Por Emilio Grande (h.)*
Durante 34 años estuvo al frente de la parroquia San Rafael.
En la ceremonia exequial estuvieron presentes monseñor Nicolás Fasolino, arzobispo de Santa Fe, varios sacerdotes y muchos feligreses que fueron a rezar en su memoria. Los restos fueron enterrados en el templo. "Dios lo ha querido para El, bendito sean sus designios", sostuvo el presbítero Marcos Tacca.
Enorme consternación había producido en la ciudad el fallecimiento del reverendo padre Dimas Mateos, ocurrido el 18 de agosto de 1935. Hacía 34 años que tenía a su cargo la parroquia San Rafael, que en esa época dependía de la arquidiócesis de Santa Fe.
Momentos después de producido el deceso, la casa parroquial se vio asestada de público que fue a testificar su simpatía y veneración por el destacado sacerdote.
"Durante 34 años ininterrumpidos había sabido hacer el bien, siempre el holocausto a su credo, a su fe y a los intereses de Rafaela, que lo habían contado entre sus más prominentes hombres", expresa LA OPINION en su edición del 19 de agosto de 1935.
Estuvieron presentes en las exequias monseñor Nicolás Fasolino, arzobispo de Santa Fe; Angel Rodríguez (vicario general); los presbíteros Guillermo Borgogioni, Venancio Cruz, Pedro Torres, Marcos Tacca, Celestino Ferrero, Santiago Grenón, Antonio Ellena, Tito Artesella, Victorino Bayo, Adolfo Lucetto, Arsemio Hipólito, Ruiz Badanelli, Benito y Edmundo Rodríguez, Antonio Llionz, Celestino Pusetto, Antonio Zenere, Juan Berizzo, Prudencio Fuigeiras, Guillermo Sklorz, Emiliano Cerdán, Domingo Massolo, Enrique Príncipe, Ignacio Liarte, Antonio Fratin, Pedro Torres y Manuel González.
En forma ininterrumpida se han oficiado misas y plegarias por el sufragio del alma del extinto. Durante el velatorio se hicieron guardia de honor las cuatro ramas de la Acción Católica, desde el momento en que el féretro fue colocado en el templo hasta el momento de darle sepultura.
Presidido por el arzobispo Fasolino se ofició el solemne funeral para rogar por el alma del extinto y el responso final. Al compás de la marcha fúnebre de Chopin se dio sepultura a los restos mortales en el lugar preparado en la templo parroquial, que él mismo hiciera construir con la colaboración de todos los feligreses.
"Dios lo ha querido para El, bendito sean sus designios. Pero señores, para nosotros no ha muerto, para los cristianos la muerte no es la nada, es la vida con Dios, principio y fundamento de nuestro ser, resignación en el dolor, paciencia en las tribulaciones, sonrisa ante el sarcasmo, perdón en el ultraje", expresó el presbítero Marcos Tacca.
En reemplazo de Dimas Mateos, el 1 de setiembre de 1935 asumió como cura párroco de San Rafael el presbítero Emiliano Cerdán.
Una calle de la ciudad lleva el nombre de Dimas Mateos en el barrio Mosconi, que se inicia en avenida Aristóbulo del Valle y se extiende hasta el barrio Pizzurno.
* La Opinión, Jueves 18 de Agosto de 2005
Fuentes: LA OPINION y El Norte, 1935, en la Biblioteca Nacional; LA OPINION, revistas; Mendoza de Rubiolo, G. "Rafaela y sus calles"; Garrappa, Jorge.
miércoles, 12 de diciembre de 2007
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1 comentario:
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