viernes, 20 de julio de 2007

Alejandro Sola

Padre Francisco Palmieri

Situación previa a la llegada del Padre Palmieri a Colonia Rafaela
En 1885 se conforma una comisión encargada de la construcción de un templo católico en Colonia Rafaela atendiendo “los deseos generales de los vecinos, interesados en ver realizarse la construcción de la Iglesia”[1]. Existen varias misivas intercambiadas para consultas sobre la construcción[2]; y también para informar sobre el estado de las donaciones (en las que se destaca la generosidad de los colonos[3]) El 29 de diciembre de 1886 el secretario de la Comisión, Nicolás Caciolo, hace presente al obispo de Paraná, Mons. Gelabert y Crespo, “que más de doscientas familias esperan la asistencia de un sacerdote y que en vista de la situación excepcional de la Colonia como centro topográfico, abrazarán la dirección religiosa más de cuatrocientas familias que hasta ahora carecen de suficientes medios para el regular ejercicio de sus deberes religiosos”[4].

La llegada del Padre Estanislao Battipaglia
Este pedido se va haciendo cada vez más fuerte. El 23 de setiembre de 1887 los miembros de la Comisión de Iglesia consiguen la autorización del obispo de Paraná y se dirigen al Vicario General de la Diócesis, pidiendo se efectivice la designación del Pbro. Estanislao Battipaglia como Cura Párroco de Rafaela[5]. El 25 de octubre de ese año se inaugura el templo y un mes más tarde, el 25 de noviembre, se designa párroco al Padre Battipaglia. Se solicita también agregar al curato a las colonias Presidente Roca; Castellanos, Vila y Fidela que hasta el momento no tenían iglesia. El pedido de un capellán para la región es aprobado. El Padre Battipaglia, perteneciente a la Diócesis de Nocera de Pagani[6], se encuentra con una grey numerosa y participativa por lo que debe pedir permiso para celebrar dos misas los días festivos: “en vista de la suma concurrencia de los fieles para cumplir con el precepto de oir misa los días festivos y que muchos se privan de poder cumplir por no caber en el templo”. [7] Pero no todo está consolidado aún. Se dan algunas turbulencias: el 11 de febrero de 1888 el vicepresidente de la comisión, Pedro Avanthay, renuncia a su cargo por motivos de salud[8] y algunos meses más tarde, en setiembre de ese mismo año renuncia a la capellanía de Colonia Rafaela el Pbro. Battipaglia manteniendo el motivo de la misma en reserva. ·

Llegada del Padre Francisco Palmieri
El Padre Francisco Palmieri, ex capuchino, asume como capellán de la Iglesia de Colonia Rafaela el 26 de noviembre de 1888.[9] El curato a su cargo comprendía Rafaela, Bella Italia, Lehmann, Roca y dos terceras partes de la Colonia Castellanos y San Antonio. El 23 de diciembre de 1888 se designa a Palmieri como Cura Párroco[10]. En cuanto a las capillas detalla que Rafaela además de la Iglesia parroquial hay dos capillas (aún no escrituradas a la Curia): una pertenece a Jorge Martín y está dedicada a San Jorge, (...) la segunda pertenece a Francisco Peruca y está dedicada a la Virgen del Rosario en Pompeya. Para 1887 asisten a dos Misas entre trescientas y cuatrocientas personas y las comuniones pascuales se acercan a cuatro mil[11]. ·

Situaciones conflictivas
El Padre Palmieri tuvo que superar algunos conflictos “ad intra” y “ad extra” de la vida de la joven comunidad eclesial. Respecto de los primeros, la tarea no le fue siempre sencilla con algunos fieles... especialmente con quienes eran dueños de alguna capilla particular y tenían pretensiones de celebraciones particulares valiéndose de su influencia social y política. El Padre Palmieri se mostró siempre recto sin ceder a las presiones. Otro hecho destacado fue el choque con uno de los fieles, Luis Maggi, quien había conseguido la donación de Antonio Podio de su terreno para el cementerio de Rafaela, con intención de que el mismo fuera de dominio comunal (debe tenerse en cuenta que entonces, en casi todas las nuevas poblaciones el cementerio pertenecía a la Curia y que grupos masones ocupaban puestos políticos en la comuna). Palmieri le canceló el derecho a ocupar el banco en la iglesia (reservado para su familia) y como respuesta Maggi abrazó el protestantismo.También hubo algunos casos de conflicto con otros sacerdotes por la confusión que entonces existía acerca de las jurisdicciones parroquiales, a la vez que entre los fieles de algunas colonias había resistencia a aceptar su pertenencia a la parroquia San Rafael. Para Palmieri era una “cuestión de conciencia” a raíz de la administración de sacramentos como el matrimonio, por temor a que terminen resultando nulos. Llegó a plantear la cuestión incluso ante el obispo. El Sr. Provisor y Vicario General Genaro Silva terció en el problema tras una consulta a los capellanes implicados reconociendo la autoridad del Padre Palmieri pero aconsejándole, dado que los casos eran contados, autorizarlos para que aquellos los celebren. Uno de los grandes problemas “hacia fuera” fue el accionar, en ámbitos de mucha influencia, de las logias masónicas locales con una fuerte impronta anticlerical. Según opinión de Leticia Stoffel “los preceptos negativos sobre los sacerdotes que eran dogmas para los masones, su pasión por las ideas que defendían como únicas valederas para el progreso de los pueblos y el uso aceptado de una metodología de agresión personal y directa, podrían ser consideradas como explicaciones de la campaña de ‘El Liberal’, órgano de expresión de la logia ‘La Antorcha’”. Y añade: “La primera víctima fue el Párroco Francisco Palmieri, dado que aparecía como el hombre indicado para mantener unida a la grey católica y hacer rente a los adversarios de la Iglesia. (...) ¿Qué podía hacer un párroco (...), un sacerdote solo, sin voceros periodísticos a sus órdenes, sin colaboradores eclesiásticos ni laicos en condiciones de organizar una reacción antiliberal?”[12] En esta línea, un caso muy relevante ocurrió “el 7 de mayo de 1900 cuando Rafaela recibió la visita pastoral del Arzobispo de Santa Fe, Mons. Boneo. La feligresía católica acogió entusiasta a su pastor”. Después de su partida el Padre Palmieri advierte al obispo sobre las maniobras de engaño acerca de la presunta complacencia con la que fue recibido por la clase dirigente política rafaelina (mayoritariamente masónica) que, luego de su marcha, promovió por medios locales afines la crítica a la figura del prelado. Tras la partida del obispo, “el pueblo rafaelino se vio envuelto en una dura polémica, desatada a través de los dos órganos periodísticos más significativos del momento: ‘El Liberal’, (como se mencionó antes, de simpatías masónicas), fue el medio de expresión del ataque del sector logista” [13] y ‘El Obrero’, periódico cercano a las corrientes izquierdistas (también anticlericales aunque no violentas) declarado independiente y abierto, canalizó una dura réplica en contra de los masones y a favor, llamativamete, de la grey católica y su Pastor.

Acciones pastorales
En medios eclesiales se reconoce al Padre Palmieri como un “hombre de trabajo y de grandes iniciativas”.[14] Entre ellas cabe destacar la construcción de la Casa Parroquial y el impulso a la educación católica, primero, atendiendo él mismo la instrucción de varios pupilos y luego también a través de su gestión para la llegada a Rafaela de las religiosas hijas de Nuestra Señora de la Misericordia de Savona y su apoyo decidido a la construcción del Colegio que lleva el nombre de la congregación. Es un hecho muy importante si se tiene en cuenta el peligro que implicaba la avanzada de ideas socialistas y masónicas en nuestra región. En 1897 solicita en Buenos Aires a la Madre Provincial “tres o cuatro religiosas para regentear un colegio de niñas que deseaba abrir en una casa de su propiedad”[15]. Al darse la confirmación el Padre Palmieri “un domingo en la misa mayor, desde el púlpito, anunció a los fieles la venida de las hermanas y exhortó a los buenos cristianos a favorecer la fundación de un colegio para niñas como una bendición venida del cielo. Solicitó a los padres que inscribieran a sus hijas y que los demás ayudaran con o accesorio a la nueva casa de educación, ya que por el momento sólo se contaba con un edificio de ocho piezas, una cocinita y una despensa. Tanto el terreno como la construcción habían sido íntegramente costeados con el peculio particular del Padre Palmieri[16]. En febrero de 1899 se da el arribo del primer grupo de hermanas a las que se “fue a esperar a la estación del Central Argentino en varias volantas (...). Luego tomando el polvoriento camino se dirigieron a la Iglesia donde se canto el Tedeum Laudamus en acción de gracias y se dio la bendición con el Santísimo Sacramento”[17]. Otro gesto que muestra la generosidad del sacerdote fue el destino que del arancel que cobraba al pago de algunas deudas de la parroquia, según sus propias palabras “para gloria de Dios”[18]. Con el tiempo el esfuerzo y el cansancio van gravitando en la vida del Padre Francisco. Pareció hacerse realidad en su propia vida una frase suya: “Los goces casi siempre van acompañados de pesares y aunque estos poco o nada impresionan a los corazones dispuestos a conformarse con la voluntad de Dios, dejan sin embargo alguna pequeña huella inevitable a la humana fragilidad”.

Enfermedad y últimos meses al frente de la parroquia
La enfermedad comienza e irrumpir en el ministerio del padre Palmieri. Primero toca a seres muy cercanos (su propio padre, de ochenta años en 1901), y luego lo afectará a él mismo. Palmieri solicita cinco meses de licencia para atender a su padre, pero también añade: “para tomar yo algún descanso y reponerme en salud, ya que desde algún tiempo sufro bastante de los intestinos”. Y continúa describiendo con ilustrativo detalle el momento traumático que está viviendo: “y a veces, de repente, se me hace todo oscuro en mi rededor y tengo que asirme luego de cualquier objeto para no caerme, y quedo en la oscuridad los quince, los veinte y más minutos. Los médicos me han dicho que es efecto del cansancio”. Durante el período de descanso visitó en Roma la Basílica de San Marcos, de la que es canónigo honorario (lo cual muestra el reconocimiento que se tenía a su condiciones personales[19]).El pedido se realiza en junio, el cual tiene una respuesta afirmativa, y su partida se da el 29 de julio”[20]. Dos semanas antes, el 15 de julio de 1901, el padre Palmieri confecciona el Inventario de la Parroquia de Rafaela[21] y firma conforme el documento el padre Dimas Mateos (de lo que se infiere que fue su inmediato reemplazo al frente de la parroquia). Finalmente, su estado de salud devendrá en una úlcera con hemorragias que lo obliga a renunciar al cargo el 1 de agosto de 1901[22]. Pocos datos se tienen a partir de aquí. No se tienen datos del lugar y fecha de su muerte; sí se sabe que el 1 de junio de 1902 se le extienden las letras de excardinación para Bitonto (Italia) con testimoniales muy recomendables a su persona[23]. Mons. Boneo al responder afirmativamente a la solicitud de licencia sintetiza sobriamente sus rasgos de pastor: “Contéstese que damos gracias al Señor que se ha dignado bendecir tan copiosamente el celo del señor Cura, que quedamos reconocidos a su desprendimiento y generosidad
sacerdotal [24]

Notas
[1] Comunicado al secretario de la comisión de la designación del nuevo vicepresidente, Sr. Pedro Avanthay, el 2 de noviembre de 1885 – Archivo del Obispado de Rafaela[2] Carta al Sr. Don Joaquín Colmenero sobre la ubicación de los ladrillos en el terreno de la Iglesia (18 de octubre de 1885); Carta de la Comisión al presidente de la misma, pidiendo indicaciones sobre algunos trabajos e el terreno de la iglesia (16 de octubre de 1885); Cata del Sr. Presidente Raffaelli al Secretario de la Comisión, indicando que no deben cambiarse los planos de la Iglesia a edificarse en terreno de la Curia (30 de octubre de 1885)[3] Carta del Secretario al Sr. Presidente de la comisión del 1 de noviembre de 1885 con listado anexo con importes y nombres de donantes (archivo obispado de Rafaela)[4] Archivo del Obispado de Rafaela[5] Pedido firmado por Pedro Avanthay (vicepresidente); Nicolás Caciolo (secretario) y P. Spahn (tesorero) – Archivo, obispado de Rafaela [6] Estas fichas son aportes del Pbro. Edgar Gabriel Stoffel- ELENCO DEL CLERO DIOCESANO SANTAFESINO (1897-1997). Santa Fe (inédito)[7] Solicitud del Pbro. Battipaglia al Sr. Vicario Gral. del obispado de Paraná el 9 de noviembre de 1887 (archivo obispado de Rafaela)[8] Carta dirigida al obispo de Paraná el 11 de febrero de 1888; la misma muestra la disposición de Avanthay de seguir colaborando al progreso de la fe católica: “vengo por la presente a hacer renuncia del puesto con que me honraron sin que por este motivo haga cuanto me sea posible en los límites a mi alcance de propender al adelanto del culto del que S. Sª Ilustrísima es tan digno prelado”[9] Dato proporcionado por él mismo a la Curia Eclesiástica del recientemente creado Obispado de Santa Fe el 26 de enero de 1898 (archivo obispado de Rafaela)[10] Estas fichas son aportes del Pbro. Edgar Gabriel Stoffel- ELENCO DEL CLERO DIOCESANO SANTAFESINO (1897-1997). Santa Fe (inédito)[11] Cf. “Breve Historia de la Parroquia Catedral ‘San Rafael’; 25 de octubre de 1887 – 25 de octubre de 2001”; Rafaela; pág. 5.[12] STOFFEL, LETICIA “La Masonería en Rafaela, y sus múltiples interrogantes” Ensayo histórico 1881-1935; Centro de Estudios e Investigaciones históricas de Rafaela, 2002. Págs. 65 y 66.[13] MIASSI, DANIEL “La Masonería en Rafaela” Rafaela Colección Fascículo 11, págs. 91 y 92; Municipalidad de Rafaela, 2007.[14] LA CRUZADA (Número extraordinario) “Rafaela, datos parroquiales” [15] Ib. “Referencias del Colegio ‘Nuestra Señora de la Misericordia’”. La Madre Provincial era Sor María Eufemia Carrara y las primeras hermanas que llegaron fueron Sor María Inmaculada Moore (Superiora), Sor María Querubina, Sor Maria Santa Rosa y Sor Maria Inocencia.[16] “Breve Historia de la Parroquia Catedral ‘San Rafael’; 25 de octubre de 1887 – 25 de octubre de 2001”; Rafaela; pág. 4. El Padre Palmieri donó al Obispado de Santa Fe el edificio y terrenos adyacentes de su propiedad con destino la fundación de la escuela para niñas con la condición expresa de que fuera dirigida por las religiosas Hijas de la Misericordia de Savona y el Obispado no le diera otro fin a menos que la hermanas se retiraran. [17] LA CRUZADA (Número extraordinario) “Referencias del Colegio ‘Nuestra Señora de la Misericordia’”.[18] El hecho se narra en carta dirigida a Mons. Boneo el 3 de junio de 1901.[19] Cf. Ib.[20] Carta dirigida a Mons. Boneo el 3 de junio de 1901.[21] Archivo obispado de Rafaela[22] Cf. “Breve Historia de la Parroquia Catedral ‘San Rafael’; 25 de octubre de 1887 – 25 de octubre de 2001”; Rafaela; pág. 5.[23] Aportes del Pbro. Edgar Gabriel Stoffel- ELENCO DEL CLERO DIOCESANO SANTAFESINO (1897-1997). Santa Fe (inédito)[24] Respuesta del 5 de junio de 1901.

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