar en el futuro una capilla .

La que sí es erigida en Vice-Parroquia en 1818 es la de San Antonio, en el borde oeste de la ciudad que en ese entonces no sobrepasaba la actual Avda. Freyre colocándose a su frente a fray Pablo Julián Carrascosa de la orden de los predicadores .

En el sur provincial el Pbro. Silva Braga solicita en 1826 el nombramiento de un cura efectivo para atender una vasta feligresía que llegaba hasta el Arroyo del Medio y que ten dría como epicentro la llamada Capilla de Morante, pero aunque la respuesta fue positiva nunca se concretó la erección del lugar como Parroquia ni tampoco se nombró cura permanente .

Más aún, el entonces comandante de San Nicolás señalaba:

‘En vez de formar oratorio en lo del finado Morante, que es lo que agrada a los vecinos por hallarse en el centro de las haciendas, yo soy de opinión que la formásemos en Las Piedras (actual Villa Constitución)’ .

Volviendo a San José del Rincón si bien es cierto que en 1836 con motivo de la donación que el Gobierno de López hace de ‘... dos cuadras de a cien varas castellanas cada una a todos los vientos’ se habla de ‘la parroquial Iglesia...’ , en los libros de Sacramentos que se abren en 1837 el título que aparece es el de Vice-Parroquia de San José de Rincón .

La atención de los indígenas

La crítica situación producida en las reducciones por las razones que ya hemos
Señalado va a perdurar al menos hasta el año 1824 en que al disminuir la tensión que significaba el enfrentamiento con Buenos Aires le permitía al gobierno provincial volver sus ojos sobre la frontera norte y disponer de tropas para su vigilancia.

Entre las medidas tomadas por López se encuentra la de la fundación de la Reducción de San Jerónimo del Sauce precisamente en ese año con parte de los abipones que habían huido a Corrientes tras la destrucción de San Jerónimo del Rey.

Ubicada a unas diez leguas de la ciudad sobre el camino a Córdoba y con claras intenciones defensivas tanto para la ciudad como para esta vía de comunicación, la reducción consistió en un asentamiento de viviendas de pajo y barro en torno a una Plaza con una rústica capilla construida hacia 1826 en la que los abipones colocaron a su Santo Patrono, el cual los había acompañado en aquel verdadero éxodo que significó el traslado primero a Corrientes y luego al lugar asignado por el Gobierno Provincial .

La atención espiritual fue bastante pobre ya que en al menos hasta 1838 donde se le nombra un sacerdote estable, los indígenas eran visitados de vuelta en vuelta por el padre Ignacio Aizpurúa del Convento de San Carlos -que en esos momentos pasaba por una tremenda crisis vocacional- por lo cual recién en 1855 –a pesar de los refuerzos recibidos en 1837- los padres de Propaganda Fide podrán llevar adelante un trabajo de cierta fecundidad .

También la antigua reducción de San Javier había pasado por diversas vicisitudes y si bien la presencia sacerdotal había disminuido muchos indígenas conservaban la religiosidad recibida, lo cual fue aprovechado por el Gobernador López para abortar los movimientos de rebeldía como el del año 1834.

En el marco de la Semana Santa y ante el peligro de que los montaraces soliviantaran a los que aún permanecían reducidos el Brigadier López se dirigió al lugar y logró convencerlos de trasladarse hacia Calchines, lo cual es descripto en los siguientes términos por el padre De Aldearri:

‘Los indios, al ver las fuerzas militares, se encerraron y no querían abrir las puertas /de la capilla/, pero el General López trató de convencerlos de que no quería hacerles daño, sino que iba a favorecerlos. Los indios temiendo que los matasen allí mismo, colocaron todas las imágenes de los Santos en la puerta de la iglesia y abrieron ésta, procurando esconderse. López, al ver las estratagema, se postró de rodillas y oró un rato, lo mismo que sus tropas. Con esto consiguió inspirar confianza a los indios, que se entregaron sin resistencia y los llevó a Santa Rosa de Calchines, con el fin de liberarlos de la influencia de los montaraces y para tenerlos cerca, vigilarlos y atenderlos’

La de San Pedro había logrado mantenerse a duras penas y en 1834 son asistidos por el padre Amenábar pero todo debe haber sido muy transitorio –aunque contaban con una capilla de adobe y techo de paja- ya que un cuarto de siglo después a pesar de que los indios permanecían en el lugar el panorama era de total abandono .

Como acertadamente señala Federico Cervera, al finalizar este período el saldo era positivo pero magro ya que algunas reducciones habían desaparecido (Cayastá e Inspín) y las tres que se habían restaurado lo habían sido no en sus lugares originales sino a pocas leguas de la ciudad lo que quitaba cierta libertad de movimiento a los indios allí asentados , a lo que hay que agregarle la deficiente atención pastoral.

Religiosidad de los santafesinos

En líneas generales podríamos decir que las expresiones religiosas propias de la etapa anterior continuaron en ésta sin demasiadas modificaciones y a pesar de los profundos cambios ideológicos acontecidos en el país, los santafesinos permanecieron firmes en sus convicciones y prácticas religiosas al punto que al referirse Víctor Gálvez a la Santa Fe de los años ’50, anota:

‘No vi gente en las calles, y sí las vi en misa los domingos’

Detrás de este espíritu estaba sin dudas el trabajo pastoral de Amenábar quién durante mas de tres décadas había atendido a este rebaño evitando que las impiedad que campeaba en otros lugares se apoderara de su feligresía, lo cual es reconocido por el Obispo Medrano quién informaba en 1837:

‘La moralidad cristiana es la más completa y todo respira sino una simplicidad cristiana, que los hace recomendables a cuantos los tratan’

También en Rosario se imponía el respeto en torno al precepto dominical, al punto que en el ‘Reglamento de Policía’ del año 1826 se imponía que los comercios debían cerrar sus puertas los días festivos al tiempo de la Misa Mayor y en 1828 se publica un ‘Edicto’ en el que no solo se recuerda la disposición anterior sino que además precisa:

‘Ninguna persona, estante o habitante de este pueblo y su departamento blasfemará el Santo Nombre de Dios, so pena de ser castigado con todo el rigor de la Ley’

Continúa celebrándose la festividad del Corpus Christi y su octava, la que ni siquiera se suspendió en 1826 cuando en virtud de la escasez de fondos municipales, se decidió no realizar más que celebraciones que ésta y la de San Jerónimo .

Como en la época anterior las calles que debía recorrer la procesión se adornaban con ramas, colgajes y banderas simulando una alameda y aquí y allá se levantaban altares con sus tabernáculos, y de la misma participaban el pueblo, las Autoridades y los efectivos militares acompañados por el sonar de las campanas y música militar .

La novedad en torno a la devoción al Señor la constituye el culto al Sagrado Corazón, que se venía insinuando desde fines del siglo XVIII y que en Santa Fe había sido recomendado por el Obispo Lué y Riega durante su Visita Pastoral de 1803 .

Entre las actividades que se realizaban en su honor a partir de 1827 se destacan la celebración de los primeros viernes con Misa cantada y Ejercicios nocturnos y Misa solemne y cantada el día de la festividad, acompañada sin dudas por el respectivo sermón .

La devoción mariana no sufre mengua y hasta la muerte del padre Camacho en 1841 ocupa un lugar importante la festividad de la Virgen de la Merced que para esta época se veneraba en el templo de la Compañía.

En 1907 el Pbro. Jacinto Viñas, basado en el testimonio que había recibido de su madre –vecina de dicho templo- recordaba:

‘¡Como lloraba en ese viejo púlpito el santo y sabio comendador Plácido Camacho, cuando predicaba tu misterio de la Merced, Virgen bendita.
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Era preciso oír aquellos acentos, en especial cuando se aproximaba su muerte; y el lo sabía.
Más predicaban sus lágrimas que sus palabras’

Entre los devotos de esta advocación y uno de los principales aportantes para llevar a cabo su fiesta era el Coronel Santa Coloma –el hombre que Rosas había destacado en Santa Fe- quién en una ocasión llegó a vender los botones de oro de su casaca de gala ya que carecía del dinero necesario y en otra asistió con toda su oficialidad a participar de la misa a pesar de la lluvia torrencial que impedía a los santafesinos salir de sus casas .

También en esta etapa comienza a crecer la consideración de los santafesinos hacia la Virgen de Guadalupe registrándose en febrero de 1820 que fray Pablo Carrascosa que estaba a cargo de la Capilla de San Antonio reza un Novenario en su honor y probablemente haya realizado una procesión , en 1822 se llevan a cabo una serie de trabajos impulsados por Amenábar para su restauración y en 1825, cuando la ciudad queda cercada por las aguas el Gobierno Provincial dispone el traslado de la imagen en procesión desde la capilla hasta el centro de la misma .

Ligada a los dominicos, la devoción a la Virgen del Rosario los 7 de octubre, aunque cosechando adherentes en el resto de la feligresía.

Entre los santos se destaca el culto al Patrono San Jerónimo, el cual iba acompañado de la celebración de las Cuarentas horas y su respectiva indulgencia plenaria , el cual también se honraba en Coronda, donde en 1838 se habían gastado cuatro pesos plata en cera labrada para su función y novenario y a partir de la fundación de San Jerónimo del Sauce, en aquel lugar por parte de los abipones allí asentados.

Sobre la fiesta celebrada en 1830 y de la que participó el Brigadier López ha quedado la siguiente noticia:

‘En las dos noches que pasaron /el gobernador y su comitiva/, hubo baile sin desorden alguno y Misa cantada con sermón, a la que asistieron numerosos colonos. Por la noche las mujeres cantaron la Salve en tono de voz muy agudo y penetrante..’

Conserva también su importancia el culto a San Roque el cual en 1825 es declarado Patrono menor de la ciudad y de la Provincia, preceptuándose por la Autoridad eclesiástica que el 16 de agosto los fieles oigan Misa y luego pueden dedicarse al trabajo y los clérigos seculares recen en dicho día el Oficio Divino señalado para este Santo en el Breviario Romano del Orden franciscano .

Una festividad que aparece destacada es la del 29 de junio dedicada a San Pedro y San Pablo, ocasión en que además de la Misa que es celebrada con músicos y cantores y con Sermón para la ocasión se distribuye entre los concurrentes de toda edad que asisten a la misma chocolate, bizcochos y cigarros y en alguna ocasión se queman muñecos .

Tal vez de esta manera se quería resaltar el sentimiento de fidelidad hacia el Papa y la Sede de Pedro que en diversas ocasiones habían manifestado los santafesinos, a quienes anualmente se les leía desde el púlpito de la Matriz -¿quizás en esta festividad?- la carta que el Papa Pío VII había enviado en 1803 al entonces Cura Juan Antonio Guzmán .

Finalmente, entre los allegados a la orden seráfica el 4 de octubre era celebrado de modo solemne, tal como por ejemplo aconteció en 1827 donde la Misa cantada por los padres franciscanos fue acompañada por un organista y cantores y con gran repique de campanas .

De las celebraciones litúrgicas que indica el Calendario, además de las relacionadas con Cuaresma, Semana Santa y Navidad, sobresalen las siguientes:
- Mes de enero: 1ro de Año y Epifanía
- Mes de Febrero: Candelaria y Cuarenta Horas coincidencia con Carnaval
- Mes de Marzo: Encarnación del Señor
- Mes de Abril: San Marcos con Rogativas
- Mes de Mayo: Santa Cruz
- Mes de Junio: San Juan Bautista y Santos Pedro y Pablo
- Mes de Agosto: Asunción de la Virgen, San Roque y Santa Rosa de Lima
- Mes de Setiembre: Natividad de Nuestra Señora, San Miguel Arcángel y San Jerónimo
- Mes de Noviembre: Todos los Santos

En cuanto a las Cofradías muchas de las que existían a fines del siglo XVIII o principios de éste habían desaparecido o pasaban por grandes dificultades, aunque todavía se hallaban vigentes las de San Benito de Palermo en el Convento de San Francisco, la de Nuestra Señora del Rosario en el Convento de los dominicos, la del Santísimo Sacramento, la de las Mercedes y la del Carmen, ésta última en la Iglesia Matriz y de la cual participaba –al menos entre 1826 y 1838- su Cura Párroco, el Pbro. Amenábar .

Como una consecuencia de las nuevas tendencias espirituales y asociativas, el mismo Amenábar establece la Congregación de la Pía Unión del Sacratísimo Corazón de Jesús que se ocupa de la divulgación de esta devoción a través de hojas impresas y de las celebraciones que tienen como centro al Corazón de Jesús .

La que si parece haber conservado e incluso acrecentado su importancia fue la Venerable Tercera Orden franciscana en la que siguieron profesando numerosos santafesinos, muchos de los cuales tuvieron destacada actuación como Pedro Tomás de Larrechea (quién reemplazó como alcalde de 1er voto a Gastañaduy tras los sucesos de Mayo), el Brigadier Estanislao López, el Pbro. Amenábar, José Elías Galisteo, el Brigadier y Dr. Pascual Echague, Urbano de Iriondo y otros militares, civiles y clérigos .

Las Ordenes religiosas

La crisis que experimenta la Iglesia en este período se vivirá de un modo especial en las ordene religiosas, las cuales si bien es cierto que en Santa Fe no son sometidas a la ola secularizante que se da en Buenos Aires verán descender el número de sus miembros por la falta de vocaciones o el corte de relaciones con España, y a la par el envejecimiento de los mismos limitará su acción espiritual.

Para colmo de males, en 1825 un tigre de las islas entró al Convento de los franciscanos y mató a un hermano lego y a un aspirante e hirió de muerte al padre Miguel Magallanes, quién pocos días después expiraría .

En este Convento de Santa Ana, cinco años después solo había cinco frailes quienes fundamentalmente atendían las necesidades espirituales de los miembros de la Tercera Orden y en ocasiones asistían a los vecinos de Coronda u otros lugares necesitados.

En su templo se enarboló por primera vez la enseña nacional y en el año 1828 se llevan a cabo una serie de trabajos para reparar la media naranja del templo .

Por lo que toca a los padres dominicos estos se encontraban en 1830 reducidos a siete miembros, quienes al igual que los anteriores y a pesar del poco número atendían a los seguidores de Santo Domingo y colaboraban pastoralmente en las Vice- Parroquias de San Antonio y San José del Rincón y en la Parroquia de Coronda.

En su Convento se acantonó Belgrano en su camino a Paraguay y en este período se abandonó la construcción de un templo que se había comenzado en 1805 para dar inicio a otro en 1821 que se concluyó en 1837 .

Los padres mercedarios ya a fines de la década del veinte apenas llegaban a tres y en 1848 se extinguen con la muerte del último de ellos, el ya citado Padre Plácido Camacho .

En San Lorenzo los padres franciscanos de Propaganda Fide aunque reducidos al máximo en su trabajo pastoral al punto que deben abandonar la atención permanente de las reducciones, continuarán sin embargo con la ayuda a los Curatos vecinos y confesando a los fieles que desde varias leguas se acercaban al Convento especialmente en tiempo de Cuaresma.

Un testimonio sobre el apostolado que ellos realizaban nos lo deja el padre Castañeda, quién decía haber escuchado de la boca de un oficial lopizta:

‘... nos dicen y repiten en sus misiones que la palabra divina debe ser venerada y adorada, no menos que el Ssmo Sacramento del Altar (...) son hospitalarios sobre toda ponderación, suaves en el trato, modestos en sus costumbres, amables por su vida ejemplar, humildes sin bajezas, castos sin repugnancia, devotos sin hipocresía, enérgicos en la cátedra de la verdad, y el único común consuelo de toda nuestra provincia’

En 1835, cuando apenas había dos o tres sacerdotes ya entrado en años, se concluirán las obras del templo que se habían comenzado tres décadas antes .

El Brigadier López

Al concluir este capítulo queremos dedicar un apartado a Estanislao López como laico católico a quién le tocó actuar en este difícil momento de la historia que hemos analizado y a la que marcó profundamente, para descubrir de que manera su religiosidad influyó en las decisiones tomadas .

Lo primero que hay que señalar que a lo largo de su vida el Brigadier mantendrá una incólume Fe en Dios a quién reconoce como Creador y Señor de la historia en una época en que la ‘Ilustración’ lo expulsaba de la historia, preocupado por la suerte del hombre, que quiere la felicidad y grandeza para los pueblos y de quién hay que esperar toda bendición.

Un Dios a quien no solo hay que invocar en la necesidad sino al que hay que glorificar y agradecerle por sus dones y ante el que habrá que presentarse al final del peregrinar terreno para ser juzgados entre otras cosas por los desvíos del orden y el incumplimiento de la justicia conmutativa.

Esto pone de manifiesto que su Fe en la divinidad no se limita al ámbito de la propia conciencia sino que tiene manifestaciones públicas y se vive en el seno de la Iglesia, razón por la cual a diferencia de los ‘ilustrados’ porteños proclamará su fidelidad a la Sede Apostólica, manifestará su intención y disposición para que nuestra Provincia permanezca en la ortodoxia católica, agradecerá con una Misa la paz alcanzada con indios rebeldes en 1818 y tras el triunfó que significó el Tratado de Pilar en 1820 ordenará no olvidar solemnizar este feliz suceso dando gracias al Altísimo con un Tedeum en la Iglesia Matriz.

Junto a este Fe personal y comunitaria, en su religiosidad ocupan un lugar importante la contemplación de Cristo en su misterio de dolor tan caro a la cultura de nuestros pueblos, la devoción a la Santísima Virgen a la que llevaba clavada en la parte delantera de su montura y elementos de la espiritualidad franciscana, cuyo lema ‘Paz y Bien’ aparece como marco de su acción gubernativa, amén de haber vestido el sayal de Francisco para presentarse ante quién es el Autor y Juez de nuestras vidas.

Ahora bien, como la vida cristiana no termina en la profesión de Fe y en las prácticas devocionales sino que se prolonga en las acciones cotidianas, hay que señalar que Estanislao López fue al parecer buen esposo y padre que educó a sus hijos en la sencillez y la austeridad a pesar de que durante buena parte de la vida de estos (especialmente en los primeros años en que se modela la mente y el corazón) el tenía la suma del poder y era el hombre mas importante en Santa Fe.

Como gobernante tuvo siempre conciencia de que su poder le venía del pueblo que lo había ungido su Caudillo y que mejor era un buen nombre que muchas riquezas, por lo cual al terminar su gobierno bajó pobre del mismo.

De hecho, los hombres de su tiempo y otros ligados por diversas razones al pasado santafesino lo presentan como honrado, sabio de costumbres, puro de intenciones y benevolente y no deja de llamar la atención en su modo de actuar el intenso deseo de paz para su pueblo continuamente agredido y para la Nación entera, más cuando su capacidad para la guerra era una de sus características mas sobresalientes .

A pesar de la bravura de sus soldados y de los excesos a veces cometidos por estos, la guerra será para López la ‘ultima ratio’ a la cual se llega cuando la dignidad de los pueblos es ofendida, sólo cuando la irracionalidad de los gobernantes porteños rompa los Pactos se pondrá al frente de los ejércitos provinciales diciendo:

‘Yo me consterno, pero no hallo otro remedio que marchar otra vez a mostrar con las armas el camino de la justicia, ya que no quieren verlo con la razón’

Mas llamativo aún es el hecho de que esta búsqueda de la paz no estará regida por una concepción pragmática, sino que como escribe a Rosas, por ser ésta un ‘... bien tan inestimable que la Iglesia católica clama diariamente...’ .

También debemos señalar que junto a estos aspectos luminosos de su conducta no faltaron las sombras que se manifiestan en la orden de colocar la cabeza del Supremo entrerriano a la vista del pueblo como perpetua memoria y escarmiento de los enemigos de la libertad de los santafesinos, los sucesos de Barranca Yaco donde es asesinado Quiroga que echan un manto de dudas sobre él o como señala Urbano de Iriondo, que fuera tan celoso del Gobierno que por meras sospecha cometiera algunas tropelías.

Sobre su relación con la Iglesia y la colaboración con la tarea evangelizadora no nos extendemos ya que consideramos que la misma ha quedado reflejada en los diversos puntos que hemos tratado.

Solo nos resta decir que Estanislao López fue un bautizado que vivió su fe en comunión con la Iglesia de la que se sentía parte y con un pueblo profundamente católico que lo hizo su Caudillo en un momento difícil para la vida de la Nación que intentaba nacer y para la Iglesia, tratando de permanecer fiel a la herencia recibida –y esto no sin contradicciones y sombras- y de sintetizarla con la vida cotidiana.